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«Prêt-à-couture»: la consagración de Font

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La carrera de Josep Font (Barcelona, 1965) está marcada por la precocidad. Con apenas 25 años ya contaba con su propia firma de moda, después de unos inicios sonados en el diseño durante los años ochenta. Ahora, sin llegar al medio siglo, recibe el Premio Nacional de Diseño de Moda (dotado con 30.000 euros) que otros grandes de la costura española, Pertegaz o Paco Rabanne, por ejemplo, lograron muy pasada la edad oficial de jubilación, ya consagrados por una trayectoria dilatadísima. Font siempre fue el primero de la clase: logró rápido la llave que abre París, desfiló tres veces en la capital francesa, y a la edad en que algunos aún están redefiniendo su futuro, las «celebs» de medio mundo ya vestían sus creaciones. En el actual director creativo de Delpozo, el jurado del Premio Nacional galardona una obra en marcha y en apogeo, establecida pero con mucho margen de actuación en lo venidero. Después del litigio que le llevó a perder su propia marca y a retirarse de la escena durante un tiempo, su peculiar manera de entender la moda queda reivindicada. «Es un gran aliciente para seguir trabajando con gran dedicación», aseguraba ayer a LA RAZÓN.
Sus creaciones, etéreas y fantasiosas, surgen de una trabajo creativo altamente refinado, en el que la investigación en cuanto a volúmenes y tejidos tiene un gran peso, entroncando con su formación profesional como arquitecto. Con Delpozo ha colocado en lo más alto su particular concepto del «prêt-à-porter», rayano en la alta costura por la sofisticación de los materiales y el cuidado extremo. «Empleamos técnicas artesanales utilizadas en alta costura pero las trasladamos a un patrón moderno y contemporáneo consiguiendo pequeñas producciones, por ello se fusionan los conceptos», señala y añade: «Es la forma de trabajar que he desarrollado y que transmito a mi equipo, ya que hay una parte muy importante detrás de todas las colecciones en la que se trabaja sobre maniquí y con una investigación creativa en cuanto a volúmenes y tejidos». El jurado ha tenido muy en cuenta la construcción de este concepto, el «prêt-à-couture», y la «calidad, trayectoria y coherencia» de Font.
Fidelidad al propio estilo
De los premiados anteriores –Pertegaz, Rabanne, Berhanyer, Blahnik y Arzuaga; el premio se instituyó en 2009– valora Josep Font la «fidelidad al propio estilo», un patrón que guía su actividad creativa. De ahí que, tras ser apartado de su propia firma, se encerrara en el Ampurdán a renovar fuerzas y esperar un proyecto de futuro que le estimulase sin perder su estilo. Delpozo, mantiene, le ha ofrecido la oportunidad de «trabajar en lo que más me gusta con un equipo muy profesional». Desembarcó en 2012 y en apenas un año ya había logrado resituar a la firma fundada por el fallecido Jesús del Pozo en lo más granado del mapa de la moda, seduciendo en Nueva York. Ha logrado con éxito la primera transición de este calibre en la industria española sin prescindir ni remover a un solo trabajador del equipo que le fue encomendado. Font es tendencia global y, al parecer, profeta en su tierra.

Miembros del jurado

El jurado ha estado presidido por Miguel Ángel Recio Crespo, director general de Bellas Artes, y formado por Jesús María Montes-Fernández, director de los espacios «Sólo Moda» y «Sólo Moda Monográfico» de TVE; Pepa Bueno, directora de la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME); Marta Blanco Carpintero, presidenta de la Asociación de Amigos del Museo del Traje; José Luis Calvo González, director del Máster en Marketing y Comunicación de Moda de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED); Empar Prieto Olmedo, directora de la revista «S Moda»; Rosario Turquillo Azcona, empresaria y diseñadora y Amaya Arzuaga Navarro, Premio Nacional de Diseño de Moda 2013.