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Julieta Serrano: «El teatro me ha sido más fiel que el cine»

La intérprete recibe el Premio Nacional de Teatro por su participación en «Ricardo III», en Barcelona, y en «Dentro de la tierra», producida por el Centro Dramático Nacional

Julieta Serrano en «Dentro de la tierra», producida por el CDN
Julieta Serrano en «Dentro de la tierra», producida por el CDNlarazon

La intérprete recibe el Premio Nacional de Teatro por su participación en «Ricardo III», en Barcelona, y en «Dentro de la tierra», producida por el Centro Dramático Nacional.

Resulta comprensible que, más allá de «su incansable búsqueda artística e intelectual» y «su incalculable talento interpretativo», el jurado del Premio Nacional de Teatro haya querido destacar también en su fallo «el compromiso», la «generosidad en el trabajo» y la «cercanía» de una persona tan sumamente querida como es Julieta Serrano en el mundo de la interpretación, tanto por sus compañeros de profesión como por el público y la crítica. «Cada uno es como es», dice ella restando importancia a este rasgo de su carácter. Hace ya algún tiempo que esta mujer, nacida en Barcelona en 1933, pertenece por derecho propio a ese privilegiado grupo de actores considerados algo así como «leyendas»; ella, sin embargo, sigue comportándose con todos con la misma humildad de siempre, como si no fuese más que una debutante. «A veces también puedo ser muy antipática», asegura la actriz a LA RAZÓN, y acompaña sus palabras con una risa espontánea y franca que parece desmentir su propia afirmación.

Dividiendo su tiempo y sus esfuerzos entre el teatro y el cine –aunque «el teatro me ha sido más fiel», asegura–, la veterana actriz ha ido labrando durante más de 60 años una sólida y heterogénea carrera en la que se han alternado conocidas películas dirigidas por Almodóvar, Saura o Jaime de Armiñán con variadísimos proyectos para los escenarios que van desde la tragedia griega hasta el drama americano de Tennessee Williams, pasando por diferentes títulos de otros eminentes autores como Koltès, Lorca, Shakespeare, Genet, Brecht o Casona, sin olvidar a los grandes dramaturgos españoles del Siglo de Oro. Satisfecha e «Inmensamente agradecida» por un galardón que cree que «lo que reconoce, sobre todo, es el conjunto de mi carrera», la actriz ha querido recordar a quienes han sido decisivos en su andadura profesional. Entre ellos, Nuria Espert, cuya compañía puso en pie en dos ocasiones –en 1968 y en 1984– un montaje de «Las criadas» que ha pasado ya a la historia del teatro español. «Claro que tengo que acordarme de ella hoy –dice Serrano-. Nuria y yo hemos trabajado juntas siendo aún niñas. Y luego ella siempre me ha ayudado. Mi relación con ella es exquisita. También tengo que acordarme de Berta Riaza y de Alicia Hermida. Todas ellas han estado profesionalmente desde mis inicios y me han ayudado. Y son todas grandísimas amigas».

En cuanto a los directores con los que se ha cruzado la actriz dice haber tenido «dos padrinos fundamentales»: Miguel Narros y José Luis Alonso. «Ellos me trajeron a Madrid desde Barcelona, porque aquí era donde se hacía todo el teatro importante entonces, y me dieron mis primeros trabajos de peso. Madrid me lo ha dado todo: trabajo, directores, amistades, amores...». Su participación en «Dolor y gloria», la nueva película de Almodóvar, y su incorporación al reparto en la versión operística de «La casa de Bernarda Alba» que estrenará en el Teatro de la Zarzuela –«pero hago un personaje que no tiene que cantar, ¡porque yo no canto!», aclara– son sus proyectos más inminentes.