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Arte, Cultura y Espectáculos

Karim: "No hay nada que sea más aburrido que la verdad"

En «Solo para adultos» se desnuda en cuerpo y mente para contar su particular, cómica y cambiante visión del mundo que nos rodea.

Foto: Jesús G. Feria
Foto: Jesús G. Ferialarazon

En «Solo para adultos» se desnuda en cuerpo y mente para contar su particular, cómica y cambiante visión del mundo que nos rodea.

Karim es un humorista que hace magia y un mago que hace monólogos. Juguetón, observador, rápido y puñetero; en su nuevo espectáculo se desnuda en cuerpo y mente para contar su particular visión del mundo, que es cómica y cambiante, ya que no le gustan las personas demasiado rígidas con sus ideas. «Solo para adultos» no es para niños, como se podría imaginar. Picante pero no sexy, intenta conservar la capacidad de asombro intacta. Estará hasta el 20 de abril en Teatros Luchana.

–¿Humorista o mago?

–Más humorista que mago. Soy el típico español que hace muchas cosas. Y trato de hacerlas todas con humor.

–¿Existe magia en el humor?

–Muchísima. Tanto en la magia como en el humor hay sorpresa. De hecho, en eso se basan las dos disciplinas.

–¿Y humor en la magia?

–Se trata de un aderezo perfecto, pero se puede hacer magia sin humor, aunque yo no la entienda.

–¿La magia existe?

–Por supuesto. La magia sucede en la mente, no es algo tangible.

–Pues hay quien no cree...

–Pero ese es un problema de ellos, no nuestro.

–Me dijo una vez un mago que la magia es el arte de poner la ilusión al desnudo...

–Estoy muy de acuerdo. Para mí la magia es el poder conservar –con los años– la capacidad de asombro intacta.

–Desnudo, desnudo, ya se queda usted...

–Me lo tomo al pie de la letra (risas). Si en el espectáculo me desnudo de pensamiento, ¿por qué no hacerlo de cuerpo también? Además, es una manera de rentabilizar el gimnasio.

–¿Cómo son los magos?

–Como niños pequeños, nos ilusionamos constantemente. En el fondo, somos muy inocentes.

–¿Son de fiar?

–Completamente. Pocos magos tienen maldad. Nosotros no trabajamos el engaño, sino la ilusión.

–Son un poco tramposos...

–Eso es parte del juego. Dicen que mentimos, pero es que no hay nada más aburrido que la verdad.

–¿Qué le gustaría hacer por arte de magia?

–Si fuera un deseo particular, vivir lo que tenga que vivir, pero siempre en un cuerpo joven.

–¿Por qué un cuerpo y no una mente?

–Porque yo sé que siempre tendré una mente joven. Lo que me preocupa es el cuerpo, puesto que me quedan muchas cosas por hacer para las que necesito energía.

–¿Es un espectáculo solo para adultos?

–Es humor para adultos. La magia suele asociarse con los niños, pero yo quería hacer un espectáculo de magia y humor para adultos, aunque no necesariamente maduros.

–Pero si algunos niños saben más que muchos adultos...

–Ya, pero tendrán que aprender ciertas cosas cuando lo decidan sus padres, no yo.

–¿Qué opina de los pornonativos, es decir, de los niños que tienen su primera experiencia sexual con el porno via internet y luego reproducen esos patrones?

–Que es una consecuencia de la sociedad en la que vivimos y que desembocará en algún tipo de extremismo.

–Usted prefiere el público adulto, pero, ¿no cree que estamos asistiendo a una infantilización de la sociedad?

–Cada vez somos menos cultos, leemos menos y nos interesamos menos por lo que ocurre en el mundo. Somos más crédulos. No contrastamos las opiniones, y por eso no tenemos ideas propias y nos radicalizamos tan pronto.

–¿Qué podemos aprender en este espectáculo?

–No me gusta adoctrinar. Que cada persona saque sus propias conclusiones.

–¿Es picante?

–Un poco, pero tampoco demasiado. El sexo no es el argumento principal.

–¿Canta los goles Karim?

–Soy muy aficionado al fútbol. Primero soy del Sporting y luego del Madrid. Sin embargo, los que trabajamos en teatro competimos con el fútbol. De hecho, siempre miro los horarios de los partidos para ver cómo me pueden afectar.

–¿Sus goles son sus trucos?

–Podríamos decir que sí. Y los chistes.

–Quien tiene magia no necesita trucos...

–Pero yo soy partidario de que, por ejemplo, cuando se quiera hacer desaparecer algo se pongan las telas encima. Si no perdería encanto. El truco es el adorno, como la ropa interior del mago.

–¿Cuánto valen los suyos?

–No están a la venta.

–Dicen que todo tiene un precio.

–Mi cuerpo sí lo tiene, pero mis trucos no.

–¿Para qué los ha usado?

–En mis tiempos los usé para ligar y, en las aduanas, para evitar preguntas incómodas relacionadas con mi nombre. Con mi mujer, en cambio, no me sirvieron.

–En el cartel sale usted con el culo al aire... ¿Se ha quedado así muchas veces sin pretenderlo?

–Sí, muchas. En el escenario es divertido, porque el vacío resulta interesante. En la vida, menos.

–¿Por qué se desnudaría?

–Si se desnudaran en la portada de LA RAZÓN los principales líderes políticos, ahora que estamos en campaña, yo me desnudaría con ellos.