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Cuando el huracán Koeman pasó por Valencia

El técnico del Barça ganó la Copa de 2008 con el equipo del Turia, pero hizo pocos amigos: apartó del grupo a Albelda, Angulo y Cañizares

Koeman da órdenes en la banda del Camp Nou
Koeman da órdenes en la banda del Camp NouALBERT GEAREUTERS

El Valencia ganó la Copa del Rey en 2019, tras superar en la final al Barcelona de Valverde y Messi. Se rompió una sequía de once años de la entidad del Turia. El último trofeo que había levantado fue el mismo título, en 2008, y el banquillo lo ocupaba Ronald Koeman. A los entrenadores se les suele recordar por sus éxitos, pero no es el caso del holandés en Mestalla. Su paso por allí dio mucho que hablar. Llegó para sustituir a Quique Sánchez Flores y en Liga el equipo pasó de los puestos altos a temer por el descenso. Y conquistó la Copa, pero no terminó el curso, que tampoco había empezado, ya que llegó en la jornada once y fue despedido en la 33. Pero en esos 168 días le dio tiempo a montar una revolución con los veteranos. Albelda, Angulo y Cañizares fueron apartados del equipo. Albelda participó en cinco de las seis primeros partidos de Koeman y después desapareció; Angulo tuvo dos encuentros y medio y ya; y Cañizares también participó en algunos choques y después no jugó ni con la lesión del segundo portero, Hildebrand. Llegó diciembre y les dijo: «No vais a volver a jugar conmigo», cuenta Albelda en su biografía. «La forma que tenía Koeman de contentar al presidente [Juan Soler] fue cargar contra nosotros. El presidente lo vio con buenos ojos por identificar a los que no éramos afines a él. Angulo y Albelda eran más jóvenes que yo y cuando se fue Koeman acabaron los problemas. Yo tuve que rescindir mi contrato y no estar la última temporada. Me tuvieron que pagar igual, tenía más lógica que ya que me iban a pagar me tuvieran», comentó Cañizares en una charla reciente con Míster Chip. Acusaron al entrenador de hacer el trabajo «sucio» a Soler y cargarse a los futbolistas que había criticado su mandato y, por ejemplo, su política de fichajes. Pero los jugadores se quedaron en la plantilla e incluso denunciaron al club y hubo un juicio y tuvieron que ir a declarar. «Todas las mañanas había una situación realmente tensa. Estaba en ese vestuario donde había jugadores que habían sido excluidos del resto de la plantilla», dijo Joaquín en el «Daily Mail». «Por mí no hizo nada», añadió el extremo, que sí contaba para el entrenador holandés.

Ahora Koeman se enfrenta a su ex equipo. «No es el mejor recuerdo de mi carrera. Son decisiones que tomas, quizá me equivoqué, como cualquier persona. Al menos ganamos la Copa, pero es un sitio complicado. A veces falta tranquilidad para poder trabajar», admite ahora. Su llegada a Barcelona tuvo algún parecido en el sentido de que fue reclamado para llevar a cabo una transformación y «tocar» a algunos futbolistas emblemáticos. Se quedó todo en la salida de Luis Suárez y otros veteranos como Piqué, Busquets, Sergi Roberto o Jordi Alba se mantienen, aunque el holandés sí está dando oportunidades a los jóvenes e intenta cambiar la manera de jugar. No es que el Valencia esté ahora en un gran momento institucional, por las guerras con Peter Lim, ni tampoco deportivo, con muchos altibajos. Y el Barcelona no sabe todavía a qué atenerse en esta Liga. Necesita triunfos como el comer, lleva dos seguidos, pero por la mínima y apurados, aunque con brotes verdes de buen juego ante la Real Sociedad.