Antiguo Egipto

¿Por qué los antiguos egipcios adoraban a los gatos?

Los felinos estuvieron representados en las prácticas culturales, sociales y religiosas, incluidos enterramientos, del antiguo Egipto durante más de 3.000 años.

Diosa Bastet representada como una antigua dama egipcia con cabeza de gato
Diosa Bastet representada como una antigua dama egipcia con cabeza de gatoKotofeij K. BajunWikimedia Commons

Los gatos se convirtieron gradualmente en símbolos de divinidad y protección y se destacaron en el arte del antiguo Egipto, lo que refleja el estatus único del animal entre las personas que habitaban a lo largo del río Nilo. Según Julia Troche, egiptóloga, profesora asistente de historia en la Universidad Estatal de Missouri, “los antiguos egipcios, en general, no adoraban a los animales, sino que veían a los animales como representaciones de los aspectos divinos de sus dioses”.

Durante la mayor parte de la historia de la civilización, los antiguos egipcios veían a los gatos como compañeros mutuamente beneficiosos. Eran una parte integral de la vida del antiguo Egipto y, de acuerdo con la aparición de gatos momificados en tumbas junto a los humanos, también debían tener un papel importante en la otra vida. “Las tumbas fueron la casa póstuma de muchos de ellos para la eternidad”, explica Troche. “En los enterramientos, ellos representaban con recuerdos a su familia e incluían sus mayores títulos y premios y las cosas que más disfrutaban haciendo en vida. Por eso, ver gatos incluidos en estas memorias dice mucho de su importancia tanto en la vida cotidiana de los antiguos egipcios como en su esperanza de que continuaran con ellos en el más allá”.

Los gatos también eran los favoritos de los faraones, lo que marcó una tendencia en todo el imperio. “Los antiguos egipcios tenían a los gatos en tan alta estima debido a las prácticas y preferencias de sus dioses, pero también porque sus reyes, los faraones, tenían gatos gigantes”, explica Monique Skidmore, profesora de antropología en la Universidad de Deakin.

Además de apreciar su capacidad para mantener las plagas fuera de sus hogares, los antiguos egipcios entendieron que los gatos de todos los tamaños son inteligentes, rápidos y poderosos. “Sekhmet era una diosa leona que era una deidad guerrera y protectora que mantenía a raya a los enemigos del dios sol Ra y que también mantenía alejadas las enfermedades”, señala Troche. “De esta manera, podemos ver que los antiguos egipcios pensaban en los gatos, de manera más general, como protectores, mientras que al mismo tiempo respetaban su ferocidad”.

A través de su omnipresente presencia en el arte, la moda y la ornamentación del hogar del antiguo Egipto, los gatos servían como un recordatorio diario del poder de los dioses.