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Papel

Mapplethorpe y la misma polémica de hace cuarenta años

Cada exposición suya nos hace abrir los ojos de par en par en busca de un sexo fuera de sitio, fuera de foco. Su rostro nos sigue mirando desde el más acá con ese aire burlón tan suyo

La obra de Robert Mapplethorpe continúa siendo objeto de controversia. El artista falleció en 1989
La obra de Robert Mapplethorpe continúa siendo objeto de controversia. El artista falleció en 1989larazon

Cada exposición suya nos hace abrir los ojos de par en par en busca de un sexo fuera de sitio, fuera de foco. Su rostro nos sigue mirando desde el más acá con ese aire burlón tan suyo.

Hay nombres que arrastran sobre sí un apellido inherente a su nombre. En el caso de Mapplethorpe, para el que no hace falta nombre (Robert es el suyo) lleva adherido a la piel desnuda que tantas veces fotografió la palabra polémica. Cada exposición suya nos hace abrir los ojos de par en par en busca de un sexo fuera de sitio, fuera de foco. Su rostro nos sigue mirando desde el más acá con ese aire burlón tan suyo. «No habéis aprendido nada», pensaría que nos dice. Ayer por la mañana, cuando el Museo Serralves de Oporto inauguraba una muestra dedicada a su obra, el director del centro, Joao Ribas, anunciaba a la prensa que dimitía por una cuestión de censura. Asegura que una parte de las imágenes que se muestran con escenas sadomasoquistas habían sido retiradas por ser consideradas demasiado fuertes por los miembros del patronato del centro de arte.

El director de la fundación Mapplethorpe asistía perplejo al espectáculo sin entender lo que sucedía y tachaba al responsable de «poco profesional». Polémica y censura vuelven a acompañar a la creación del artista. Las mismas fotos que se exhibían en Oporto ayer se pudieron ver hace cuarenta años, allá por los noventa, en Nueva York. En aquella ocasión el escándalo fue tan sonado y mayúsculo que costó incluso el cierre de alguna galería. El tiempo ha pasado y las reacciones siguen siendo similares. Volvemos a dar vueltas al puritanismo en el arte. ¿Por qué sigue escandalizando una fotografía que muestre los genitales? ¿No vivimos en un mundo en el que la pornografía es moneda de cambio y es omnipresente en el mundo virtual?

Un cartel –en portugués y en inglés– advertía en una sala del museo de que las fotografías no eran aptas para menores de 18 años. No es el creador precisamente un recién llegado, no, cuya trayectoria se desconozca. Ribas ha explicado que después de dos años de trabajo no podía seguir al frente de una institución que no le deja libertad de acción. La exposición se presentaba como un reclamo en el país vecino. Y no ha podido empezar con mejor-peor pie. La campaña de marketing que se ha hecho el propio centro de arte es perfecta. Eso sí, se ha quedado sin director.