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La nieta de John Le Carré debuta con «El legado de la serpiente»

La escritora norteamericana Jessica Cornwell, nieta del británico John Le Carré, ha debutado en la novela con “El legado de la serpiente”, un thriller con elementos de la novela histórica, primero de una trilogía, con el que ha querido mostrar su “amor por Barcelona”. Cornwell, que vivió una infancia rodeada de libros, con sus padres escritores, y en las visitas al Reino Unido en verano para ver a su abuelo, estudió en Stanford y, tras terminar sus estudios, decidió venir a España con la idea de estudiar teatro.

“Hace cinco años, tenía una beca para estudiar a Lorca y fui a Andalucía, y a partir de Lorca me interesé por el teatro catalán y la historia de la Guerra Civil española, y eso me condujo a Barcelona”, ha explicado hoy en un perfecto castellano la autora, que vivió en la capital catalana durante 2009.

En ese año, ha continuado, colaboró en un programa promovido por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Instituto del Teatro en el que se trabajaba sobre las políticas del teatro catalán contemporáneo, y estuvo además trabajando en prácticas en el seno de la compañía La Fura dels Baus.

“La estancia en Barcelona, primera gran ciudad en la que viví con un gran historia detrás, pues en California vivía en un pequeño pueblo, hizo que me interesara por Ramon Llull, tradiciones catalanas como El Cant de la Sibil·la, la alquimia o la cabalística”, ha confesado.

“El legado de la serpiente” (Planeta/Edicions 62) es una novela de misterio en la que converge el mundo mágico medieval con una serie de espeluznantes asesinatos sucedidos a comienzos de siglo.

La protagonista, Anna, una joven americana de carácter enigmático y brillante profesional ligada al mundo académico, está en el centro de una acción que transcurre entre Barcelona y Mallorca y en diferentes épocas -el siglo XIII, la época victoriana y la época actual.

El libro, que se publicó en Reino Unido a principios de año, donde ya ha valido a su autora figurar entre “las nuevas voces prometedoras”, continuará con otras dos entregas que, como la propia Cornwell ha revelado, “seguirá con el personaje de Anna, pero más enfocado en su propia historia, y en parte seguirá ambientada en Barcelona”.

“Cuando estuve en Barcelona me fascinaron sus calles, en ocasiones sombrías, románticas, que tan bien evocan lo mágico y lo espiritual, así como la belleza de los suaves montes que la circundan”.

Barcelona es un personaje más de la novela, aunque, advierte, “junto a elementos reales, hay también una ciudad inventada, casi gótica”.

En la documentación previa a la escritura, Cornwell se interesó por Ramon Llull y su “Ars Magna”, libro en el que, entre otras cosas, desarrolla un lenguaje especial con una serie de diagramas con figuras geométricas, que son consideradas precursoras del lenguaje de programación digital.

La novela de Cornwell es poliédrica, pues además del misterio, la autora aborda la cuestión de la violencia de las mujeres a través de las crudas descripciones de mujeres mutiladas, “silenciadas salvajemente, cortándoles la lengua antes de ser asesinadas”.

El interés por esta cuestión nació especialmente de la impresión que le produjo su colaboración con La Fura dels Baus en el montaje del clásico de Shakespeare “Titus Andronicus”. “Quería mostrar cómo se ha seguido produciendo esa violencia contra las mujeres a lo largo de distintas épocas de la historia”, ha explicado.

Cornwell, que no reveló a nadie que estaba escribiendo, no quiso pedir consejo a su abuelo y espera que este verano, cuando haya acabado su última novela, John Le Carré le ofrezca su impresión sobre “El legado de la Serpiente”.

La literatura española figura entre sus influencias narrativas, y Lorca especialmente, pero también se siente impresionada por los escritores góticos ingleses de los siglos XVIII y XIX, con obras como “El castillo de Otranto”, de Horace Walpole, “La piedra lunar”, de Wilkie Collins, o “Un invierno en Mallorca”, de George Sand.

Jessica Cornwell que siempre va acompañada por su cámara, fotografía y dibuja por afición, pero también para evocar los lugares cuando luego escribe.

La guinda de su especial relación con Barcelona se ha producido este último fin de semana, cuando estuvo en Montserrat con su novio y allí le ha pedido matrimonio. “O sea que sigue mi relación romántica con la ciudad”.