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Obituario

Ozzy Osbourne, la leyenda satánica y genial del heavy metal

Padecía Parkinson y se marchó de este mundo apenas 17 días después de ofrecer su concierto de despedida

Ozzy Osbourne quedará, para la historia de la música, como uno de los grandes líderes del rock FRAZER HARRISONAFP

Para unos era el cautivador líder de Black Sabbath. Para otros, el extravagante protagonista de su reality-show. Para la historia, era Ozzy Osbourne, un hombre de personalidad arrolladora que hace apenas dos semanas y media había dado su concierto de despedida. Fue original hasta en eso. Falleció a los 76 años, según comunicaron los suyos: «Con una tristeza indescriptible, informamos del fallecimiento de nuestro querido Ozzy Osbourne esta mañana. Estaba con su familia, rodeado de mucho cariño».

El 5 de julio, en el ya último concierto del artista, dijo a sus fans mientras actuaba desde un trono en el escenario de Villa Park: «No tenéis idea de cómo me siento; gracias de todo corazón». Dicen que estaba llorando. Fue un concierto organizado con actuaciones de algunos de sus artistas favoritos, como Metallica o Guns N’ Roses, para su despedida final.

Nacido como John Michael Osbourne el 3 de diciembre de 1948 en Aston, Birmingham, dejó la escuela a los 15 años y realizó trabajos esporádicos, incluyendo trabajos de poco en fábricas, antes de formar varias bandas con su amigo de la escuela, Geezer Butler. Y aunque era conocido como el alocado líder de Black Sabbath, muchos fans también disfrutaron de su histrionismo a través del reality show de la MTV titulado simplemente como ‹The Osbournes’ y emitido entre 2002 y 2005. Se había mudado del Reino Unido a Estados Unidos y el programa mostraba su vida familiar con su esposa, Sharon, y sus hijos, Jack y Kelly. Ganó un Emmy mostrando que un roquero también come, ve la tele con la familia y sabe cerrar la puerta del baño mientras suena la cisterna. Estas cosas tienen éxito en la televisión contemporáneo.

Para la historia de la música, quedará como uno de los líderes más audaces del rock. En un ambiente saturado de estrellas y clones de Mick Jagger, él destacó por su extravagante personalidad escénica y su disposición a romper moldes, especialmente en lo que respecta a llevar al límite el viejo tópico de sexo, drogas & rock and roll. Icono de la música, siempre será el fundador y vocalista de Black Sabbath en 1968, la banda pionera de heavy metal, con clásicos como «Paranoid», «War Pigs» e «Iron Man». Tras dejar Black Sabbath en 1979 debido a las crecientes tensiones con sus otros miembros, tuvo una larga carrera musical en solitario, lanzando más de una docena de álbumes.

Y luego estaba el personaje. En un concierto de 1982, le arrancó la cabeza de un murciélago de un mordisco, algo que, según él, hizo porque en su melopea creía que era un juguete. A pesar de su comportamiento salvaje, logró sobrevivir a muchos de sus contemporáneos del rock de los 70 disfrutando de tantos resurgimientos musicales como entierros en vida. Y de repente, un buen día de 2006 hizo caso a su médico y abandonó el alcohol por completo después de un importante aviso.

Ozzy Osbourne se despidió como siempre quiso: como un rey en el trono. Padecía la enfermedad de Parkinson y permaneció sentado durante todo el concierto de despedida. Un reportero de la BBC comentó que su voz «tembló un poco, pero aun así tuvo bastante fuerza». Tras interpretar cinco canciones de su carrera en solitario, a él se unieron sus compañeros de banda de Black Sabbath con el impresionante guitarrista Tony Iommi a la cabeza, además del bajista Geezer Butler y el batería Bill Ward, para interpretar cuatro temas más, terminando con el clásico de 1970 «Paranoid», un absoluto himno del heavy metal. «¿Listos? ¡Que empiece la locura!», gritó en el último gran momento de su vida. Adiós al llamado Príncipe de las Tinieblas, a un pionero, a un genio del espectáculo y a un hombre que supo surfear como pocos por la ola del exceso.