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"Dos tronos, dos reinas"... y un trágico destino

Los teatros Luchana ofrecen el estreno mundial de esta obra del argentino Pepe Cibrián sobre un imaginario encuentro entre dos mujeres poderosas, Isabel I de Inglaterra y María Estuardo
"Dos tronos, dos reinas" estará los domingos en los Teatros Luchana
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Madrid Creada:

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Dos mujeres jóvenes, una, reina de Inglaterra e Irlanda, otra de Escocia, una ha pasado a la historia como tiránica, persuasiva, pragmática y virgen; la otra como romántica, impulsiva y mártir del catolicismo. Isabel I de Inglaterra y María Estuardo, dos líderes políticos y religiosos, dos polos opuestos que, sin llegar siquiera a conocerse, pasaron sus vidas una pendiente de otra, el temor mutuo, los recelos, la religión y hasta la rivalidad femenina las situó enfrentadas siempre como enemigas irreconciliables hasta el trágico final. Acusada de conspirar contra la vida de su prima Isabel y contra la seguridad del reino, María Estuardo fue condenada a muerte y decapitada en febrero de 1587. Un suceso explotado por la pintura, el teatro (Schiller) o la ópera, como Donizetti. Ahora es el argentino Pepe Cibrián quien, desde su condición de hombre y autor que se confiesa “apasionado por la historia”, aborda el enfrentamiento de estas dos mujeres luchadoras y transgresoras y firma Dos tronos, dos reinas, “un imaginario encuentro que nunca fue... pero debiera haber sido”. Una pieza que tendrá su estreno mundial absoluto el 12 de marzo en los teatros Luchana de Madrid con Nacho Guerreros y Nicolás Pérez Costa, que también la dirige.
“Supuestamente, María Estuardo recibió asilo o refugio de Isabel I, pero en realidad, lo que hizo fue mantenerla durante casi dos décadas confinada y de esa forma controlada para que no atentara contra su vida ni intrigara por su trono, se enviaban cartas, y lo que hace la fantasía de Cibrián –explica Pérez Costa– es imaginar cómo pudo haber sido un encuentro entre dos mujeres poderosas, controvertidas y, sobre todo, muy humanas. Sin perder de vista que son dos reinas pujando por el poder, nos detenemos en el vínculo familiar, entramos en esa humanidad, en situaciones tiernas que por momentos rozan, incluso, lo romántico”. “De Isabel se dice que podía ser una mujer encantadora y de pronto tener terribles ataques de ira –explica Guerreros sobre su personaje–, ha pasado a la historia siendo la mala, el verdugo de su prima, pero ella no quería matarla, fue todo un proceso obligado por el Parlamento que la puso en la encrucijada de una lucha a muerte, una u otra, pero también hay que entender su historia desde la infancia –significa–, repudiada por un padre que decapitó a su madre, Ana Bolena, y la declaró bastarda, con esos mimbres es lógico que fuera así”. María Estuardo –Pérez Costa– “pasó de niña a reina de Francia, muere su marido pronto y vuelve a Escocia donde hay una revuelta, la expulsan y pide asilo a Isabel y, aun así, aspiraba al trono de Inglaterra jugando sus cartas contra su propia prima”. Y esto sin olvidar la cuestión religiosa, tema central de su disputa, “María era la abanderada del catolicismo e Isabel del anglicanismo protestante y pujan por qué credo instalar en el reino en un mundo básicamente controlado por las religiones”.
Y prosigue el actor: “Este conflicto podría darse entre cualquiera, entre dos hombres, en una pareja, por una herencia... la pompa que lo magnifica es ser dos grandes monarcas”. Sin embargo, Cibrián ha escrito el papel para dos actores, ¿por qué? “Quizá sea un juego irónico relacionado con la teatralidad de aquella época de apogeo del teatro donde los papeles femeninos los interpretaban hombres”. Como también era propio el verso y así está escrita. “Esto es una dificultad añadida, un reto, sobre todo para mí que es la primera vez –explica Guerreros–, da vértigo porque hay que contenerlo mucho para no pasarte de histriónico, pero cuando te habitúas, se disfruta”. A pesar de todo, la pieza no está exenta de un humor que no tiene que ver con el chiste, sino con situaciones, porque pasa por todos los estadios que puede pasar, momentos de temperamento enorme, de complicidad y ternura, de frivolidad y de humor, es un crisol, una apuesta caleidoscópica”, concluyen.
  • Dónde: Teatros Luchana. Cuándo: domingos del 10 de marzo al 28 de abril. Cuánto: de 18 a 21 euros.