
Entrevista
Carlos Verona: «En la Vuelta hubo un punto en que no tenía sentido seguir»
Debuta en un Mundial con la idea de ayudar a subir al podio a Ayuso, que será su compañero de equipo el próximo año

Carlos Verona (El Escorial, 1992) afronta su primer Mundial a los casi 33 años. Una rareza en su carrera, como la de no haber participado en la victoria de ninguno de sus líderes en una gran vuelta. Otro asunto que espera solucionar con Juan Ayuso la próxima temporada. Carlos fue uno de los ciclistas más críticos con los incidentes sucedidos en la Vuelta. Ahora, con la tranquilidad de la distancia, atiende a LA RAZÓN después de hacer de «guía» de la selección en la concentración de Navacerrada.
¿Cómo está? ¿Ya ha digerido lo que sucedió en la Vuelta?
Bien, tranquilo, descansado y con ganas de Mundial. De la Vuelta ya pasamos página, no fue fácil para nadie. Y ya está, un poco ya cerrando ese capítulo, que quien tenga que tomar nota la tome para que el ciclismo no vuelva a estar en una situación así. Yo creo que cuando se pierde el interés deportivo en una prueba deportiva, porque efectivamente hay cosas más grandes en el mundo, la prueba deportiva no tiene más sentido. Esperemos que esto no se repita, el que tenga que tomar medidas sea la UCI o el COI, que tome las medidas que considere oportunas. A nivel mundial, está claro que hay muchos conflictos, que en el mundo hay muchas injusticias y el deporte es una buena plataforma para reivindicarlas, pero que sea de forma pacífica en un futuro, porque hemos tenido situaciones tensas.
¿Es la carrera más difícil que has vivido?
Puede ser, pero al final hay un punto en el que lo normalizas también. Tampoco te complicas y tú vas a estar tranquilo contigo mismo, no puedes hacer nada más, pero sí que es verdad que a veces esa incertidumbre y falta de concentración hacía que fuera más complicado. Sabías cuándo empezabas, no cuándo terminabas y, de hecho, yo creo que después de Bilbao muchos vimos difícil llegar a Madrid. Al final lo hicimos, pero tal vez una retirada a tiempo hubiera sido una victoria. Porque había un punto en el que yo creo que no tenía mucho sentido seguir compitiendo. Había que intentar continuar, terminamos como terminamos, pero ya hemos pasado página, ya centrados en Kigali, que es una bonita oportunidad, en mi caso, para casi poner broche final a esta temporada antes de terminar el año en la Japan Cup.
¿Y era más incertidumbre que miedo lo que sentían en la Vuelta?
Sí, sí. Raro, al final es raro. Miedo también a veces, porque no sabes... La mayoría, el 99 por ciento de la gente que protestaba era de forma pacífica, pero mucha gente se escudaba en estas protestas para hacerlo de una manera un poco más agresiva o para hacerse notar más. Siempre tienes el miedo de que sin quererlo pueden pasar cosas graves. Siempre había ese punto de tensión extra. Por suerte, los incidentes que hubo fueron de carácter menor y espero que se pase página y que esto no se repita.
¿Cuesta más recuperarse de esta Vuelta psicológicamente que físicamente?
No, no, especialmente. Ya hemos pasado página, yo he estado una semana en casa y he vuelto un poco a mi familia, a estar un poco en mi entorno y muy bien. Me he recuperado muy bien. He disfrutado esa semana mucho en casa. Ha sido como volver un poco a la rutina momentáneamente, volver a los coles, volver a hacer cenas, meriendas, estar con la familia. Y, bueno, sin darnos cuenta, no ha pasado ni una semana y estamos aquí otra vez. Para mí, participar en el primer mundial es una motivación extra y con ganas de hacerlo bien.
¿Y esto es un poco como volver al ciclismo, de verdad, y centrarse solo en el ciclismo?
Sí, la verdad es que sí. Contento también un poco de retomar el ciclismo como lo que es, una competición de deporte profesional en la que tu única preocupación tiene que ser dar tu cien por cien para poder rendir al máximo. Y en ese sentido, contento.
