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Homenaje

Camas inmortaliza a Curro Romero

El maestro recibe un reconocimiento en forma de escultura pública en un punto simbólico del municipio donde su figura seguirá siendo reverenciada

El torero Curro Romero EPEP

Camas inmortalizará a su vecino más universal, Curro Romero, con un busto en pleno corazón del municipio, en la Calle Santa María de Gracia, número 13. El gesto no es solo simbólico, es casi inevitable: pocos nombres han llevado con tanta dignidad y personalidad el peso de una expresión cultural como la tauromaquia, y pocos han conseguido arraigar su leyenda en un lugar con tanta identidad como este rincón sevillano.

El busto que se dedicará al "Faraón de Camas" no es una estatua más; es una declaración pública de admiración, un espacio físico donde la memoria colectiva del pueblo se encuentra con el mito. Porque en Camas, hablar de Curro Romero no es hablar del pasado, sino del presente emocional de una comunidad que sigue sintiendo su legado en cada conversación sobre arte, riesgo y temple.

Alejado de grandes fastos o discursos ampulosos, el acto —previsto para las 13:00 horas de este sábado— busca reunir a vecinos y vecinas en torno a una figura que ha trascendido lo taurino. No es solo un torero al que se homenajea; es una forma de entender el silencio, la espera, el gesto. Un carácter.

Curro Romero es uno de esos raros casos en los que la figura pública coincide con la íntima. Y ese magnetismo, el mismo que hizo que plazas enteras contuvieran la respiración antes de cada lance, es el que ahora se traduce en bronce, frente a una calle cualquiera, como si lo extraordinario hubiera decidido instalarse en lo cotidiano.

El homenaje no parte de una estrategia política ni responde a una efeméride forzada. Es el resultado de una necesidad casi orgánica: la de rendir tributo a quien ha dado nombre, identidad y emoción a su pueblo. Y aunque su legado ya era eterno en el corazón de los cameros, ahora tiene también un rostro visible para las nuevas generaciones.

Así, Camas se detiene por un momento y se mira en el espejo de Curro Romero. Porque hay figuras que no se explican; simplemente se sienten. Y si algo ha demostrado este homenaje, es que la memoria del "Faraón" no necesita plaza para seguir haciendo historia.