Cine

La «mentira» de la bajada del IVA al cine

Para el cine español, la bajada del IVA cultural ha sido durante años una especie de Excalibur

Solo la mitad de las salas han aplicado bajadas «insuficientes» de entre 40 y 90 céntimos en el precio de las entradas
Solo la mitad de las salas han aplicado bajadas «insuficientes» de entre 40 y 90 céntimos en el precio de las entradaslarazon

Para el cine español, la bajada del IVA cultural ha sido durante años una especie de Excalibur.

Cada uno de nosotros somos responsables de las ilusiones que nos hacemos respecto a las cosas. Es difícil escapar al pensamiento mágico. Por ejemplo, los celtas aguardan el retorno del rey Árturo, más dormido que muerto en la isla de Avalon, para restablecer la justicia, el poderío y la felicidad de Camelot. Para el cine español, la bajada del IVA cultural ha sido durante años una especie de Excalibur.

Una vez empuñada, todo se ajustaría por sí mismo: los cines bajarían las entradas hasta precios irrisorios, los espectadores llenarían a diario y en cada una de las sesiones, correría el champán y las palomitas, los actores (cerca del 90% no vive de su profesión) tendrían trabajo a destajo y las películas florecerían como el Jerte alrededor de mayo. Llevamos seis años, desde que en 2012 el Gobierno de Rajoy elevó al 21% el IVA de las entradas de cine, escuchando el mismo mantra: que el mundo será perfecto y el hambre acabará en África apenas se restablezca la normalidad en los tipos impositivos.

Para los que trabajamos en esto del periodismo cultural (especialmente en el cine), la pregunta respecto al IVA se convirtió en un clásico básico para ese momento en que la entrevista decae por su propio peso o el entrevistado se queda en blanco. Conviene decir que la bajada de los impuestos (sea el que sea) es buena «per ser» para cualquier ámbito de negocio, y probablemente era de justicia que la rebaja llegara tras las vacas flacas de la crisis. El problema es que el IVA al 10% instaurado por el Gobierno de Sánchez (ya lo había anunciado el de Rajoy) no ha hecho del solar del cine un mundo mejor.

Tanto es así que en las grandes cadenas de la industria y buena parte de las independientes, las entradas no han bajado o lo han hecho de manera imperceptible. Solo la mitad de salas, según datos del Ministerio de Cultura, han aplicado rebajas de entre 50 y 90 céntimos. La federación de exhibidores habla de 40 céntimos de media. El ministro de Cultura ve «insuficiente» estas cifras. Efectivamente, Excalibur ya está en nuestras manos, pero Camelot no asoma en lontananza. «Lo que no se puede hacer es pasarse años reivindicando el tema del IVA y cuando llega la medida, despistarse para aplicarla», asegura el ministro Guirao.

La culpa es esencialmente de los exihibidores y distribuidores, pero el golpe moral es para todo el discurso del cine, que ha vivido de una mentira, explotada a menudo con aviesas intenciones políticas. Ahora, Cultura baraja ideas para «revisar» esta situación, pero, ¿cómo puede obligar a las salas a bajar los precios? Parece que una vez desalojado Montoro de Hacienda, los problemas continúan.