«Tránsito»: Marsella, 1940: huir del nazismo es posible
Anna Seghers, autora señalada por los nazis, concibió esta obra para volcar sus vivencias durante el horror de aquella Alemania
★★★★
Toni MONTESINOS
Bajo un seudónimo, cuyo apellido tomó de un pintor holandés, publicó varias novelas exitosas Netty Reiling (Maguncia, 1900-Berlín, 1983), como «La séptima cruz», de trasfondo antifascista, llevada al cine en 1944. Anna Seghers sería sin embargo una autora señalada por los nazis, que quemaron sus libros, lo cual la obligaría a huir de Alemania. Primero, recorrió Suiza y Francia hasta poder embarcarse hacia América: recaló en México con la idea de dar el salto definitivo a Estados Unidos, pero no se le aceptó el visado por una enfermedad de su hija. En todo caso, acabó teniendo una vida culturalmente productiva en tierras mexicanas durante los siete años que estuvo viviendo allí. Y justamente con parte de estas vicisitudes como forzosa migrante concibió «Tránsito» (traducción de Carlos Fortea).
La obra nos lleva al año 1940, a una Marsella donde parece ser posible alcanzar la libertad lejos del fascismo. En esa ciudad son incontables los seres que anhelan obtener los sellos y certificados para poder cruzar el océano. El narrador del relato llega a la localidad francesa tras haber escapado de dos campos de trabajo y vivirá un misterio por cuanto se le pide que entregue una carta en París a un hombre que, en realidad, se ha quitado la vida, dejando una maleta con cartas y un manuscrito literario. Así, por mero azar, acaba poseyendo los debidos documentos y adopta una identidad que no es la suya, surgiéndole la tentación de vivir un romance con la esposa del propietario real de esos papeles.
▲ Lo mejor
Los personajes variopintos que pueblan la Marsella que se recrea merecen de por sí la pena
▼ Lo peor
Pese al transfondo nazi, no teman un relato extremo, pues se convierte en uno de amor