Hallan 24 estatuas de bronce de más de 2.000 años de antigüedad en Italia
Se ha producido un descubrimiento excepcional “que reescribirá la historia”, según el responsable de la excavación, el arqueólogo Jacopo Tabolli
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“Un descubrimiento que reescribirá la historia”. Así definió el arqueólogo Jacopo Tabolli, responsable de la excavación, el excepcional hallazgo en Italia de 24 estatuas de bronce de la época romana y etrusca en perfecto estado de conservación, en unas antiguas termas en San Casciano dei Bagni, en la región de la Toscana. Realizadas probablemente por artesanos locales, las estatuas, cinco de ellas de un metro de altura, están datadas entre el siglo I antes de Cristo y el II después de Cristo. El santuario, con sus piscinas en ebullición, las terrazas en escalera, las fuentes y los altares existían ya en el siglo III antes de Cristo y permanecieron activas hasta el siglo V cuando, en época cristiana, fue cerrado pero no destruido. Las estatuas fueron sumergidas en las piscinas, que más tarde fueron selladas con pesadas piedras. Gracias al barro y el agua caliente en el que se encontraban sumergidas, las figuras están intactas y conservan las inscripciones en latín y etrusco que permitirán a los expertos conocer cómo fue la transición entre la cultura etrusca y la romana en la Italia antigua, así como cuáles eran las poderosas familias que las dejaron en ese lugar considerado un santuario.
“Es el mayor depósito de estatuas de la Italia antigua y el único en el que tenemos la posibilidad de reconstruir por completo el contexto. Esta posibilidad de reescribir la relación y la dialéctica entre etruscos y romanos es una ocasión excepcional”, señaló Jacopo Tabolli, el joven docente de la Universidad para Extranjeros de Siena, que desde 2019 lidera el proyecto de excavación con la colaboración del Ministerio de Cultura.
Según el arqueólogo y responsable de la excavación, las estatuas, que representan a Hygieia, Apolo y otras divinidades grecorromanas, solían adornar un santuario antes de ser sumergidas en aguas termales, en una especie de ritual, “probablemente alrededor del siglo I después de Cristo”. Algunas de las piezas son figuras enteras humanas o de dioses, mientras que otras representan partes del cuerpo y órganos que probablemente habían sido ofrecidos a los dioses para que intercedieran en la cura de algún problema de salud a través del agua termal.
Una de las primeras teorías hipotizadas por los estudiosos tras el sensacional hallazgo es que la lengua etrusca convivió con el latín de los antiguos romanos durante más tiempo de lo que se pensaba. “Incluso en épocas históricas en las que afuera estallan los más tremendos conflictos, dentro de estas piscinas y sobre estos altares los dos mundos, el etrusco y el latin, parecen convivir sin problemas”, señaló Tabolli. El investigador y especialista en arqueología itálica aseguró que era inusual que los objetos y estatuas de menor tamaño hallados junto a las 24 estatuas fueran hechos de bronce en lugar de terracota, lo que sugería que podían provenir de “un asentamiento de élite.
Para los expertos se trata del descubrimiento arqueológico más importante registrado en Italia desde el hallazgo de los Bronces de Riace, los ‘guerreros’ de dos metros de altura y 160 kilos de peso que fueron recuperados del mar en 1972. “Es un descubrimiento sensacional desde muchos puntos de vista y ciertamente es el yacimiento más significativo en la historia del Mediterráneo antiguo en el campo de los bronces”, celebró Massimo Ossana, responsable durante años de las excavaciones en Pompeya y en la actualidad director general de Museos del Ministerio de Cultura de Italia. El arqueólogo explicó que también las monedas y otros pequeños objetos votivos encontrados junto a las estatuas en perfecto estado de conservación son materiales inéditos que permitirán comprender muchos ritos.
Un país de tesoros únicos
Luigi La Rocca, director general para Arqueología del ministerio destacó por su parte la importancia del método utilizado en la excavación que, al igual que en otros descubrimientos más recientes en Pompeya, fue posible gracias a la colaboración de un amplio grupo de especialistas en disciplinas distintas: arquitectos, geólogos, arqueo-botánicos o expertos en epigrafía. “La estratificación de diferentes civilizaciones es única en la cultura italiana”, señaló el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, quien describió el descubrimiento como “un hallazgo excepcional”, que reafirma a Italia como “un país de tesoros inmensos y únicos” y ofrece “una oportunidad para el crecimiento de la industria cultural” así como para incentivar el turismo internacional en zonas menos conocidas del país transalpino.
Las autoridades italianas anunciaron la adquisición de un edificio del siglo XV en el pueblo de San Casciano, que albergará los tesoros hallados en las antiguas termas, y que en el futuro se convertirá en un auténtico parque arqueológico, una decisión que la alcaldesa de la localidad, Agneses Carletti, celebró por tratarse de una gran oportunidad a nivel cultural y turístico para la pequeña comunidad.