Buscar Iniciar sesión

Cuando John Lennon pudo homenajear a Lorca

La Fundación Gregorio Prieto concluye la digitalización de su fondo con documentos inéditos de Lorca, Cernuda, Aleixandre o Alberti, y a partir del 24 de este mes se podrá acceder on-line a una selección de mil de ellos.
larazon
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

Creada:

Última actualización:

La Fundación Gregorio Prieto concluye la digitalización de su fondo con documentos inéditos de Lorca, Cernuda, Aleixandre o Alberti, y a partir del 24 de este mes se podrá acceder on-line a una selección de mil de ellos.
La postal inédita está fechada en el Madrid republicano el 10 de octubre de 1931 y está escrita por varias manos de la Generación del 27. La primera de ellas es la de Manuel Altolaguirre: «Mi querido Gregorio, Estamos en casa de Vicente con Federico y Ernesto. Te recordamos con mucho cariño, a pesar de mi silencio. Te recuerdo muchas veces. Un abrazo muy fuerte de Manolo». A continuación, encontramos a Federico García Lorca: «Querídismo Gregorio. Sirva esta tarjeta de fe notarial del cariño lealtad y admiración que te tengo. Un abrazo muy grande de Federico. Espero no dieses crédito más nunca a la mala lengua». Esto último queda reafirmado por Vicente Aleixandre, otro de los firmantes de la postal: «Sí, nunca más. Gregorio: todos te queremos mucho, y más que nadie Vicente. Te presentó al simpático Ernesto, tu desconocido amigo». Alguien llamado Ernesto, a quien no se ha podido identificar, envía un abrazo. Aleixandre todavía encuentra un pequeño espacio en la tarjeta para añadir una postdata: «Te escribí en setiembre una larga carta a Roma. Vicente».
Este es uno de los muchos tesoros documentales que guarda en su sede madrileña la Fundación Gregorio Prieto, una institución que toma el nombre del pintor manchego que fue amigo y confidente de los principales poetas del 27. El copioso epistolario que Prieto mantuvo a lo largo de su vida con escritores, artistas, políticos, iconos culturales, periodistas o políticos está formado por unos 17.000 documentos que se han estado digitalizando desde el mes de noviembre de 2015. A partir del próximo día 24 una selección de mil documentos procedentes de estos fondos estará al acceso de los internautas desde la página web de la fundación (https://gregorioprieto.org).
De los Churchill a Carmen Maura
Previamente este diario ha podido consultar este legado documental, uno de los más importantes especialmente para el estudio de la Generación del 27. Las cifras hablan por sí solas: más de medio centenar de cartas de Luis Cernuda, 88 de Vicente Aleixandre, casi 60 de Rafael Alberti, una decena de cartas, postales y dibujos de Federico García Lorca... Porque Gregorio Prieto se escribió con todos, desde Manuel Altolaguirre a John Lennon pasando por Ramón del Valle-Inclán, Manuel Chaves Nogales, la familia de Winston Churchill, la Duquesa de Alba o Carmen Maura. Es un archivo que ayuda a recuperar la figura de Prieto y que nos permite conocer algo mejor la historia cultural de nuestro país. Un buen ejemplo de ello es, por ejemplo, esta misiva de Alberti a Prieto de mayo de 1924. El gaditano acaba de visitar a Lorca, a quien conoce desde hace unos pocos días, llevándole un cuadro de regalo pintado por él: «Gregorio, sentí muchísimo no estar ayer en casa: comí con Federico, el extraordinario Federico. Esta tarde no salgo; me apetecería pasarla contigo. A Lorca le gustó mucho la estampa de la Virgen y el Rey Sabio. La ha puesto a la cabecera de su cama. Me ha encargado -¡cosa graciosa!- que le pinte otra estampa que piensa enviar como exvoto a no sé qué iglesia: La aparición de la Virgen del Amor Hermoso al poeta Federico García Lorca. Adiós. No faltes. Rafael».
Gracias a estas cartas podemos seguir algunos momentos clave en la historia del grupo poético que se reunió en 1927 en Sevilla para homenajear a Luis de Góngora. Tanto sus protagonistas como los amigos y familiares de estos, escribieron puntualmente al pintor de Valdepeñas para comunicarle cualquier información, aunque en ocasiones ésta fuera triste. Es el caso de esta carta escrita por Paloma Altolaguirre poco después del 5 de noviembre de 1963, fecha de la muerte de Luis Cernuda en el exilio mexicano. El original se ha perdido, pero su destinatario afortunadamente hizo una copia. Es una conmovedora crónica sobre el fallecimiento del autor de «La realidad y el deseo», uno de los grandes amigos de Gregorio Prieto:
