Sección patrocinada por sección patrocinada

teatro

Crítica de 'Nerium Park': Trabajo, vivienda y felicidad ★★★☆☆

Hay algo en la atmósfera de thriller psicológico que envuelve el espectáculo que no termina de funcionar

Noticias de última hora en La Razón
Última hora La RazónLa RazónLa Razón

Autoría: Josep María Miró. Dirección: Jorge Gonzalo. Interpretación: Susana Abaitua y Félix Gómez. Nave 10 (Matadero), Madrid. Hasta el 23 de marzo.

Marta y Carlos se trasladan a vivir a una nueva urbanización con piscina a las afueras de una gran ciudad. Se supone que están cumpliendo el sueño de toda pareja de clase media presumiblemente asentada y próspera en la sociedad actual: tienen un buen trabajo, van a vivir en un lugar más cómodo y bonito, tendrán un hijo… y su historia de amor podrá, de este modo, consolidarse de acuerdo a unos patrones familiares más o menos establecidos. Sin embargo, una primera fractura en ese proyecto vital, como es el hecho de que Carlos pierda su empleo de manera inesperada, hará que todo empiece a resquebrajarse no solo en el ámbito social de la pareja, sino también en su fuero interno: ni la nueva casa es tan idílica como creían, ni el futuro hijo es capaz de erigirse como meta única y común de sus existencias, ni el amor entre ellos puede en definitiva por sí solo vencer cualquier obstáculo, como sí ocurre en las novelas rosas y en las comedias románticas.

De forma muy inteligente, el dramaturgo Josep Maria Miró pone en relación todos esos elementos en 'Nerium Park' para advertirnos sobre la fragilidad de los modelos sociales a los que nos empuja un capitalismo que parece haber colapsado, y para advertirnos también -aunque esto no se haya señalado en la promoción del espectáculo- sobre la precariedad espiritual que abrazamos muchas veces, ya sea de forma consciente o inconsciente, cuando decidimos someternos a esos modelos. Lo más audaz y revelador en la literatura de esta obra no es que nos muestre de manera eficaz cómo las políticas sociales y económicas inciden en nuestras vidas, sino cómo somos capaces de arruinarnos moralmente por no querer o no saber salir de ellas. Como me consta que al autor le dan exactamente igual los espóileres, lo diré de un modo más rotundo: lo impactante de la función no es que acabe con la destrucción de la pareja, sino con la destrucción de las dos personas que la conforman.

Dirigida por Jorge Gonzalo con muy buen ritmo, aunque algunas transiciones se resuelvan de forma un poco confusa, la obra está interpretada correctamente por Félix Gómez y por Susana Abaitua, la cual saca mayor partido que su compañero a algunas escenas.

Sin embargo, hay algo en la atmósfera de thriller psicológico que envuelve el espectáculo que no termina de funcionar, y que despista más que orienta al espectador a la hora de conceder verosimilitud a algunas situaciones y elementos de la dramaturgia, como son el personaje del vecino o la llamada telefónica del final, que, tengo la sensación, encajarían mejor en un código de representación menos realista y más simbólico.

· Lo mejor: La obra es inteligente, está dirigida con habilidad formal y envuelta en una producción atractiva.
​· Lo peor: No termina de concordar la naturaleza fantástica de algunos elementos con el contexto aparentemente realista en el que aparecen.