El Chiringuito
Puños Fuera: El abrazo de Nacho a Zidane
Cuando aún no se apagaron los ecos y la emoción de la Copa del Rey, el Real Madrid cerraba la jornada 21 de nuestra Liga. Y lo hacía en Pucela tras la primera derrota de Quique Setién en un Barça aburridísimo en Mestalla, y después del nuevo tropiezo de un Atlético de Madrid que va a la deriva y que no pasó del empate contra el Leganés en el Wanda. Los blancos eran conscientes de que cualquier resultado que sumara en su duelo con el Valladolid les devolvía el liderato y además en solitario. Bastaba un simple empate para ello, pero lo ideal, claro, era conquistar los tres puntos, el mejor botín para colocarse con autoridad en lo alto de la tabla. Y un gol de Nacho con un gran cabezazo selló otro triunfo de un equipo que ya huele a campeón.
Gol anulado, roja perdonada El Madrid salió con alguna novedad, Isco por Valverde y Nacho por el sancionado Carvajal. Los de Zidane dominaron en el primer tiempo, pero sin lograr generar mucho peligro, salvo en un gol anulado a Casemiro por un quítame allá unos centímetros. Y eso tras una entrada de roja de Joaquín sobre Rodrygo en la falta que precedió a ese tanto invalidado. De Burgos Bengoetxea lo dejó en una simple amarilla. Mal.
Más que tres puntos Pero en el segundo tiempo, esa inercia ganadora en la que ha vuelto a meter Zidane al Madrid volvió a aparecer con el gol de Nacho. Un tanto de uno de esos jugadores ejemplares y que siempre rinden cuando salen y que se lo dedicó a su entrenador. Entre nosotros los futbolistas esos detalles definen perfectamente la relación de un vestuario con su entrenador, y me refiero a lo más difícil, a los futbolistas que son suplentes, por supuesto con alguna excepción que siempre hay en todos los equipos. Ese gesto de Nacho vale algo más que tres puntos de oro y un liderato. Es el abrazo de un equipo unido y otra vez campeón.
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