Real maravilloso
45 años sin Alejo Carpentier: sus tres novelas más destacadas
El inventor de lo real maravilloso, premio Cervantes 1977, murió el 24 de abril de 1980 en París
El escritor cubano-francés Alejo Carpentier, inventor del género real maravilloso, falleció el 24 de abril de 1980 en París a la edad de 75 años. Hoy se cumplen, por tanto, 45 años desde su muerte.
Alejo Carpentier nació en Lausana (Suiza) en 1904, hijo de un arquitecto francés que se estableció en las Antillas. En 1921 abandonó los estudios de arquitectura y se dedicó al periodismo, integrándose en el llamado 'Grupo Minorista'. Fue encarcelado por motivos políticos durante el régimen de Machado en Cuba. En 1928 se embarcó de polizón para Francia, donde permaneció hasta 1939. De regreso a Cuba trabajó en la radio. Luego se estableció en Venezuela desde 1945 a 1959, fecha en la que regresa a Cuba, para dirigir la Editora Nacional.
Desde finales de 1966 residió en París, donde ejerció un relevante cargo diplomático, hasta su muerte, en 1980. Carpentier publicó los libros de ficción 'Ecue-Yamba-O', 'El reino de este mundo', 'Los pasos perdidos', 'Guerra del tiempo', 'El acoso', 'El siglo de las luces', 'El recurso del método', 'Concierto barroco', 'Consagración de la primavera' y 'El arpa y la sombra'. Se le concedió el Premio Cervantes en 1977.
También ejerció la profesión de musicólogo, con investigaciones musicales y organizaciones de conciertos, entre otras actividades; sin embargo, alcanzó la fama debido a su actividad literaria.
Carpentier describió lo real maravilloso en su introducción a su gran novela 'El reino de este mundo': "Pisaba yo una tierra donde millares de hombres ansiosos de libertad creyeron en los poderes licantrópicos de Mackandal, a punto de que esa fe colectiva produjera un milagro el día de su ejecución... A cada paso hallaba lo real maravilloso». Al final de la introducción Carpentier planteó una pregunta a los futuros lectores: "¿Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso?". Así aisló su concepto a algo exclusivamente latinoamericano y no nacional. En 'El reino de este mundo', lo real maravilloso forma una perspectiva más de la historia; no es necesariamente una ficción.
Si hubiera que seleccionar, destacaríamos estas tres obras del escritor cubano:
'El reino de este mundo'
Un alucinante relato en la aventurosa corte real haitiana de Henri Christophe. Un mundo de pasiones que se desenvuelven en medio de la feroz caricatura de la corte bonapartista, construida con los elementos casi salvajes de una isla antillana en la que la tiranía ha cambiado brutalmente de nombre y en la que los ecos del tamtam repercuten en el latón de los uniformes y en las borlas de las bordadas mitras de fingidos obispos.
'El siglo de las luces'
Carlos y Sofia viven en una delirante disciplina de deshoras que les lleva a acostarse con el alba, a comer cuando tienen hambre y a vagar por los pasillos donde se acumulan los muebles apolillados. Víctor Hugues se introduce en sus vidas y se hace indispensable para los adolescentes. Con él entrará la vida y las nuevas ideas del siglo XVIII.
'¡Écue-Yamba-Ó!'
Narra la vida de Menegildo Cue, negro cubano en los primeros años del siglo XX. Aunque se ha venido clasificando dentro del cajón de sastre llamado 'novela afrocubana', lo cierto es que esta obra es una de las más influyentes dentro de su género, y muy reveladora dentro de la producción del autor. Deslumbra y emociona con un crisol de tendencias estilísticas existentes a principios del siglo pasado. Adorna sus detalladas descripciones naturalistas con vanguardistas metáforas del Futurismo.