Los próximos Goya hablarán inglés
La creciente producción española en este idioma podría cambiar radicalmente los nominados a los galardones de la Academia
En nuestra cinematografía no es una novedad que películas rodadas en inglés y protagonizadas por actores que hablan este idioma se conviertan en las películas más taquilleras. Sin embargo, aunque estas cintas han conseguido importantes premios, la Academia se resiste a premiar a intérpretes que no hablen español. En 1996, «Tierra y libertad» obtuvo el único Goya al que optaba: el de Mejor Actriz Revelación para Ana Pastor. Los académicos no supieron apreciar que en el reparto se encontraba una de las intérpretes que como directora alcanzaría talla de peso pesado en la industria nacional: Iciar Bollaín. Tampoco parecieron vislumbrar el aura de gran director comprometido de Ken Loach, que el Festival de Cannes elevaría a imprescindible. Pero lo que es más importante, pasó desapercibida una coproducción destinada a marcar un camino para el futuro: abrir el mercado. Los diálogos en inglés de aquella película (justificados al tratarse de miembros de las Brigadas Internacionales en España) eran entonces un exotismo que ahora, sin embargo, parece convertirse en la tabla de salvación de la industria.
De hecho, no ha habido pocas polémicas porque durante los últimos años buena parte de la cuota de pantalla ha provenido de películas internacionales producidas en España. A saber: «El reino de los cielos» (2005), «El perfume: historia de un asesino» (2006), «Vicky, Cristina, Barcelona» (2008), «Midnight in Paris» (2011), «Ira de titanes» (2012), «Mamá» (2013)... Todas ellas han sido defendidas por la industria como propias. Sin embargo, no han querido recompensarlas con premios cuando les ha tocado votar en los Goya.
Ampliar el mercado
Esta coyuntura podría estar a punto de acabar en nuestra industria, pues tras el descenso de espectadores continuado en España, la industria nacional empieza a buscar salidas a través de una ampliación del mercado, algo que pasa, inevitablemente, por rodar en inglés. Y más cuando en el mundo anglosajón ya existe el fenómeno del terror español, es decir, la creciente demanda por parte de Hollywood de realizadores españoles solventes en cine de género. «No es algo que vaya a suceder, sino que es el presente. La mayoría de los proyectos en los que estoy trabajando con productoras españolas son en inglés; si queremos financiar las películas fuera del sistema de subvenciones e ir a Berlín o a Cannes para encontrar la financiación, rodar en inglés es un paso necesario», asegura Paco Cabezas, que acaba de rodar en Los Ángeles «Tokarev», con Nicolas Cage como protagonista, que repetirá a las órdenes del español en «Men with no Fear», producida por Bryan Singer.
Otros, como Amenábar, han decidido mantener el sello de autor, pero para poder tener presupuestos mayores, rueda en inglés, aunque con parte del capital y del equipo técnico nacional. Su próxima película, «Regression», estará protagonizada por Ethan Hawke y Emma Watson, rodada en inglés, pero producida por Fernando Bovaira a través de la compañía española MOD. Algo similar podría ocurrir con Juan Antonio Bayona. Tras el gran éxito de «Lo imposible» (que se convirtió en la película más taquillera de la historia del cine español), el realizador podría embarcarse en otra producción española pero en inglés, un trabajo que dependerá también del rodaje de la secuela de «Guerra Mundial Z», protagonizada y producida por Brad Pitt, y en la que Bayona ya está confirmado como director. Por no hablar de que la película española más esperada de este año es «Open Windows», de Nacho Vigalondo, protagonizada por Elijah Wood y Sasha Grey. «Hay varios festivales internacionales de primer nivel compitiendo por la película», asegura Enrique Lavigne, uno de sus productores de la cinta, para dar idea de la expectación que levanta. Jaume Collet-Serra, afincado en Los Ángeles desde hace años, también ha utilizado esta fórmula con «Mindscape» (estrenada en enero de este año), producida por él con la mayoría de capital español y dirigida por Jorge Dorado. «Se produce de manera internacional y se rueda en España. Este tipo de película en Estados Unidos te cuesta 20 millones. Si la haces en España y en español la cantidad también es diferente. Rodar en inglés es una manera de garantizar que la financiación salga adelante», explica el productor.
Sin consecuencias en la creatividad
Los ejemplos no terminan aquí. Matthew Fox ya rueda en Budapest «Welcome to Harmony», del director español Miguel Ángel Vivas y con capital nacional y que espera repetir el éxito de «Secuestrados». ¿Afecta el cambio de idioma a la creatividad de nuestros directores? «No creo que limite demasiado. Sí afecta cuando quieres trabajar con algunos actores españoles y, a veces, no es posible, pero a nivel creativo y visual es exactamente igual. Al final se trata de contar una historia, de emociones, ya sean en inglés, en español o en chino», añade Cabezas. Juan Carlos Fresnadillo, Isabel Coixet... En definitiva, existe más de un motivo para pensar que el próximo año, sino los siguientes, los académicos tendrán que enfrentarse a la posibilidad de nominar en las principales categorías a películas rodadas en inglés con protagonistas anglosajones. ¿Está preparada la Academia para poner a competir a Fox con Elijah Wood en la categoría de mejor actor o a Sasha Grey frente a Emma Watson, ambas como protagonistas de producciones españolas, en la de mejor actriz? «Creo que la Academia debe adaptarse a los tiempos que corren; lo que cuenta no es la lengua en la que se habla sino de dónde sale el equipo creativo y humano de la película en cuestión», añade Cabezas. Por el momento, la Academia este año ha sido bastante tibia con «Grand Piano», de Eugenio Mira y producida por Rodrigo Cortés, con sólo una nominación a mejor vestuario y/o maquillaje. Quizá, en la próxima edición, no les quede más remedio.