Pitchfork: la crisis de la revista musical que marcó una época
La revista, que ha anunciado despidos, entre ellos, el de su directora, es absorbida por la revista “GQ”
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Fue el medio de referencia a comienzos de esta siglo. “Pitchfork” presentó una alternativa de referencia en el universo de las revistas musicales cuando los gustos también abrían una nueva etapa. Nacida en 1995 como un blog del periodista Ryan Schreiber, la publicación, caracterizada por reseñas discográficas largas y sesudas, pronto se abrió un hueco y fue ampliando sus contenidos mientras una generación de grupos se abrían paso desde la escena independiente. Con el tiempo, la publicación sentaba cátedra y se iba convirtiendo en un gigante de los nuevos medios digitales. La cabecera fue comprada en 2015 por el gigante de las revistas Condé Nast, que acaba de anunciar una oleada de despidos y la fusión de su estructura con la revista masculina “GQ”. Su directora, Puja Patel, que había tomado el relevo del propio Screiber, ha abandonado la dirección del medio.
Para algunos, esto supone el ejemplo de la crisis de los medios musicales especializados, que luchan por mantener una rentabilidad que parece imposible incluso para las de referencia como “Pitchfork”. La responsable del giro del destino de esta marca es la emblemática Anna Wintour, directora histórica de la revista “Vogue” y una de las cabezas más influyentes en el mundo de la moda, que es la responsable de contenidos del grupo Condé Nast, que agrupa otras cabeceras como “Vanity Fair”, “The New Yorker” y “Wired”, entre otras.
Wintour escribió en un memorando que la decisión se toma después de “una evaluación de los resultados de la publicación y del que creemos que es el mejor camino a seguir para la marca para que nuestra cobertura de música pueda continuar prosperando dentro de la compañía”. Wintour quiso rebajar el tono dramático de su decisión: “Tanto Pitchfork como GQ tienen formas únicas y valiosas de abordar el periodismo musical”, dijo en un mensaje difundido en redes sociales, “y estamos entusiasmados por las nuevas posibilidades que tenemos juntos. Con estos cambios organizativos, algunos de nuestros colegas de Pitchfork dejarán la empresa hoy”. La decisión se enmarca en los planes de reestructuración de la compañía, que, el pasado mes de noviembre despidió a 270 empleados, el 5 por ciento de su plantilla.
“Pitchfork” había encumbrado a través de reseñas largas y puntuaciones con decimales incluidos a una generación de artistas que incluía a Arcade Fire, Bon Iver, The Strokes, Sufjan Stevens, Clap Your Hands Say Yeah, Interpol, The Go! Team o Junior Boys, entre otros, aunque otras veces publicó reseñas despiadadas y que algunos calificaban de cierta prepotencia o incluso elitistas o difíciles de comprender. Con sus artículos, creaban fenómenos y destruían grupos. Sin embargo, y a pesar de un estilo de redacción contrario a los cánones de la viralidad digital, lograron convertirse en medio de referencia. Tanto fue así que la revista llegó a lanzar su propio festival de música en 2016. Con el avance de los años, “Pitchfork” supo apartarse del gusto por bandas de hombres blancos con guitarras para acercarse a nuevas escenas y sonidos e, incluso, bucear en los discos de la historia de la música popular para publicar reseñas de homenaje a los clásicos. Sea como fuere, parece que una era ha llegado a su fin.