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Gutiérrez Caba psicoanaliza a Bergman

El actor se convierte en el álter ego del autor sueco en «Después del ensayo»
larazon

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El actor se convierte en el álter ego del autor sueco en «Después del ensayo»
«Cada día, después de ensayar, me gusta quedarme a solas en el escenario y sumergirme en el silencio del teatro vacío... Para reflexionar sobre el trabajo, en estas horas que separan la mañana de la tarde... Debo de haberme quedado dormido... No sé, cuando miro a mi alrededor, no lo reconozco. Misteriosamente, de forma difusa, algo ha cambiado». Con esta voz en off da comienzo la obra de Ingmar Bergman que acoge ahora el Teatro Infanta Isabel. Henrik Vogler ha cerrado los ojos un momento, pero, al despertar, la realidad no es la misma. Y como a ese protagonista, álter ego del director y guionista sueco en «Tras el ensayo» –convertida ahora en «Después del ensayo» en esta versión de Joaquín Hinojosa que dirige Juan José Afonso–, a Emilio Gutiérrez Caba también le gusta «estar un rato para recrearme. Como siempre vamos con muchas prisas, me gusta aplicar una filosofía más tranquila», comenta el actor. Aunque reconoce que lo prefiere hacer «antes o después» de la función: «La soledad de un patio de butacas no es la misma que la de una nave industrial. Es un silencio muy particular, lleno de electricidad.
Me quedo mirando el patio vacío y lo que pasa en él. Una de las mejores cosas que se pueden hacer en el escenario ir a las cuatro de la tarde y tumbarte en un sofá. Es una sensación de la inmensidad única, parece que el teatro te acoge como si estuvieras en tu casa». Gutiérrez Caba será ese Henrik Vogler a través del cual Bergman «expuso sus propias vivencias teatrales, al mismo tiempo que sus relaciones sentimentales», explica. Tras dar carpetazo a un ensayo, un viejo director de teatro, se queda traspuesto entre sus recuerdos hasta que dos mujeres (Chusa Barbero y Rocío Peláez) le interrumpen y, junto a las cuales, irá repasando su vida sentimental.
Es el testamento como hombre de teatro, de un Bergman maduro, que se autoanaliza sincera y atormentadamente. Una reflexión sobre la vida y la demostración de la existencia de determinados comportamientos humanos emocionalmente desequilibrados que, sin remedio, se repiten y que hacen imposible que puedan ser soportados o perdonados. Desamor, soledad, derrota ante el pasado... «y una enorme ironía sobre las relaciones humanas», apunta Gutiérez Caba.

FICHA

Dónde: Teatro Infanta Isabel. Madrid.
Cuándo: Hasta el 29 de octubre.
Cuánto: desde 16 euros.