"Totum revolutum"

El perreo titánico de Ramoncín y Daniel Diges en Mérida

Nuevo estreno sobre el Teatro Romano con un musical en el que la mitología griega se cuenta a ritmo de rock, baladas, reguetón y Locomía

Ramoncín y Daniel Diges, en el pase gráfico de "Los titanes"
Ramoncín y Daniel Diges, en el pase gráfico de "Los titanes"Jero Morales

Desde el 86 nadie ha visto a Ramoncín subido a un escenario de teatro. Fue «con aquel Negro seco, de Marisa Arés, en el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas», puntualiza el cantante. No oculta el madrileño que la vuelta al tajo le da algo de «sensación», de «emoción»: «Estamos que nos estrenamos encima»; pero, a la vez, intenta quitarle tensión al momento: «Al final, se trata de conectar con la gente y contarle cosas». Él, de una forma u otra, lo ha hecho siempre. Eso sí, nunca en una plaza como esta, el Teatro Romano de Mérida. «¿Te acuerdas de Gladiator, cuando les meten a todos en el Coliseo y se miran entre ellos antes de salir? Pues así nos sentimos el domingo cuando entramos a ver Las asambleístas».

Llega Ramoncín a la capital extremeña como cabeza de cartel de Los titanes. La furia de los dioses, aunque no tarda ni medio minuto en repartir protagonismos: «Somos un mecanismo en el que todo es imprescindible». Por eso, dice, le duelen especialmente las censuras que han llegado de la mano de Vox. «Estoy cansado de que cuando se cancela un espectáculo se hable de un autor o de los artistas principales. Cuando se dice “no”, no es un zarpazo a uno o dos, es a 20 o 30 familias; a personas que hacen un esfuerzo y que te cargas sin compasión».

No se frena el artista cuando habla del partido de Abascal: «Es significativo que de inmediato quiten ciertas consejerías. Tenemos un país que se incorporó a la democracia mucho más tarde que el resto de la Europa occidental y les pasamos por delante en respeto a los animales, derechos de la mujer y políticas LGTBi. Dimos un paso como si lo hubiéramos inventado pese a ir con un retraso de 40 años. Pero todo eso está ahora en manos de la gente: deben votar, decidir cómo vivir. Y así sabremos quiénes son nuestros vecinos».

Pasa la conversación y el cantante se mueve entre la reivindicación política y el Teatro Romano, que no sale de su cabeza. Sigue en Las asambleístas de dos días atrás, concretamente, en la votación que se produce al final de la función, cuando el propio público debe votar «sí» o «no» a los avances por los que las actrices han luchado durante una hora. Allí, Ramoncín aprovechó para mirar si alguien no estaba de acuerdo: «Todos verdes, a favor, pero porque me fijé en que los que no estaban de acuerdo no tenían las agallas para sacar el rojo y decir “soy un reaccionario, un machista y un facha”». Reconoce que «era muy minoritario», pero era. «Espero que el votante del PP, que es totalmente respetable, entienda dónde está esa ideología y ponga el freno. Cometería un grave error de no ser así».

«La mejor forma de combatir algo así es que no ocurra», continúa. ¿Y si pasa? «Combatimos la dictadura y un pensamiento radical, y lo volveremos a hacer si fuera necesario. Pero de verdad creo que o gana el PP para gobernar con PNV, Junts u otro, o el PSOE con Sumar. Me da que va a haber mucho bipartidismo porque la gente va a decir que no quiere bromas».

Ramoncín no se amedrenta ni con la censura, ni mucho menos con el calor emeritense, «bueno, aquí sacas un pollo a pasear y se te asa», ríe. Dentro del equipo se sabe «el más veterano y el más novato». Será el maestro de ceremonias de un montaje que comienza junto a Noemí Gallego, como profesora, y a un coro de 28 niños del Colegio Donoso Cortés de Don Benito; él deberá explicarles, metido en la piel del vigilante de las ruinas de Mérida, quiénes fueron Los titanes, los primeros pobladores de la tierra según la mitología griega –también con algún guiño al cine, como el «yo soy tu padre», de Urano, o todo el universo Marvel que se desliza en los dioses– y bajo la dirección de Ricard Reguant. Pero no será su única misión dentro de un montaje en el que se desdobla para interpretar a Hermes, el mensajero alado, para cruzar la cuarta pared.

Ramoncín y Daniel Diges, en la presentación de "Los titanes" en Mérida
Ramoncín y Daniel Diges, en la presentación de "Los titanes" en MéridaJero Morales

También doblará el protagonista del cuento, un Daniel Diges que pasa de Zeus a Ceo. «Un cambio muy fuerte: voy de una especie de Gastón, con la voz muy grave y tontorrón, a un titán mucho más romántico», cuenta el también cantante, que no oculta su emoción al debutar en el escenario más grande de la tierra de su madre, de Torrecillas de la Tiesa. Soñó con estar aquí algún día y aquí está con una historia en la que Zeus hará bajar a la Tierra a tres titanes «para destruir a los malos», cuenta Diges. «Se ha enterado de que hay unos reyes que se han hecho inmortales y quiere luchar contra ellos, pero cuando bajan se dan cuenta de que son unos pipiolos y que el malo es otro», resume un intérprete que, ya como Ceo, también representa al aventurero que deberá lidiar con otros personajes de la mitología.

Una historia «disparatada, entretenida y divertida par todos los públicos», añade. Los dioses griegos toman la forma de Ramoncín y Diges (y Antonio Albella, y Teresa Ferrer y Joan Carles Bestard...) para contar su historia a golpe de canciones de todo tipo: de melodías Disney a otras propias de Broadway o de la revista. Un «totum revolutum» con letras surrealistas pensado «para disfrutar» y en el que no faltará tampoco el reguetón, con perreo incluido de Diges a la leyenda del rock; ni la «sorpresa» de la noche emeritense: ver a Albella sacar el abanico y las lentejuelas para rememorar los tiempos de Locomía. Aparecerán hasta melodías rockeras con las que Ramoncín dice haber tenido más problemas: «Es que lo otro me lo pueden perdonar, pero si la lío con el rock..., la cago».

No ha sido el único titubeo del cantante en un proyecto en el que no oculta que tuvo su momento de vértigo durante los primeros días. «¿Por qué he dicho que sí?», se pregunta. «Con lo bien que se me da decir que no...». Pero fue pasajero. Solo había que trabajarlo y dejarse llevar por Reguant. «Me decía que no iba a ser capaz. Me comí mucho el coco durante una semana, pero te das cuenta de que es como la música, una vez que lo dominas, que te lo sabes, lo tienes. Si conoces bien la canción, consigues que eso rule; si entiendes que el texto te está llevando a otro sitio, aunque te olvides de él, lo tienes dominado». Y si no, apunta, «las musas siempre están ahí».

En Mérida, la principal protectora es la diosa Ceres, en lo más alto del escenario. Desde allí hará que no se «estrenen encima» y que, como apunta Diges, «lo sintamos todo» en esta coproducción del Festival de Teatro Clásico de Mérida y los extremeños de Rodetacón Teatro.

  • Dónde: Teatro Romano, Mérida. Cuándo: hasta el domingo (22:45 horas). Cuánto: de 14 a 36 euros.