Fallece Toni Catany. Despedida a la mejor lírica fotográfica
El mallorquín Toni Catany falleció ayer en Barcelona a los 71 años. Fotógrafo autodidacta, demostró una perfeccción en el uso de métodos tradicionales en vías de extinción para la realización de su extensa obra, como el calotipo, los virados, tratamientos al platino o las polaroids, que dan a sus fotografías un marchamo único. Su estilo, en blanco y negro o en color, se centró en un principio de su trabajo en las naturalezas muertas y bodegones, donde los encuadres y la luz hacen a estos poseedores de un lirismo y una perfección dificil de imitar. Tampoco huyó de otro tipo de fotografía más arriesgada como la de los cuerpos en movimiento, la arquitectura clásica o los retratos, donde volvió a demostrar un preciosismo muy admirado. Su estilo inconfundible le llevó a ser selecionado por la revista «Life» como uno de los 100 mejores fotógrafos del mundo y le valieron, entre otros premios, el Premio Nacional de Fotografía 2001, el de Artes Plásticas de la Generalitat 2001 y el Ramon Llul de Baleares en 2003.
En sus más de 100 exposiciones y sus 15 libros podemos disfrutar de un autor con un extenso conocimiento de la Historia del Arte. Así cualquiera de sus naturalezas muertas pueden recordar a un bodegon de Sánchez Cotán y uno de sus desnudos desvela una influencia de la escultura clásica.
El asesor del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), David Balsells, aseguró ayer que el fotógrafo «ha fallecido en un momento en que tenía diversos proyectos tras la decepción de no haber podido poner en marcha su fundación». Su muerte se ha producido tras acudir al ambulatorio del Raval al encontrarse mal y donde sufrió un infarto que acabó con su vida. Balsells explicó que tenía proyectos para su casa de Llucmajor tras alejarse la posibilidad de ubicar en ella su fundación, lo que fue «una desilusión muy grande» para el fotógrafo, informa Europa Press. De hecho, había previsto donar su casa al Ayuntamiento de esta localidad y que, con fondos europeos, se comprara la contigua de un capellán. Pero estos fondos no llegaron, lo que «fue minando su ilusión». El fotógrafo, sin embargo, albergaba la idea de rehabilitar su casa como estudio y ubicar una residencia de artistas. Balsells también explicó que en el MNAC no hay fotografías expuestas pero, tras acoger la reprospectiva «El artista en su paraíso» en 2000, Catany decidió legar unas cincuentena de imágenes que están en depósito.