Drogas
Diez deportistas que sobrevivieron a una sobredosis... al menos
Lamar Odom, Julio Alberto, Paul Gascoigne... la lista incluye estrellas mundiales de fútbol, baloncesto, boxeo...
La última confesión de Lamar Odom y su consumo de ketamina de forma regular para mantenerse sobrio y no recaer en el consumo de drogas ha devuelto a la actualidad la estrecha relación de muchas estrellas del mundo del deporte con diversas adicciones. Odom es uno de los supervivientes en este particular top 10.
Odom, el politoxicómano
Su padre era cocainómano, su madre murió cuando tenía 12 años... doble campeón de la NBA, campeón olímpico. La vida de Lamar Odom da para una serie de muchas temporadas. En 2001 fue sancionado por primera vez por consumo de marihuana y diez años más tarde, cuando fue traspasado a los Mavericks, su vida ya era un completo caos. Lo pudieron comprobar en Vitoria cuando fichó por el Baskonia en 2014. Sus escapadas a Bilbao, el mueble bar de su hotel... La situación llegó al límite cuando lo encontraron en una cama de un club chorreando sangre por la nariz y la boca. En su cuerpo hallaron cocaína, viagra, alcohol... Dos sobredosis, seis ataques al corazón en 96 horas. “Dios me tenía que haber llevado a mi y no a Kobe”, ha llegado a afirmar. Su nuevo documental “Reborn” es su último capítulo.
Julio Alberto, la tormenta perfecta
El que fuera defensa del Barça y compañero de andanzas de Maradona superó tres sobredosis, se quedó varias veces en coma, burló dos infartos, llegó a vivir en la calle, estuvo ingresado por intento de suicidio y todo por culpa de su adicción a la cocaína. En 1995 publicó “Mi verdad”, una confesión en la que narra su dramática trayectoria. Internacional con España, sus problemas arrancaron con la separación de sus padres y su ingreso en un orfanato. Entonces no entendía nada y menos cuando con 12 años sufrió abusos en un campamento de verano. Se sobrepuso a todo para ser una estrella del fútbol español que terminó cayendo al lado oscuro. Con 62 años ha regresado al fútbol asturiano como director deportivo de un equipo modesto.
Higuita, mucho más que El Escorpión
En el Valladolid de los colombianos, René Higuita era la gran atracción, con permiso de Valderrama. En Higuita nada era normal. Sus acciones dentro del campo y fuera, su amistad reconocida con Pablo Escobar y el consumo de cocaína como “hobbie” o al menos eso es lo que él asegura. Fue sancionado en dos ocasiones por dopaje -2002 y 2004- y en ambas aseguró que no era con ningún fin deportivo. Se trataba de “pura diversión”, aunque terminara inmerso en una clínica de desintoxicación. Ahora es embajador de la FIFA.
Paul Gascoigne, el “currículum” más amplio
El fútbol inglés ha tenido una amplia lista de afectados por esta particular pandemia, pero ninguno como Gascoigne. Durante su carrera (Newcastle, Tottenham, Lazio, Glasgow Rangers...) se relacionó estrechamente con el alcohol. En su retirada todo fue a peor incluyendo un intento e suicidio por sobredosis de alcohol y drogas. Llegó a convertirse más en un personaje de una película de Guy Ritchie que en un ex futbolista. Accidentes de tráfico, peleas en pubs, inconsciencias en plena calle, un trastorno obsesivo compulsivo... pero Paul Gascoigne, con 53 años, sigue vivo.
Paul Merson, un cóctel peligroso
Otro ilustre del fútbol inglés que se vio salpicado por la mezcla de alcohol, drogas y ludopatía. Paul Merson fue un centrocampista que llegó a disputar un Mundial y una Eurocopa con Inglaterra. Confesó que se había gastado más de ocho millones de euros en vicios hasta que la Federación Inglesa acudió en su rescate y estuvo ingresado tres meses en un programa de desintoxicación. Fue compañero de aventuras de Paul Gascoigne en su etapa en el Middlesbrough. “Éramos una pareja jodida, una bomba esperando a explotar”, aseguró Merson.
Las trampas de Mike Tyson
Una de los mejores boxeadores de la historia y el que más joven conquistó el título de los pesos pesados con 20 años, 4 meses y 22 días también pasó por el calvario de las drogas. En su libro autobiográfico “Undisputed Truth” -”La verdad indiscutible”- confesó que compareció drogado en alguna de sus peleas más importantes y que usaba un pene falso lleno de orina de otras personas para superar los test antidopaje. El nuevo Tyson ha adelgazado 45 kilos, ha apostado por el veganismo y ha abandonado el consumo de drogas.
Claudio Caniggia, coca y malos tratos
Claudio Caniggia era una estrella en Italia cuando siguió los pasos de Maradona y se enganchó a la cocaína. Lo que fue “un momento de debilidad” -”un cigarro de cocaína”, según aseguró- se convirtió en una sanción por más de un año que frenó una carrera fulgurante. Las recaídas le convirtieron en un ex jugador demasiado pronto. A su retirada se instaló en Marbella y allí, según ha confesado su ex esposa, fue protagonista de varios incidentes por malos tratos. “Mató a mi hijo por un paquete de cocaína. No le importó que estuviera embarazada de dos meses y medio. Mató a mi bebé”, aseguró Mariana Nannis.
Poli Díaz, el juguete roto
“El Potro de Vallecas” se convirtió en una estrella mundial a finales de los ochenta y primeros de los noventa. El éxito mal digerido convirtió al púgil en un personaje marginal. La droga le llevó a la ruina, peleas, paso por la cárcel, vivió en alguno de los poblados menos recomendables de Madrid, fue detenido por conducir una kunda... Poli Díaz, uno de los juguetes rotos del deporte español.
Adrian Mutu y la vida nocturna
Iba para gran estrella del fútbol rumano y de la Premier y la noche le confundió. Desde que empezó en el Chelsea de Claudio Ranieri su desordenada vida nocturna se convirtió en un lastre que se agudizó con la llegada de Mourinho. En el Chelsea dio positivo por cocaína después de una prueba a la que le obligó el club por las sospechas que tenía. Fue sancionado. Repitió experiencia en el Calcio con la Fiorentina después de pasar por la Juve. Eso sí declaró que no estaba enganchado. ¿Su razón? La coca le servía para aumentar su rendimiento sexual en las prácticas que realizaba con actrices porno.
Allen Iverson y la maría
Entre finales del siglo XX y el comienzo del siglo XXI, la NBA sufrió una sacudida con la llegada de Allen Iverson. El diminuto base de los Sixers era tan peligroso para los rivales en la pista como para sí mismo fuera. Consumidor de marihuana, propietario de armas sin permiso, jefe de un clan en el que todos los miembros vivían a su costa, denuncias de su matrimonio... Sus enfrentamientos con la Polícia fueron habituales en su etapa adolescente. Los responsables de la Liga trataron de domesticarle y nunca pudieron.
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