El perverso juego de Cristina Iglesias

La artista donostiarra presenta en Santander su nueva exposición, “Entrespacios”, un conjunto de 22 piezas desarrolladas entre 1992 y 2018

No esconde Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956) que lo suyo es un “juego perverso”, ríe. A la vez que ofrece un lugar en el que relajarse y pensar en el más allá, propone otro –que es el mismo– en el que el suelo, una rejilla, se mueve para que no camines seguro. Es el “Pabellón de cristal” (2014) en el que la escultora te da una de cal y otra de arena. Dos lecturas con las que la donostiarra pretende mostrar “el verdadero carácter del arte”. Del mismo modo que “Sin título. Techo suspendido inclinado” (1997) ocupa toda la atención del paseante, por ver en lo alto de la sala el fondo marino, “hasta el mareo”, se sincera Iglesias.

Son dos de las 22 piezas (más la obra permanente, “Desde lo subterráneo”, que ocupa los Jardines de Pereda) creadas entre 1992 y 2018 que componen la nueva exposición, “Entrespacios” (con la segunda “e” al revés), del Centro Botín de Santander, comisariada por Vicente Todolí –también presidente de la comisión asesora de artes plásticas de la Fundación Botín–. La primera gran muestra de la artista en España desde que presentara su obra en el Reina Sofía en 2013.

En esta ocasión, Todolí, en constante trabajo con Iglesias, ha seleccionado unas instalaciones que pudieran dialogar con esos tres pozos y un estanque que rodean al edificio de Renzo Piano y que sirvieran como ejemplo significativo de la producción de la donostiarra en los últimos 26 años. Apoyada en hierro, alabastro, cristal, ámbar, tapices... la escultora crea un acceso a “otro lugar” imaginado. Los cuatro elementos de la naturaleza para mostrar el poder de los materiales inertes que nos rodean.

Montajes con un marcado carácter espacial en los que Iglesias mira de manera poética al paisaje para establecer un diálogo con la estructura del propio Centro Botín. Una propuesta en la que el visitante podrá adentrarse, del 6 de octubre al 3 de marzo, en “los lugares imaginados y los paisajes profundos y sensoriales”, presenta, creados a través de celosías, habitaciones y pabellones suspendidos, entre otros.