Feria de San Isidro

Espada, herido grave en la imponente tarde de Román

El valenciano corta un meritorio trofeo a un toro con peligro y a Espada le niega la presidencia el premio y resulta cogido de gravedad en el muslo izquierdo

MADRID, 24/05/2023.- El torero Francisco José Espada recibe una cogida durante la corrida del décimo tercer festejo de la Feria de San Isidro, este miércoles, en la Monumental de Las Ventas, en Madrid. EFE/ Zipi Aragón
MADRID, 24/05/2023.- El torero Román Collado durante la corrida del décimo tercer festejo de la Feria de San Isidro, este miércoles, en la Monumental de Las Ventas, en Madrid. EFE/ Zipi AragónAgencia EFE

La estocada de Francisco José Espada fue de libro. Perfecta la ejecución, la entrega para tirarse derecho en ese momento en el que sabes que puedes estar vendido, matarlo por arriba y la complicidad para acompañarlo en una muerte tan bonita como la que tuvo ese tercero de Algarra, que fue toro bueno. La faena del torero contó con el interés de principio a fin, desde los comienzos, tan quietos como improvisados. El toreo diestro fue largo y ligado, a ese toro que así viajaba tras el engaño. Menos cuajado al natural. Faltó quizá prender una mecha incendiaria, pero mantuvo el interés siempre. Supo ver cuándo al toro se le acababa el gas y cerró con manoletinas y un estoconazo. Se le pidió el trofeo, que el presidente no concedió. Días para ponerse estrecho, hay otros. Fue toda una declaración de intenciones comenzar de rodillas la faena al sexto, y de qué manera, porque no solo lo toreó bien, sino que aguantó las paradas del toro. Después la faena contó con la firmeza ante un astado con fondo de nobleza, pero informal. En un momento de confianza el toro lo prendió y tuvo que pasar después por la enfermería. Lo que no teníamos ni idea es que fue herido grave.

MADRID, 24/05/2023.- El torero Román Collado durante la corrida del décimo tercer festejo de la Feria de San Isidro, este miércoles, en la Monumental de Las Ventas, en Madrid. EFE/ Zipi Aragón
MADRID, 24/05/2023.- El torero Román Collado durante la corrida del décimo tercer festejo de la Feria de San Isidro, este miércoles, en la Monumental de Las Ventas, en Madrid. EFE/ Zipi AragónAgencia EFE

El segundo era una belleza. Hizo un mini intento de querer saltar al callejón en primera instancia, pero nos dejó en el comienzo de faena las ilusiones intactas. Román apostó por el de Algarra y fue generoso con él siempre. El planteamiento así nos lo hizo comprender con la honestidad como fondo. Las distancias y el temple fueron los ejes sobre los que hizo girar su labor. El toro tenía buen fondo, le penalizaba la falta de fuerza y empuje para que aquello transmitiera de verdad. Román quiso hacer todo bien, íntegro, sincero e inteligente con el toro. Una ecuación que resolvió con eficacia con la espada.

Muy desordenado embistió el quinto Montalvo y en ese desorden la colada fue criminal nada más comenzar por el diestro. El toro derrotó casi en todo momento y eso hacía que estar firme con él supusiera echar la moneda al aire, no tanto por maldad del animal sino por lo informal que era, por los hachazos a destiempo. Un trago que Román estuvo dispuesto a asumir por ambos pitones y sin transgredirse. Mérito inmenso. Nos puso el corazón a prueba de bombas en las manoletinas finales y se fue detrás de la espada. La oreja fue de peso. Qué esfuerzo más grande.

El Payo se las vio con un primero que salió desentendido de los primeros tercios, como si la cosa no fuera con él. Lo curioso es que la raza que tuvo se la guardó para la muleta y fue entonces cuando sacó más movilidad y ganas de repetir en el engaño del mexicano. A pesar de ello la faena no alcanzó trascendencia, en parte por la sosería del toro y por la falta de ligazón de la faena del torero.

El cuarto no le dejó la puerta abierta al lucimiento, ni tan siquiera un resquicio. Lo intentó, pero no había manera y se fue largo. Demasiado.

Ficha del festejo

LAS VENTAS (MADRID). 13ª de la Feria de San Isidro. Se lidiaron toros de Luis Algarra y dos de Montalvo, 4º y 5º. El 1º, manejable; 2º, noble y flojo; 3, bueno; 4º, deslucido; 5º, peligroso; 6º, informal con fondo de nobleza. Tres cuartos de entrada.

El Payo, de azul pavo y oro, estocada baja (silencio); pinchazo, media estocada, descabello (silencio).

Román, de pizarra y oro, estocada perpendicular (saludos); estocada (oreja).

Francisco José Espada, de azul marino y oro, buena estocada (vuelta al ruedo tras petición); pinchazo, estocada defectuosa, estocada (palmas).

Parte médico: herida en el muslo izquierdo de dos trayectorias. Una ascendente de 15 centímetros, que alcanza el pubis, y otra hacia dentro de 15 cm, que bordea el recto. Pronóstico grave.