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Cine

"El maestro que prometió el mar": Enric Auquer y el idealismo republicano

El actor catalán presenta su candidatura a los Goya con un drama histórico, dirigido por Patricia Font, sobre un profesor fusilado durante la Guerra Civil

Patricia Font (izda.) y Enric Auquer durante el rodaje de "El maestro que prometió el mar"
"El maestro que prometió el mar": Enric Auquer y el idealismo republicanoFILMAX

Bien sea por convicción histórica, bien sea por una cuestión política, estamos acostumbrados como espectadores a que los acercamientos a la Guerra Civil española la contemplen como un hecho inerte. Algo muy triste que ocurrió hace mucho tiempo; algo muy feo que hay que recordar para no repetir. Por eso la propuesta de "El maestro que prometió el mar", nueva película de la directora Patricia Font protagonizada por Enric Auquer, no solo merece la pena por su compromiso reivindicativo, sino por sus ganas de entender la historia de nuestro país como un ente vivo, como una línea de vida que conecta lo contemporáneo con lo marcado a sangre y fuego.

La película, con un espléndido guion de Albert Val basado en el libro "Desenterrant el silenci" (Blume) de Francesc Escribano, cuenta los últimos meses de vida del profesor catalán Antoni Benaiges, asesinado por el bando nacional al inicio del conflicto cainita. Y es importante que sea profesor, por la historia de idealismo republicano a la que se acerca con mimo didáctico la película, y es importante que sea catalán, por la recreación ficcionada de su personalidad que han tenido que crear actor y directora: "Es un personaje muy cinematográfico, pero es verdad que a la hora de darle vida necesitábamos inventar, crear. No sabíamos cómo hablaba, cómo se movía, esos detalles que son los que le dan vida y que Enric ha hecho determinantes. Se había documentado mucho por su cuenta y llegó al rodaje con muchísimas ideas, dándole muchas capas al personaje. Es un actor que se arriesga, es muy valiente y prueba cosas. Y así propuso lo del acento catalán", explica la realizadora.

"El maestro que prometió el mar"
"El maestro que prometió el mar"Deborah Palomo SturlaAgencia EFE

Profesor, catalán, republicano

Y sigue Auquer: "Lo del acento lo traje porque tenía en mente la referencia de (Salvador) Espriu, o Josep Pla, también, que además vivió esos tiempos. Patricia me lo compró bastante rápido pero los productores estaban muy cagados al principio. Había muchas dudas y lo luché fuerte, pero todo el mundo lo ha acabado agradeciendo. Al final es una licencia artística y creativa, era algo que con Patricia teníamos claro, teníamos que conseguir sacarle de su hábitat natural, remarcar que estaba lejos de casa. Eso, con el acento, lo hacíamos de manera bastante clara", completa el intérprete, que aquí presenta su candidatura al Goya desatándose en idilio con las letras, la enseñanza y unos niños que, entre otras cosas, nunca han visto el mar.

Ese es precisamente el hilo conductor de un filme que se parte en dos: por un lado, somos testigos del clima de crispación política y vecinal en el que Auquer llega al pueblo de Bañuelos de Bureba dispuesto a revolucionar la escuela; y por otra parte, ya en la actualidad, seguimos a Laia Costa intentando buscar los restos mortales del maestro, que marcó para siempre la vida de su propio abuelo y que reposa como otros miles en una fosa común desconocida. "Hay muchísimas películas que hablan de la Guerra Civil, o de los períodos previos o posteriores, y no tantas, casi ninguna, que hablen de las fosas comunes, de esa herida abierta. Fue lo que más me atrajo de la historia, porque me daba espacio para hablar de que ese conflicto del pasado se estaba aún arrastrando en el presente, en forma de memoria histórica, fosas comunes o heridas transgeneracionales de los familiares", explicaba Font a LA RAZÓN en la pasada Seminci de Valladolid, donde la película tuvo su presentación oficial.

Una guerra nunca tiene final feliz

Pero, teniendo clara la voluntad política de "El maestro que prometió el mar", cabe preguntarle a sus responsables por el sambenito que arrastran este tipo de producciones en nuestro país y que pasa por un sector de la audiencia, a priori, poco dispuesto a revisar la guerra fratricida: "Es tan simple como que, si te llega una historia increíble que merece ser contada, hay que contarla. Sea de la Guerra Civil o del contexto que sea. La vas a contar porque lo merece. Hay que quitarse los prejuicios y las disposiciones de encima", explica Font antes de que intervenga Auquer: "Es una cuestión de disposición, yo también lo creo. (...) Claro que es una historia política, porque abrir la boca en este país es política. Pero es que este sigue siendo un país de bandos, nos hemos negado a empatizar. Hay que mirar las películas sin miedo a que te puedan emocionar, mirarlas sin prejuicios", completa el intérprete, al que le parecía importante mostrar que la apertura y búsqueda de fosas comunes no es una cuestión individual, que "se necesita voluntad política".

Con un reparto que completan Luisa Gavasa o Ramón Agirre, además de unos niños más que correctos, "El maestro que prometió el mar" bien puede pecar en exceso de didactismo, como explicando de más lo terrible de los hechos, pero esa desazón, desesperanza casi, explica Font que es completamente intencional, antes de despedirse: "era importante que ninguna de las dos tramas tuviera un final feliz. No se han encontrado los restos. Había la opción de inventarnos que sí, porque hay gente que los encuentra, pero estaríamos faltando a la verdad respecto a la gran mayoría. Es un tema que no está cerrado y era importante trasladar esa sensación de que no hay un final feliz".