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Libros de la semana

Amor en tiempos de terror y otras tres historias imperdibles

Entre las novedades, destaca la novela de Francisco Serrano que ha obtenido el XXI Premio Tusquets Editores 'El corazón revolucionario del mundo', «una historia de terroristas enamorados»

Atentado de ETA en la Plaza de la República Dominicana, en Madrid, 1986
Francisco Serrano traslada al lector a los terribles años de plomo; en la imagen, atentado de ETA en la Plaza de la República Dominicana, en Madrid, 1986Europa PressEuropa Press

Un atormentado amor durante los terribles años de plomo

Por Jesús Ferrer

Francisco Serrano ha obtenido el XXI Premio Tusquets Editores de Novela con «El corazón revolucionario del mundo», «una historia de terroristas enamorados», en palabras del autor. Inspirándose en el terrorismo europeo de los años setenta del pasado siglo, encontramos las peripecias de un violento grupo anticapitalista, en el que se hallan integrados Valeria, una intrépida joven idealista, y Carlos, avezado experto en armas. Ambos tienen como teórico y mentor a Joel, cautivador personaje de oscuras intenciones. En un contexto de creciente mitificación ideológica, Valeria tiene como referente a la cosmonauta soviética Valeria Tereshkova en clara muestra de empoderamiento femenino, lejos de las tareas subalternas que se le asignan. Imbuida de una quimérica irrealidad, cuando el grupo entre en acción le irán acometiendo duras contradicciones personales y ásperos dilemas éticos. No tardará en aparecer cierta autocensura: «No hagas preguntas, se recordó, las preguntas expresan duda, expresan falta de compromiso». Dogmatismo doctrinario frente a libertad de pensamiento.

Otros personajes, émulos narrativos de bandas armadas como la Baader-Meinhof o la propia ETA, irán engrosando una historia de horrores cotidianos y truncadas esperanzas. El retrato de aquellos años de plomo se combina con el desencanto producido por la inutilidad de la violencia, la negación del discurso político y la atormentada conciencia de la actividad criminal. El secuestro de un prohombre y su cruel tortura posterior vertebran el deshumanizado cariz de la radicalización, que Joel explica así: «Nosotros trabajamos un terror profundo, algo que solo se insinúa en la noche, en la ausencia de luz. Nadie comprende lo que nos hacemos a nosotros mismos. Tú tienes la obligación de comprenderlo». Novela de inteligente planteamiento y absorbente lectura.

  • 'El corazón revolucionario del mundo', de Francisco Serrano

La Revolución de los Claveles, del plano político al más íntimo

Por Diego Gándara

No todo fue un camino de rosas o, mejor dicho, de claveles. Porque la Revolución de los Claveles de 1974, que significó el nacimiento de la democracia en Portugal después de casi cuarenta años de dictadura, demandó esfuerzos y cambió para siempre no sólo la política del país, su forma de gobierno, sino también la vida íntima de millones de portugueses, que vivieron aquel tiempo de acelerados y pausados movimientos al calor de los acontecimientos que, años después, son históricos. Como históricas son las vidas de estos tres personajes de «Revolución», la nueva novela del escritor y periodista portugués Hugo Gonçalvez (Sintra, 1976), que se encuentran enredados por lazos familiares y por los hechos que en ese momento se viven en el país: son los hermanos Storm, unidos y distantes al mismo tiempo y afectados, de manera directa o indirecta, por la revolución.

Ellos son Maria Luísa, una empecinada militante comunista que pasa a la clandestinidad; Pureza, la hermana mediana, una mujer de corte tradicional y cuya idea de futuro no coincide con las ideas revolucionarias; y Frederico, el menor, que ni sueña con el dinero ni con la revolución, sino que parece más bien interesado en vivir una vida ajetreada, divertida, lejos del calor de las balas. Así, siguiendo la vida de cada uno de los hermanos Storm, Gonçalves se adentra, por un lado, en la complejidad de los vínculos familiares, y, por el otro, en los efectos que los hechos sociales tienen sobre las familias en general y también sobre los individuos. El resultado es una novela excepcional, bien construida, con personajes perfectamente pincelados y que conforma un enorme fresco de lo que fue la Revolución y sus consecuencias, tanto en el plano político como en la más estricta intimidad. Gonçalves, en cualquier caso, demuestra que la política también nos atraviesa como un asunto personal.

