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Escenarios

Farruquito: "Hace mucho que no me sorprende nada en el flamenco"

El bailaor regresa a los escenarios después de estar seis meses parado "por bruto", asume tras romperse el cuádriceps en noviembre 2024

Farruquito estará en Madrid (Centro Danza Matadero) los días 26, 27 y 28 de junio Ramón San Pablo

Farruquito tiene una palabra grabada en la cabeza desde pequeño: «Recital», señala. El bailaor preguntaba qué era eso, y El Moreno respondía «a su manera», como recuerda su hijo mayor a LA RAZÓN: «Eso es conocer diferentes palos y hacer varios cantes sin que nadie note tu punto fuerte».

«Dar un buen recital es como hacer una buena faena», resume hoy aquel niño que escuchaba atento a su padre y que desde los cuatro años ha vivido subido a los escenarios. Por ello, Farruquito –Juan Manuel Fernández Montoya– se formó «de otra forma». Ni mejor ni peor. «Diferente». Aunque ahora sí busca empezar de nuevo. «En vez de crecer en los tablaos, mi abuelo [Farruco] me tiró a los escenarios. Y es en este momento cuando me doy cuenta de que necesito una nueva afinación, un repaso. Estoy aprendiendo a aprender», presenta del «Recital de baile #1» que levantará en el Centro de Danza de Matadero.

"Mi abuelo era el verdadero genio y era el más sencillo: andaba descalzo y comía con las manos"

Farruquito

Regresa así una bestia que ha estado enjaulada desde noviembre, cuando se rompió el cuádriceps «por bruto», asume el artista. Puso su cuerpo al límite y este dijo basta: «No estaba preparado para lo que le pedí». El arrebato pudo con la carne pese a que, asegura, lleva «toda la vida intentando controlar» ese ímpetu.

Pero eso es pasado, es cosa de un parón en el que ha grabado un documental, escrito nuevas ideas y pasado mucho más tiempo en familia. Insiste Farruquito: «Solo he llevado mal lo de no bailar».

Y es que el baile es su vida desde que de bebé ya marcase el tempo con los pies. Pronto pisó Broadway y con diez años imitaba a Michael Jackson, Fred Astaire y Gene Kelly. También le puso ojitos al break dance –«mi abuelo alucinaba»–. No obstante, su camino estaba escrito: como gitano, el flamenco era su bendición y su condena.

El bailaor en Sevilla, en 2024Laura León

–¿Qué ha echado de menos en ese crecimiento «diferente»?

–Ser consciente de que me estaba formando. Si volviera atrás intentaría centrarme. No empecé por el 1, 2, 3...

–Fue directo al ciento y pico.

–Claro. Por eso este «Recital de baile #1» es un reencuentro con mi aprendizaje. Es un homenaje al baile fiestero, de tablaos.

–¿Juega con la improvisación?

–Mucho. No sé bailar sin improvisar y tengo a los músicos avisados de que esto puede cambiar en cualquier momento. Por eso todo tiene que estar muy ensayado. Si volamos, que podamos aterrizar.

"Era muy gracioso que el niño bailara al final, pero yo solo quería salir corriendo y acostarme"

Farruquito

–¿Y qué elemento diferencial le dio ser un niño prodigio?

–Valentía, fuerza y confianza. Me temblaban las piernecitas cuando tenía que salir después de Farruco, La Faraona, Triana pura, Angelita Vargas, Los bien casaos... Era muy gracioso que el niño bailara al final, pero yo solo quería salir corriendo y acostarme.

–¿Cuántas veces quiso dejarlo?

–Muchas. Todos los días me iba llorando a casa cuando mi abuelo me pedía algo y no lo sabía hacer. Me frustraba. Pero cuando algo te gusta, al final, se acaba imponiendo. Ha sido el amor a esto lo que me ha mantenido aquí.

–¿Dónde está su inspiración?

