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Estrenos de cine
Crítica de 'Sigue volando': un matrimonio japonés ★★★ y 1/2
Dirección y guion: Takuya Katô. Intérpretes: Mugi Kadowaki,
Shôta Sometani, Haru Kuroki, Kentarô Tamura. Japón, 2023. Duración:
83 minutos. Drama romántico.

Los japoneses, ellos y ellas, también son infieles, y tienen crisis matrimoniales, y lloran, y gritan, y se rebelan, y echan en falta la pasión cuando ya ha terminado, como cuando una vela llega al final inexorable de la mecha, aunque su cultura de reserva les obligue a callar en público. Y casi siempre incluso en privado, lo que duele más. Significado de la palabra tatemae: la fachada social que se muestra a los demás para mantener el equilibrio en las relaciones interpersonales y evitar conflictos. Los conflictos, cuando casi todos vivimos en uno eterno o en varios intermitentes.
La excelente opera prima de Takuya Katô es el retrato íntimo, costumbrista, poético, contenido (no podía ser de otra manera) de una mujer, Watako, que tras la inesperada muerte de su amante frente a ella después de pasar juntos unos días de acampada decide regresar en silencio a una tediosa, falsa rutina como esposa, sin compartir con nadie el dolor que la reconcome pero sin una sola lágrima.
La aparente normalidad de esta joven que no trabaja y cuyo insoportable marido se ha acostado varias veces con una ex pareja con la que tiene un hijo pequeño, intenta seguir adelante, le miente a una amiga con la que casi siempre toma café, repite no conocer al fallecido, pero los sentimientos reprimidos comienzan a aflorar paulatinamente. A Watako le puede la culpa por haberlo dejado en la calle, roto, solo, esperando una ambulancia que ella no ha pedido, no aguanta la existencia en un pequeño apartamento donde el hombre con quien comparte una convivencia engañosa le vuelve a preguntar si quiere cenar con una copa de vino y que dónde estuvo ese día. Precisamente ese día, cuando Watako decidió visitar la tumba del repentinamente desaparecido, a quien añora más de lo que quiere reconocerse. Y allí está el padre del joven, los dos charlan, y conoce sobre la niñez del querido ausente, y sabe por qué no le gustaban los perros y ve el corte de cabello tan horrible que tenía siendo un crío. Igual que el de un cantante de moda entonces.
Hay momentos en este delicado filme, cuando la pareja decide confesarse y deben reconocer que han fracasado, que recuerdan a Ingmar Bergman, ese director que de manera tan rotunda y desoladora plasmó las rupturas matrimoniales, él pasó por lo mismo, al cabo. Pero, antes, hay también una noche de borrachera y regalos en la que parece que ambos están a punto de darse una segunda, o tercera, oportunidad, pero Watako ha decidido por fin olvidar de una vez la contención y hablar. Puede que, tras haber también llorado, elija qué camino seguir y con quién. En el fondo, probablemente no sea una película tan japonesa y nos termine salpicando a todos.
Lo mejor: La excelente y contenida interpretación de Mugi Kadowaki, su protagonista
Lo peor: La insistencia del marido de la joven conlleva a que el personaje provoque antipatía
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