¿Y cómo fue la concentración en Navacerrada, prácticamente en su casa? ¿Leresultó raro volver a entrenar por allí?
Sí, yo, al final, hice ahí mis primeras pedaladas. Es verdad que me fui muy joven de Madrid, con 16 años me fui a vivir fuera y llevo ya más de la mitad de mi vida fuera. Siempre he ido, he ido manteniendo el contacto con la familia, mi familia está por allí. Y, aunque no he pedaleado tanto, porque suelo ir sin bici, a estar con la familia, sobre todo, el entrenar por allí me trajo muy buenos recuerdos y hacerlo con la selección y en los puertos de Madrid ha sido chulo. Era un poco el local, porque no es ninguno de Madrid o no conocen las carreteras, y un poco hacerles de guía ha sido divertido y el sitio para entrenar es brutal. Hemos tenido un poquito de fresco, pero el entrenamiento ha sido muy bueno y yo creo que intentar retrasar el máximo nuestra llegada a Ruanda es buena decisión, hay muchos equipos para entrenar, es complicado, mucha contaminación, entonces yo creo que estar tranquilos, en una casa rural, los seis corredores que estuvimos concentrados, fue un buen punto de partida para poner los cimientos del Mundial, en el que creo que con Juan Ayuso tenemos opciones reales de podio, por qué no de victoria. Yo creo que el equipo general es fuerte, está compensado y espero que podamos tener un papel protagonista.
¿Tienen libertad alguno para intentarlo? Si Ayuso está vigilado, yo que sé, Marc, tú...
A priori, Juan es el principal favorito, y después tenemos gente fuerte. Seguramente Marc [Soler] puede que esté incluso en una mejor forma que el resto después de la Vuelta que ha hecho, y habrá que ver. En un Mundial, hay que intentar conseguir el mejor resultado posible, pero con un líder como Juan este año la jerarquía dentro del equipo está clara, y a no ser que tenga un día malo, por lo que sea, para mí la estrategia tiene que estar definida e intentar todos poner nuestro granito de arena, para poder conseguir esa medalla.
Y para usted, ¿cómo es la experiencia? Porque resulta raro que sea tu primer Mundial a estas alturas.
Sí, nunca había estado. El último que hice fue cuando era Sub-23 en Valkenburg, que fui el único representante de la selección española al Sub-23, y desde entonces no he estado. En este Mundial en concreto, con un líder como Juan, tener gente de equipo, como puede ser mi caso, que pueda aportar un poco de experiencia y trabajo, es importante para la cohesión del grupo y poder tener un buen resultado final.
¿Ha servido la concentración para hacer grupo?
Entrenamos bastante juntos. Yo por ejemplo con Marc y con Juan, hemos estado entrenando juntos toda la semana anterior en casa, incluso con Roger [Adriá]. Vivimos cerca y ahora justo antes del Mundial, hemos aprovechado para entrenar más juntos porque preparábamos el mismo objetivo dentro del mismo equipo, entonces era más fácil de entrenar juntos. Durante el año con Marc coincido mucho, somos vecinos, vivimos a 100 metros, y sí que quedamos mucho. Y con los demás, de verles en las carreras más o menos, pero sí, yo creo que estos días de convivencia, al final hacen que ese vínculo sea un poco más cercano, que nos mentalicemos todos para luchar por un objetivo. Y el hecho de hacerlo en Madrid, creo que también es un buen punto, a 40 minutos del aeropuerto, las carreteras para entrenar son buenas, estábamos ya más o menos a la misma altura que en Kigali. Al final nos ayudó un poco de cara a la aclimatación. Nos faltaban un poco las condiciones de humedad y demás, pero yo creo que a veces también es mejor hacer lo mejor posible el trabajo hasta el final y ya viajar solo para hacer el último retoque y listos para competir.
¿Esto le sirve también un poco de entrenamiento para el año que viene, porque también te tocará trabajar para Ayuso?
