La nueva afición
Si el primer propósito de este reportaje hubiera sido entrevistar a Trump en apenas tres días, el reto habría sido más asequible. Pero la ingenuidad de esta periodista analógica le hizo apuntar a los nuevos gurús del fútbol online, los streamers Ibai Llanos y DjMaRiiO, como si fueran a responder en algún momento. Esta gente maneja agendas de primer ministro y cuenta con una legión de millones de fieles, la mayoría de la llamada «generación Z». Y en los últimos tiempos, se han convertido en el reclamo para que estos jóvenes, nacidos a finales de los 90, no entierren la pasión por el fútbol. Aunque ahora no lo vean por la tele y lo sigan a través de los canales de YouTube o Twitch de estos ídolos de masas.
El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, abrió fuego esta semana en «El Chiringuito» cuando aseguró que «el 40% de los jóvenes entre 16 y 24 años no tiene interés por el fútbol». Unas palabras que han desatado un debate acalorado sobre si es, o no, cierto que las nuevas generaciones están abandonando el deporte que aún quita el sueño a sus padres. Muchos creen que solo se está transformando la manera de ver los partidos, que ya nadie puede esperar que estos nativos digitales se traguen 90 minutos en los que quizá, con suerte, acaben viendo un gol. Para Miguel Quintana (Madrid, 1990), youtuber y periodista de Radio Marca, «son muchas la causas que explican que los niños no se acerquen tanto al fútbol, incluido el urbanismo de las ciudades. Ya no se juega en la calle y esta es una afición que se coge de pequeño».
Quintana no es el único que piensa que el encarecimiento de todo lo que huela a fútbol está detrás del desinterés. Él cree que «los clubes se han apartado del aficionado porque pensaban que no lo necesitaban, ahora quieren recuperarlo y no tienen ningún vínculo». El coste de las entradas, las camisetas o la suscripción a las plataformas es inasumible para cualquier chaval de veinte años. Y, en ese sentido, los canales de YouTube o Twitch (la plataforma de Amazon dedicada a las retransmisiones en vivo) en los que ver al «gamer» de turno comentando la jugada o las reacciones de forofos cuando el rival mete gol son una alternativa divertida al verdadero partido.
El siete de abril se produjo una situación inusitada que quizá dé una pista de hacia dónde se dirige la tendencia. Ibai Llanos se convirtió en el primer «caster» (otro vocablo anglosajón, sí) en retransmitir el derbi vasco que enfrentó a la Real Sociedad y al Athletic Club en su Twitch, con las imágenes en abierto y gratis. Para Toniemcee (Madrid, 1985), productor de contenido digital, «puede que este tipo de acciones vayan aumentando, pero en realidad se trata de una campaña de amplificación de marketing. No es un Madrid-Barça».
En su opinión, el problema con la desafección de los hinchas tiene que ver con «la enorme cantidad de alternativas de entretenimiento que existen y en las que el fútbol no aparece porque es de pago y pertenece a las cadenas». Desde que dejó de ser gratis hace veinte años, la desconexión de los jóvenes ha sido paulatina; «ya no lo tienen como una necesidad». Este youtuber con cerca de medio millón de seguidores no cree que la implicación de Llanos o de DjMaRiiO como comentaristas sea una solución porque «los chicos solo lo ven porque son ellos, no porque hablen de fútbol. Esto tendrá poco recorrido, puede que sean los propios streamers los que acaben bajándose del carro con el paso de las semanas».
A Daniel, de 26 años, no le interesa nada lo que tengan que decir los «influencers» sobre La Liga. A este fan del Getafe le gustan los periodistas «de siempre», los que te analizan las jugadas: «Los youtubers se lo toman a broma y a mí me gusta lo serio, que es como veo yo el fútbol. Antes que oírlos prefiero el sonido ambiente». Lo cierto es que la voz de estos nuevos prescriptores no solo está en las redes sociales. También puede accederse a sus comentarios en las plataformas de televisión en las opciones de audio, algo impensable hace apenas unos meses.
Rodrigo Fáez (Gijón, 1982) es creador de contenido en Team DUX Gaming. Este equipo de esports (deporte electrónico) también es dueño de dos clubes analógicos, el Internacional de Madrid, de la Segunda División B, y el femenino de Primera EDF Logroño. Según Fáez, que también trabaja en la cadena ESPN y cuenta con más de 300.000 espectadores en YouTube, «la gente no ha dejado de ver fútbol, lo que ocurre es que ahora se consume de otra forma, los jóvenes usan plataformas distintas». «Por ejemplo, tienes el partido delante y te abres otra pantalla en el móvil para ver reacciones, como un complemento. Puede que la forma sea diferente, pero el fondo es el mismo», asegura.
El fútbol retransmitido de manera convencional «va para todos los públicos, de 9 a 80 años, y las nuevas tecnologías son para gente por debajo de 30. El target es menor, aunque las tendencias cambian rapidísimo. Ellos anteponen lo digital, lo demás es solo para ocasiones concretas». Todos los programas más clásicos se han dado perfecta cuenta de dónde está el caladero de la audiencia que viene y la mayoría tiene presencia en Twitch. En ese sentido, Fáez es el paradigma del comunicador que ha hecho la debida transición al comprobar que los que no le reconocían de la televisión lo hacían por sus entrevistas en YouTube. También reconoce que, aunque le ha cogido «pelín tarde», la modalidad de esports le ha acabado enganchando porque «todo va más rápido y a la gente le gusta verlo, lo noto por los comentarios que leo en las retransmisiones».
En el caso de Mikel, aficionado al Eibar de 26 años, lo que de verdad le motiva es ir al campo, aunque también consume esports porque «en diez minutos pasan muchas cosas» y como mires un segundo el móvil «te puedes perder un gol». Desde que pisara el primer estadio a los tres años, la pasión solo ha crecido. Dice que él es, en realidad, «un señor mayor» porque conserva camisetas de Baggio y de otros jugadores de los 80. Lo cierto es que los consultados para este reportaje coinciden en que el valor del fútbol no reside en lo entretenido que es, ni en el espectáculo que ofrece. Que otros deportes como el baloncesto son mucho más agradecidos, pasan cosas cada pocos segundos y la adrenalina se mantiene alta. Pero que el sentido de pertenencia que te regala el fútbol no se compara con nada.
Miguel Quintana lo explica muy bien: «Es un acto social, te vincula con tus amigos. Igual que tomarte una cerveza con ellos, aunque tampoco te fascine el sabor al principio. El fútbol es otra cosa, si no habría acabado como la ópera en algo residual. Es un sentimiento tribal, se trata de sentir los colores. Y nunca se te olvida la primera vez que vas al estadio, subes las escaleras y, de pronto, ves el campo. Esto no se puede trasladar a Twitch o TikTok. Es como el primer beso».