Maroon 5 deja exhausto al público de Barcelona
Un buen puñado de canciones pegadizas convertidas en éxitos mundiales, un líder atractivo que sabe moverse en el escenario y una enérgica banda son algunos de los ingredientes de la fórmula Maroon 5, que ha triunfado en la primera visita a Barcelona de la banda californiana.
Es cierto que la constante presencia de Adam Levine en los medios de comunicación y la gigantesca campaña de promoción que le precede son elementos importantes de la receta, pero también lo es que Maroon 5 está en plena forma y sabe dar a su público lo que le pide.
Bailar, divertirse, gritar y hacerse un selfie con sus ídolos detrás es lo que buscaba el público que hoy ha llenado hoy el Palau Sant Jordi de Barcelona, y lo ha conseguido con creces.
Adam Levine se ha dejado la piel para satisfacer a sus espectadores durante la hora y media que ha durado el concierto, el primero en España de la gira mundial de presentación de su disco “V”, que mañana irá a Madrid, luego a Lisboa, y de allí volará rumbo a Asia.
Una gira agotadora a la que hay que sumar los kilómetros que recorre Levine sobre el escenario, que se le quedaría pequeño si no fuera por la larga pasarela que la banda ha colocado sobre la pista del Palau Sant Jordi, para deleite de sus fans.
Unos seguidores numerosos y entusiastas que han entrado en el recinto gritando por la emoción de saber que espectáculo estaba a punto de empezar y han salido gritando mas todavía, sobretodo en el caso de las mujeres, porque su ídolo ha acabado el concierto cantando “Sugar” sin camiseta.
Pero no adelantemos acontecimientos. El concierto ha empezado con la aparición de Adam Levine con una camiseta negra sobre un escenario sencillo pero efectivo, mientras la banda tocaba los primeros acordes de “Animals”.
Este tema ha sido uno de los pocos del últimos disco que han sonado esta noche, que Maroon 5 ha dedicado a repasar sus grandes éxitos, para deleite y satisfacción de sus seguidores.
En seguida ha llegado “One more night” y “Stereo hearts”, y en la cuarta canción Levine ya ha empezado su recorrido por la pasarela, con unos potentes focos siguiendo sus movimientos.
Alguna joven ha tenido que ser rescatada de las primeras filas por los servicios de seguridad por exceso de emoción o de presión, una pena porque estar tan cerca costaban cerca de 200 euros. Detalle que no ha impedido que se agotaran las entradas.
Siguiendo el guión previsto ha llegado el turno a “Maps”, y con “This love” Levine ha animado a los presentes a cantar, algo que estaban haciendo la mayoría desde el primer momento, como si de un karaoke gigantesco se tratara.
El guitarrista James Valentine ha compartido pasarela con Levine en un par de canciones y ha sido muy aplaudido, pero no tanto como cantante cuando se ha colgado la guitarra.
Algo que ha hecho en tres ocasiones, la última coincidiendo con el momento que se ha quitado la camiseta.
Con “Daylight” y “Payphone” Levine ha lucido otra de sus cualidades, la voz, y ha demostrado su amplitud de registros, que van desde sus populares falsetes hasta la voz de pecho.
Tras una pausa, han llegado los bises. Una traca final que ha empezado con la alta temperatura de “This summer’s gonna hurt” y ha llegado al clímax con “Moves like Jagger” y “Sugar”.
Familias enteras, jóvenes adolescentes acompañadas de sus padres, parejas de jovencitos, grupos de chicas y pandillas de amigos. Todos han bailado y cantado al unísono en los últimos temas, rendidos ante una banda que ha arrollado en miles de ciudades antes de llegar por primera vez a Barcelona, y que de buen seguro se lleva un buen sabor de boca del entregadísimo público catalán. Efe