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España se puede quedar sin Fórmula Uno

El contrato con Liberty Media acaba este fin de semana y no hay acuerdo para los próximos años. Montmeló está mal posicionado en relación a otros escenarios europeos, americanos y asiáticos

Carlos Sainz rodando en el circuito de Montmeló
Carlos Sainz rodando en el circuito de MontmelóJosep LagoAP

El circuito de Cataluña alberga este fin de semana el Gran Premio de España de F-1 y mucho tiene que cambiar el futuro para que en 2021 haya una carrera del Mundial en el mismo escenario. La pandemia ha ayudado a que Montmeló se mantenga en el calendario gracias a las enormes facilidades que han ofrecido Liberty Media y la dirección del circuito. El hecho de que sólo se celebren carreras en Europa y que sean a puerta cerrada ha jugado a favor de Barcelona. Esta edición es la número 30 y todo apunta a que será la última. El Circuit acoge la F-1 sin contrato para los próximos años y, además, se ha quedado descolgada frente a otros escenarios europeos, americanos y asiáticos que pagan más y mejor y ofrecen más ventajas.

El «procés» generó la incertidumbre necesaria para no llevar a cabo la renovación en 2018 y años posteriores. Desde entonces no hay acuerdo a largo plazo, algo necesario para poder realizar un plan de viabilidad de esta instalación que no atraviesa su mejor momento social y económico. Además, la lucha política entre ERC y Junts per Catalunya, que mandan en el circuit a través de distintas Consellerias y conceden las subvenciones, ha traído un nuevo capítulo de batalla interna con la inesperada marcha de Vicenç Aguilera –artífice de la llegada y mantenimiento de la F-1 en Cataluña– y el cese de Joan Fontserè, director del circuit, por unas presuntas irregularidades económicas. Las sospechas provocaron la llegada de la nueva presidenta, María Teixidor, ex directiva del Barça, y José Luis Santamaría, que sustituye a Fontserè. Ambos deberán negociar con Liberty Media la continuidad de la F-1 en Barcelona, algo que, en esta época de crisis parece una cuestión banal, pero que no deja de ser una inversión que revierte muchos millones de euros. Este año Barcelona no paga nada porque ofrece casi gratis sus instalaciones (incluso cobra gastos) y no tiene beneficios por la falta de público, pero más allá de 2021, si la crisis se alivia, Liberty exigirá un canon de unos 20 millones por año, una cantidad que pagan alegremente en otros lugares. Inglaterra, Holanda, Italia y Francia tienen contratos a largo plazo y otros escenarios como Mugello (Italia) o Portimao (Portugal) se han sumado a la competencia.