La búsqueda literaria del Santo Grial
Un ensayo repasa los textos de la Edad Media que difundieron las narraciones alrededor de la copa de Cristo. Victoria Cirlot analiza en un excelente libro la leyenda y repasa los personajes ligados a ella en el mejor compendio hasta ahora sobre este relato
Victoria Cirlot repasa los textos medievales que recogen este mito y analiza, en un compendio ilustrado, los personajes y el significado de su historia a lo largo de los siglos
Una noche un joven caballero es invitado a un castillo misterioso por un rey enfermo y, durante la cena, presencia una escena inolvidable. Se abre una puerta y entra un cortejo formado por varios personajes; hay un criado que sostiene una lanza blanca de cuya punta brota una gota de sangre y una hermosa doncella que lleva en las manos un grial que ilumina la estancia. El asombrado caballero, por modestia o cortesía, no pregunta por aquella maravilla que pasa ante sus ojos y que desaparece en una habitación contigua. Otras dos veces a lo largo de la velada verá el misterioso cortejo, pero guarda silencio, pues piensa que ya se enterará a la mañana siguiente. Pero cuando despierta no hay nadie ya a quien preguntar. Todo ha desaparecido y en cada encuentro desde entonces se le reprochará no haber hecho la pregunta clave: «¿A quién se sirve con el Grial?» .
Los tesoros de Jerusalén
Ese es el núcleo del mito iniciático y místico por excelencia de la Edad Media, protagonizado por Perceval al que ahora dedica un enjudioso estudio Victoria Cirlot. Desde su primera aparición en «El cuento del Grial», de Chrétien de Troyes, en el siglo XII, esta historia enigmática y evocadora –nunca aclarada del todo– se convertirá en el mito por antonomasia de la era de las Cruzadas, que supone el marco para la poética del Grial, tal y como se presenta en este ensayo. Se entiende poética en el ensayo, no en el sentido restringido clásico, sino «lato sensu», referido a la génesis mitopoética de la leyenda del Grial, a la creación de un símbolo que funciona a la vez como vehículo y esencia de la historia. La pérdida de Jerusalén y sus tesoros místicos ha de leerse en el trasfondo de esa búsqueda y de la huella profunda que ha dejado en la literatura. Esta poética continúa durante cien años, en diversas versiones que retomaron el mito tanto por lo inacabado de la obra de Chrétien como por el enigma que contenía: las cuatro «Continuaciones en verso» (1190-1240), la «Historia del Santo Grial», de R. de Boron (1190), «Perlesvaus» (1210) y «La búsqueda del santo Grial» (1235) y, en Alemania, sobre todo el «Parzival», de W. von Eschenbach (1200). Nadie mejor que Cirlot, reconocida experta en literatura medieval, en su simbolismo y en sus mitos, para guiarnos en este fascinante recorrido por el mito del Grial a través de la historia literaria de la Edad Media.
Pero ¿qué es el Grial? A veces parece un recipiente sobre el que se lleva una hostia consagrada que ilumina la sala; otras veces la bandeja de la cena Pascual, símbolo sacrificial o, como en el relato galés de Peredur, una bandeja que porta una cabeza; también aparece como un cáliz consagrado, como el santo grial que recoge la sangre de Cristo o bien, en «Parzival», como una piedra mágica sobre la que desciende el Espíritu Santo. Entre iconografía cristiana y trasfondo pagano, muchas han sido las claves exegéticas para este misterioso episodio desde la antropología, la filosofía o la filología (Weston, Lacan o Burdach son ejemplos). Destaca la comparación con otros mitos griegos, celtas o egipcios, la posible evocación de la «Pesaj judía» (que Chrétien, según Martín de Riquer, habría conocido bien), o de la liturgia bizantina en el contexto del cambio de la litugia eucarística en Occidente. En el trasfondo, por supuesto, el mito iniciático de la caballería medieval, con sus diversas lecturas y relecturas.
