Arte, Cultura y Espectáculos

Joana Vasconcelos en cinco preguntas

La artista portuguesa habla de identidad, feminismo, la magia de lo cotidiano y la monumentalidad de sus obras

Joana Vasconcelos en cinco preguntas
Joana Vasconcelos en cinco preguntaslarazon

La artista portuguesa habla de identidad, feminismo, la magia de lo cotidiano y la monumentalidad de sus obras

Es la artista portuguesa más destacada de su generación y una de las creadoras contemporáneas más importantes del mundo. Joana Vasconcelos ha viajado de Lisboa, donde tiene su taller, a Madrid para asistir a los Premios Interiores, donde fue galardonada como Mejor Artista del año por la relación que guarda su obra con el diseño industrial, de moda y de espacios. La artista recibió el galardón de manos de Agatha Ruiz de la Prada, quien le hizo una reverencia al entregárselo; divertida y alagada, Vasconcelos le devolvió el gesto a la modista.

Desde principios de los noventa Vasconcelos ha utilizado el humor, el color, la cultura popular y los elementos de lo cotidiano para explorar, a través de sus enormes esculturas y sorprendentes instalaciones, cuestiones como la identidad, la participación del espectador en el arte y el papel de la mujer en la sociedad.

-¿Qué puntos de encuentro existen entre el arte y el diseño?

-En mi trabajo hago muchas veces cruces con la moda y el diseño. Ahora estoy preparando una línea con Roche Bobois y me han dado la libertad para transformar los objetos de diseño en esculturas. Trabajar con diseño, tanto de moda como de interiores y de objetos, me resulta natural porque muchas veces los objetos son mi punto de partida para crear una instalación.

-Usted saca los objetos de su ámbito cotidiano y los presenta como algo nuevo...

-Mi idea es pedirle a la gente que vuelva a mirar su día a día de otra forma, ofrecerles un contenido de magia. Existen muchos objetos, como las sillas o los teléfonos, que ya no los miramos. Estamos tan acostumbrado a ellos que han entrado en la banalidad de lo cotidiano. Lo que yo hago es transformarlos, darles una nueva vida, invitarte a que mires tu entorno, tu casa, de otro modo. Por eso aprecio mucho a quienes trabajan en moda y en diseño porque ellos, como yo, hacen un esfuerzo por hacer nuestra cotidianidad mejor, más práctica y más bonita.

-Una constante en de su trabajo es el gran tamaño de sus obras, ¿a qué responde esa monumentalidad?

-La monumentalidad es parte de la obra, no la obra en sí misma. Para conformar un discurso feminista, utilitario o político, por ejemplo, tomo los objetos del cotidiano y los convierto en algo nuevo, y eso hace que las obras se vuelvan monumentales. Si haces un zapato con cazuelas, es inevitable que el resultado sea grande. Lo mismo si utilizas un teléfono como objeto base y lo conviertes en una pistola. No busco hacer una pistola grande, busco hacer una pistola de teléfonos. La reflexión, en ese caso, es cómo la comunicación te ocupa los días y cómo, si pierdes tu teléfono, te sientes muerto.

-Usted ha defendido el feminismo desde su obra durante décadas, ¿qué opina de la ola feminista de los últimos años?

-El movimiento MeToo es significativo porque las mujeres deben poder hablar de sus temas personales, temas que antes eran tabú. Es importante que todas las sociedades sean conscientes de nuestra realidad. Pero si sigues en ello todo el rato terminas cayendo en la victimización. Y a mí la victimización no me cae bien. Creo que las mujeres deben hablar de sus problemas y asumirlos, pero no deben tener siempre el punto de vista de la víctima. Claro que son víctimas, pero también hay que saber pasar a la acción de manera que este tipo de cosas terribles dejen de suceder.

-¿Qué lugar ocupa la identidad en un mundo globalizado?

-La globalización ha hecho que el sentido de la identidad cobre fuerza. Vivimos en un mundo tan global que cada uno en su país tiene que comprender y luchar por su identidad para no perderla. Lo vemos ahora en Cataluña. Es decir, se puede llegar al extremo de la victimización. En todo caso, la identidad es un tema muy importante hoy porque nos plantea la pregunta: “¿Quién soy yo en este mundo conectado?”. Es una cuestión interesante. Ahora, por ejemplo, los artistas no salen de sus países: el artista japonés vive en Japón, el americano en Estados Unidos... porque la identidad es un tema relevante en el arte. Y es también una cuestión política y económica.

-¿Y usted se siente muy portuguesa?

-Muy portuguesa. "One hundred percent"(risas).