  • 'Revolución', de Hugo Gonçalves

El indiscutible poder del lenguaje para crear o cercenar identidades

Por Ángeles López

En «Lengua viva», la escritora franco-rusa Polina Panassenko aborda con sutileza y humor la fractura íntima que produce el exilio lingüístico. Su primera novela se instala en ese territorio movedizo donde la lengua es, a la vez, refugio y frontera. El relato se abre en un tribunal de Bobigny, donde la protagonista –después de años viviendo en Francia bajo el nombre afrancesado de Pauline– reclama ante la justicia su identidad original: Polina. A partir de esa escena fundacional despliega una narración que fluctúa entre la memoria de la infancia en la Rusia postsoviética y la adaptación a la vida francesa. No se trata solo de un cambio de idioma, sino de una metamorfosis del yo más íntimo. Cada palabra, cada balbuceo, encierra la tensión entre dos alfabetos, dos modos de sentir, de «convertir» y de pensar.

El título original, «Tenir sa langue» («Mantener la lengua»), condensa el epicentro del libro: callarse para adaptarse, pero también preservar el idioma materno como un acto de resistencia. Panassenko convierte esa dualidad en una lírica de la supervivencia. Con una prosa precisa e irónica, logra que lo íntimo adquiera una dimensión política. Su mirada sobre la Rusia de su infancia, poblada de abuelos, dachas y palabras eslavas, evita la nostalgia complaciente y se enriquece con una vibración sensorial y afectiva. Francia, en cambio, aparece como el lugar de la conquista: el idioma nuevo, los malentendidos, la asimilación forzada. Entre ambas orillas encuentra una lengua propia, viva, híbrida. No es solo una novela sobre la emigración, sino una reflexión luminosa sobre el poder del lenguaje para crear o cercenar identidades. Panassenko convierte la escritura en un acto de insumisión. En un tiempo en que las raíces se confunden, el libro se erige como una defensa feroz de la memoria y del coraje de ser uno mismo.

  • 'Lengua viva', de Polina Panassenko

Vuelta al deshumanizado mundo del espionaje de Le Carré

Por Lluís Fernández

La Guerra Fría terminó el día que cayó el Muro de Berlín sobre el comunismo soviético. En 1989 dejó de tener sentido la novela de espionaje que enfrentaba la URSS con EE UU y las democracias occidentales. Especialmente las de John le Carré y sus agentes dobles del MI6, la STASI, KGB y la CIA, que surgían ateridos del frío berlinés. La mejor metáfora de que ese mundo había muerto es Jason Bourne, el espía con amnesia traumática creado por Robert Ludlum en 1980. La posmodernidad irrumpía con este héroe problemático, en obsesiva busca de sí mismo y de su identidad perdida. Añádase el cambio de enfoque del villano comunista soviético que quiere dinamitar la democracia que defiende James Bond por el terrorista islamista, Ghaled, de las Fuerzas de Acción Palestinas (FAP), que aparecen en «Chantaje en Oriente» (1972).

Cinco años después del fallecimiento de John le Carré, su hijo, el escritor Nick Harkaway ha querido continuar las novelas de espionaje de su padre con «La decisión de Karla», reconstruyendo el mundo de Circus, Control y los agentes Smiley, Leamas y Mundt, y asimilando el estilo literario que le dio fama mundial a John le Carré: atmósferas desconcertantes, caos narrativo, circunloquios, cambios bruscos de escenario y prolijas descripciones. Hay que reconocer que Harkaway ha reflejado ese mundo de forma tan laberíntica y enmarañada como su padre. Imita su prosa sincopada, que sólo interrumpe para que el lector no se pierda. Que, al final, acaba comprendiendo que ese frenesí dislocado es la metáfora literaria del absurdo mundo nihilista y deshumanizado del espionaje. Para Le Carré, en ese mundo donde impera la traición, comunismo y capitalismo son la misma porquería. Máxima que Harkaway continua de forma espléndida.

  • 'La decisión de karla', de Nick Harkaway