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Concieto

Parcels arrancan Madrid por la raíz

La banda australiana afincada en Berlín lleva al cielo a Las Noches del Botánico de Madrid

El grupo, anoche, en Madrid
El grupo, anoche, en MadridVíctor Moreno

Para algunos, quizá sea una sorpresa oír hablar del lleno apoteósico de anoche en Las Noches del Botánico. Para quienes hayan visto ya a Parcels, la apisonadora de baile que fue su aterrizaje Madrid ante 4.000 espectadores, todo vendido según la organización, es una consecuencia lógica de una banda tremenda. Difícil es pinchar en hueso y tragarse un bodrio en el ciclo madrileño, que apuesta de forma invariable por la calidad, pero pocos triunfos hay con mayor merecimiento que el de la banda australiana afincada en Berlín, sencillamente un espectáculo musical de primera clase. Una delicia para el oído.

Cómo reconcilia con la vida escuchar unos músicos tan talentosos mezclar con arte un puñado de influencias de categoría. El funk, el soul, el pop instantáneo. Arrancaron con "Overnight", seguida de "Lighten Up" e "If You Call". Sin apresurarse, sin buscar el hit facilón, la taquicardia que quizá sería más rentable. Sus solos instrumentales, que a veces se alargan como una pista de house orgánico (por algo viven en Berlín) no ofrecen concesiones al estribillo fácil. Parcels te sientan en el asiento del copiloto con la ventanilla bajada hacia la puesta de sol. Ellos, que tienen un disco doble con una cara para el día y otra para la noche, te acompañan por la mañana, te mecen en el atardecer y aceleran cuando el sol se pone para llevarte hacia bóveda en riguroso directo.

Sin tonterías, solo seis músicos flacos tocando sin artificios ni inventos una sucesión de temas elegantes y bailongos que pusieron patas arriba la pista y la grada. Prueba de fuego para la estructura del graderío y los implantes de cadera. Así lo demostraron con "If Tou Call", "Tied Up Right Now", "Safe And Sound" y "Something Greater". Para desmontar el panegírico podemos decir que tienen cara de panolis y que visten como informáticos. Sin ofender: chicos limpios, educados y decentes a quienes desearíamos parecernos o tener apenas un centímetro de su talento. "Lord Hennessy" "Games of Fluck" y "The Worst Thing" ponían de pie a los cadáveres.

Pero regresemos a lo importante: qué manera de tocar, qué extraña sensación la de tu cerebro diciéndote que no puede ser, que algo debe estar grabado. Les aseguramos que no: no después de escuchar "Leave you love" a capella y el tremendo solo de batería después de "Every Road". "Nunca venimos a España", dijo Patrick Hetherington en lo que será el principio de una gran amistad, porque, después de lo de anoche, aquí tienen 4.000 amigos para una paella o un cocido, según temporada.

La perfección se convirtió en apoteosis con "You got me feeling", "Hideout" y "I Know how I Feel" (con su interludio heavy metal) dentro de una bomba atómica de baile. "Being Myself" y "Coming Back" completaron apenas una hora y veinticinco minutos de éxtasis, una oda a la música de baile. Bailaron los cedros, los pinos y hasta el césped. Que vuelvan pronto.