A este complejo puzle simbólico pasa revista Cirlot, comenzando con la genial intuición de Chrétien que compone la feérica escena inicial como comienzo de un ciclo filosófico que une lo sensible y lo espiritual. El primer capítulo analiza el fondo histórico del mito en el contexto de la corte de Felipe de Flandes. A continuación se nos introduce en el detallado examen de la escena del cortejo, desde diversos puntos de vista, para luego, en el capítulo tercero, atender a la aventura de Gauvain, con la que Chrétien interrumpe la historia de Perceval. Los siguientes tres capítulos analizan las continuaciones y las reorientaciones del mito en Boron y en el «Perlesvaus». Una interpretación que retoma los aspectos cristianos del final de la narración de Chrétien y los desarrolla en una poética más visionaria que indagadora va tomando forma. Un nuevo héroe, el puro Galaad, sustituye a Perceval en una búsqueda de una espiritualidad casi neoplatónica. El capítulo 7 versa sobre «La búsqueda del Santo Grial» y, al final, se estudia el Parzifal y la innovación del lapis exillis y de la pregunta que transita desde el conocimiento a la piedad.
En pocas palabras, hoy este libro es el mejor compendio posible sobre el mito del Grial, pues con un poderoso hilo argumentativo va examinando cada obra singular que lo recoge y proponiendo una senda exegética cierta. Como destaca Cirlot, la figura de Perceval inaugura un nuevo tipo de héroe con una actitud filosófica ante el mundo: es el héroe que indaga, busca / pregunta en su «queste» (latín quaerere). Perceval ha de preguntar sobre el enigma, pero guarda silencio: es, como ve Lévi-Strauss, un par opuesto de Edipo, el héroe que responde al enigma (aunque en Sófocles, ciertamente, acaba siendo también un héroe que pregunta e indaga, hasta llegar al inefable conocimiento de sí mismo).
Decía Borges en «El oro de los tigres» que hay en la literatura cuatro ciclos o argumentos míticos que estamos condenados a repetir para siempre: el asedio de una ciudad destinada a perecer, el regreso del héroe a casa, la búsqueda del héroe en pos de un objeto legendario y el sacrificio por sus semejantes. El tesoro del tercer ciclo, que en la antigüedad fue –entre otros nombres– el vellocino de oro, era, sin duda, en la época de las cruzadas el gradalis, graal o grial. Pero gradualmente se contaminará con el cuarto ciclo, el de Cristo como héroe y el de la comprensión de su sacrificio por un conocimiento místico. Y así la búsqueda devino interna y la pregunta se convirtió en visión. De este tránsito, y de muchas otras cosas, en fin, nos habla esta apasionante interpretación del mito del Grial.
Sobre la autora
Victoria Cirlot es experta en literatura medieval, especialmente en la cultura caballeresca y mística del medievo. Es catedrática de filología románica en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
Ideal para...
Seguir la pista del Grial en la literatura con todas sus apariciones e interpretaciones en un estudio completo y actualizado del gran símbolo medieval de la eterna búsqueda como aventura vital.
Un defecto
Si hubiera que comentar alguna carencia, sería quizá un tratamiento de la recepción del mito en la modernidad, lo que le daría un carácter global, pero esto estaba fuera del propósito de la obra.
Una virtud
La edición exquisita, ilustrada con miniaturas medievales, con un cuidado extraordinario de los aspectos formales que va en consonancia con el contenido de este volumen, que constituye un estudio riguroso y a la par ameno.
Puntuación: 10
Lecturas relacionadas
«El cuento del grial», de Ch. de Troyes; Acantilado, 536 páginas, 30 euros
En esta última obra de Chrétien de Troyes, compuesta en el año 1180, aparece por vez primera el Grial y en ella puede decirse que comienza su fecundo mito literario.
«Historia del rey Arturo y de los...», de C. G. Gual; Alianza, 232 páginas; 9,80 euros
Un recorrido completo y compendiado por toda la «materia de Bretaña» que va desde la invención de grandes caballeros de noble linaje como Arturo, hasta el mito de Perceval.
«Figuras del destino. Mitos y Símbolos...», de V. Cirlot, Siruela, 303 páginas, 22 euros
Un completo estudio sobre los mitos de la caballería y el destino de sus figuras principales, incluyendo Tristan y Perceval y la búsqueda que se emprende por el Grial.