«Mi querido amigo Gregorio: Ya te escribiré más despacio, ahora solo y para que veas enseguida como tú deseas, te escribo esta nota agradeciéndote tu interés y dándote noticias de la muerte del pobre Luis. Murió en una habitación pequeñísima, delante de un gran espejo que allí había, y aún encendida la pipa que él tanto usaba. Gran pena y miedo tuve yo al verlo, pues no me parecía posible verlo así muerto, ya que llamé a su puerta para que como todos los días, llevara mis hijos al colegio, ya que tanto los quería y al ver no salía de su cuarto, fui yo a llamarlo, creyendo se habría quedado dormido, y así me lo encontré muerto, pálido y tremendo. Revolucioné la casa, llamando a todas las puertas, a la de mi madre, mis hijos y mi marido, y mi madre, ya sabes tú como es corriendo se marchó a verlo y toda temblorosa y emocionada con un amor intenso y especial poético, le dio un beso en la frente. Parece que Luis se lo agradecía, pues en sus ojos extraviados y abiertos, parece se daba cuenta y le daba las gracias. El corazón de Luis se murió y nada pudimos hacer para despertarlo. Los niños ese día no pudieron ir al colegio y todos lloraban a lágrima viva, y nadie sabía lo que pasaba, y nuestro Luis se marchó a su cielo. Dios lo bendiga, un abrazo amistoso de Paloma. Entre sus papales encontramos una carta para ti, estaba solo empezada, si lo deseas puedo enviártela».
Uno de los grandes pilares del archivo está relacionado con Vicente Aleixandre, con quien le unió una gran amistad, que pese a algún altibajo en los años 50, duró hasta la muerte del Premio Nobel de Literatura. Aleixandre vio en Prieto al amigo fiel, al confidente necesario, tal y como se percibe en unas cartas en las que encontramos desde el anuncio de la finalización de un poema hasta la entrega a imprenta de «Espadas como labios», pasando por encuentros con amigos o visitas a los maestros del grupo, como Juan Ramón Jiménez. El poeta, en una carta sin fechar, define a Prieto como «la tempestad de mi alma, el rayo de mi corazón, la catarata de mi miembro. Puedo pronunciar como un dios la más terrible de las palabras: Te amo», concluyendo «me dejo morir en ti». Gracias a estas misivas también podemos constatar la evolución de la obra de Aleixandre y sus ganas por conocer las impresiones de Prieto como primer lector de sus versos. Es un epistolario que merece ser conocido y estudiado en detalle.
Otro ejemplo de la riqueza del fondo de la Fundación Gregorio Prieto viene dado por la documentación vinculada con la estancia del artista como pensionado en Roma. Es en el tiempo en el que Ramón María del Valle-Inclán es el director de la Academia de España en la capital italiana. En el archivo se encuentra esta carta del autor de «Luces de bohemia» redactada en Madrid el 19 de octubre de 1933: «Sr. Don Gregorio Prieto. La actitud de rebeldía en que usted me escribe, me pone en la dolorosa obligación de enviar su carta al Señor Secretario para que haga el oportuno atestado. A ningún señor pensionado puede torerársele el olvido de sus obligaciones, y la desobediencia a las decisiones del Excm. Sr. Ministro de Estado, en la forma que usted se permite hacerlo. No pueden escribirse frases como estas: “Y por lo tanto vuelvo a repetirle mi pensamiento inquebrantable de no abandonar mi estudio”. Esa decisión inquebrantable de usted, supone un desacato a las decisiones del Excmo. Sr. Ministro, y me pone en el caso de proceder en consecuencia. El director Valle-Inclán».
A golpe de click
Todo esto solamente es la punta del iceberg de un legado extraordinario, tal y como señala María Concepción García-Noblejas. Desde la sede de la fundación, en la avenida general Perón, situada en el que fuera domicilio madrileño del artista, se ultiman los detalles de la presentación on-line del archivo, un trabajo complejo y que ha robado no poco tiempo al equipo firmado por Ana Morales, Jesús Rubio y Raúl Luis García. «Nos extraña que no hayan venido más investigadores a consultar estos fondos. Sí, buena parte de ellos giran alrededor del 27, pero esto es sobre todo un archivo sobre Gregorio Prieto y queremos reivindicar su figura», me aseguran los responsables de la catalogación.
Será a partir del día 24 y a golpe de click que los internautas y los investigadores podrán saber que, por ejemplo, Prieto quiso organizar en los años 70 un festival en homenaje a Lorca en Madrid, tratando de buscar el mayor número de apoyos. Por ese motivo, contactó con Yoko Ono y John Lennon en una copia de la carta conservada en la fundación. Al pintor le habían llegado rumores de que al ya entonces ex beatle le gustaba la obra del poeta granadino, por lo que no dudó en proponerle actuar en ese certamen. Por desgracia, nunca se materializó ese proyecto, uno más de los muchos que se dibujan a lo largo de este extenso archivo epistolar.