–[Suspira y piensa] A veces no la encuentro por ningún lado, pero, de repente, aparece. Me inspiro mucho en los niños y en lo que pasa en el mundo. Muchas veces siento impotencia de no poder ayudar y me conformo con levantar un espectáculo que alivie.

–¿Qué le preocupa hoy?

–¡Me cago en la mar! Tengo amigos en lugares en guerra. Me carga mucho pensar que he traído a tres niños a este mundo después de alardear de que hemos evolucionado y de que tecnológicamente estamos en la Luna. Seguimos solucionando los problemas como los animales.

Silueta de Farruquito en un momento de su espectáculoRamón San Pablo

–¿Qué diferencia a Juan Manuel de Farruquito?

–Hay veces que no tenemos nada que ver; otras, sí. A veces, parece un sistema de autodefensa: mientras la responsabilidad recae en Farruquito, intentas refugiarte en Juan para estar con los niños y con los pies en el suelo.

–¿Le han tenido que poner los pies en el suelo alguna vez?

–No, gracias a que mi familia siempre ha estado en la tierra. Ha sido una obsesión. Nunca he sido más importante que nadie. Mi abuelo era el verdadero genio y era el más sencillo: andaba descalzo y comía con las manos.

–¿Le ha pesado el legado artístico que le traspasó su abuelo?

–Mucho, y me sigue pesando. Siempre le estaré agradecido a que me abriera las puertas del camino. Creo que la gente no se ha parado a pensar en que fue un genio y, cuando alguien así te da paso, si solo lo haces medio bien ya quedas mal.

–¿Eso le hizo patriarca?

–Nunca lo he considerado así. Me quede sin padre muy jovencito y mi madre entendió que por ser el mayor era natural tomar una responsabilidad. Pero nunca me he considerado el patriarca, ni mi familia tampoco. Eso ha sido una cosa de la gente de fuera. Yo solo he hecho de hermano mayor.

"Evolucionar no es mezclar, sino aprender, mejorar, crecer..."

Farruquito

–¿Lo suyo era un don o fue la «suerte» de ser el mayor?

–Mi madre diría que era el elegido. Yo nunca me he sentido así. Me ha costado mucho trabajo aprender. He trabajado mucho y muy duro para estar hoy aquí sentado.

–¿Cree en el destino?

–En su justa medida. Hay que trabajárselo. Si siembras patatas no vas a recoger fresas.

–¿Vale todo para expandir el flamenco en el siglo XXI?

–Manolo Caracol cantaba con un piano y un violín hace 50 años, y si hoy hacemos lo mismo no lo podemos llamar evolución. Evolucionar no es mezclar; es aprender, mejorar, crecer...

–¿Es un purista?

–La gente pone la evolución en la cara de la moneda contraria al purismo. Todo es muy relativo. No se debería encasillar ni el flamenco tradicional como antiguo ni a las mezclas como evolución. Yo puedo salir vestido de otra manera y arrastrándome por el suelo y haber evolucionado, pero no me habré inventado una historia. Hoy parece que todo vale y que todo es evolución. ¿Dónde está la calidad, el ritmo, la música, la puesta en escena, el dominio de la danza, la ejecución...?

Juan Manuel Fernández Montoya "Farruquito" nació, en Sevilla, el 15 de agosto de 1982Laura León

–¿Hace cuánto que no ve algo flamenco que le sorprenda?

–Mucho tiempo. Son momentos en los que ni piensas en la evolución. Solo puedes decir «ole», que es la expresión del flamenco.

–¿Qué es el flamenco: un estado de ánimo, una religión, una forma de vida...?

–Un pájaro rosa que pone la pata así... [ríe] Es una filosofía de vida; la expresión del pueblo gitano. Un cantaor en Barcelona, o en cualquier otro lado, no dirá «mamá», sino «a la mare de mi arma». Eso es.

–¿Viene de cuna?

–Va en los genes. Por muy bien que nade no voy a hacerlo como un pez. Y eso hay que tenerlo claro.

  • Dónde: Centro Danza Matadero, Madrid. Cuándo: hasta el sábado. Cuánto: desde 37 euros.