A rueda: Márquez, Dovi y el sofá

Acabó la temporada pasada con el hombro destrozado, se ha pasado el invierno recuperándose y la pretemporada no ha sido la mejor, pero Marc Márquez ya está donde siempre: sacando el cuchillo para intentar ganar, fajándose hasta el límite para ser el primero. O como dijo tras la carrera en el circuito de Losail: «Levantando a la gente del sofá desde el principio». Luego puede conseguir la victoria o no, como sucedió en Qatar, que solo le separó un suspiró de Dovizioso, pero su inteligencia en carrera (lejos quedan los tiempos del Márquez impulsivo) y la agresividad que sigue mostrando en las últimas vueltas le convierten en el gran favorito un año más. Su gran rival (a la espera de Lorenzo) parece que será de nuevo Dovizioso. El italiano vuelve a tener una máquina potente y el oficio de piloto se lo sabe de memoria. No es un diez en nada, pero sí un ocho en casi todos los apartados. Veremos si le da para disputarle hasta el final el Mundial al intocable Marc Márquez, que empieza rozando la victoria sin estar a tope de forma y en un circuito que no le favorecía históricamente.

La decepción de Viñales

Nada más bajarse de la moto, Maverick echó una mirada a su Yamaha. Una de esas que matan. Había salido desde la «pole» y acabó séptimo, superado incluso por Valentino Rossi, que partió decimocuarto. Duro resultado para Viñales, que no anda sobrado de moral precisamente tras un año horrible. Toca analizar qué ha pasado, porque su Yamaha, como se vio en la clasificación, está para grandes cosas. Diferente es el caso de Jorge Lorenzo. Las dos caídas que sufrió el sábado le dejaron muy tocado de la espalda y apenas tuvo ritmo en toda la carrera. Jorge está en el mejor equipo y cuando se adapte a la Honda tiene que estar entre los mejores carrera tras carrera. Será entonces cuando, directamente, ni siquiera nos sentemos en el sofá.