Yo creo que es muy bueno para el equipo, personalmente para mí también. Siempre digo que me falta una cosa en mi carrera deportiva, que es ganar una gran vuelta con un compañero, y la llegada de Juan al equipo a mí me facilita esto. Es lo que me queda por cumplir y lo veo más cerca. Quién me iba a decir a mí que a mis 33 años el reto más importante de mi carrera deportiva iba a estar por llegar. Esto me da mucha energía, ilusión y ganas para esta fase prácticamente final de mi carrera deportiva. Tengo 33 años, me quedan unos cuantos más. Para mí que llegue al equipo es algo motivante.
Usted fue compañero de Alejandro Valverde. ¿Cómo es tenerlo como seleccionador?
Entre todos los líderes para los que he trabajado, Alejandro siempre ha destacado por su humildad, sencillez, hacer lo difícil fácil, parece que no le costaba trabajo, porque realmente él tenía su manera de hacer las cosas con tranquilidad, buen ambiente, nunca una palabra más alta que otra, y todo llegaba. Y yo creo que esto, en su rol de seleccionador, es lo que está transmitiendo al grupo. Se agradece tener a alguien como él de seleccionador que sabe lo que es estar aquí, que sabe cómo hay que hacer las cosas para lograrlas. La verdad es que muy bien.
¿Insiste más en hacer grupo que en la cuestión de la táctica o la preparación?
Sí, por eso se hizo la concentración. Después de su victoria en el Mundial de 2018, en la que se concentraron en Granada, ha querido repetirlo y yo creo que es una buena idea y hacerlo en un sitio como la Sierra de Madrid, más aún.
¿Lo que pasó en la contrarreloj, que Evrenepoel doblara a Pogacar cree que va a variar la manera de correr de Pogacar?
Yo creo que puede dar motivación, sobre todo, a esos favoritos de segunda y tercera línea, que puedan ver un punto de debilidad. Esto hace que la carrera sea más abierta, más agresiva y haya más corredores que vean la opción de victoria real. Yo creo que esto es bueno y veremos. Seguramente, el día de la carrera, Pogacar volverá a su nivel normal y va a ser difícil batirle. Ha tenido este día malo, entre comillas, o malo para él, porque hacer un cuarto no le vale, es bueno de cara al desarrollo de la prueba en línea del domingo.
¿Cómo es eso de meterse también a organizar una carrera en Andorra, siendo todavía corredor en activo?
Siempre he sido un corredor con muchas inquietudes, más allá de ser ciclista profesional. Es verdad que en casa no me aburro con tres niños, hacemos muchas cosas, pero tener un reto más allá de lo deportivo, es algo que teníamos que hacer. Se puso la oportunidad delante de la mano de Gerard Riart, que es mi socio, pero también amigo, y juntos hacemos un buen equipo. Por mi parte, el trabajo que hago es relativamente fácil, sencillo. Es, básicamente, contactar con equipos, que para mí es el día a día. Llevo mucho tiempo en el pelotón y tengo contactos prácticamente en cada equipo, y luego buscar un poco los esponsors para hacer la prueba posible y, siendo una cara conocida, entre comillas, dentro del mundo del ciclismo, es más fácil para abrir puertas. Juntos hemos hecho un buen trabajo. Y después, todo lo que es a nivel organizativo, que hay mucho, mucho trabajo de todo, ahí se encarga más él. Este primer año ha sido intenso, la verdad, no te voy a engañar, sobre todo, la última semana, la semana antes de la carrera, fue una locura, pero ahora que tenemos ya la primera edición sobre ruedas, ya estamos preparando la segunda, que sale el 21 de junio, en Andorra. Estamos preparando, sobre todo, cosas de cara a la gente que quiera venir a ver la carrera, al público cicloturista, para vestir más la carrera y que no sea solamente para profesionales, sino que la gente que venga pueda, además de verla, participar. Mantenemos categoría, seremos 1.1, y lo que intentaremos hacer, si o si, es intentar conseguir más equipos. El año pasado tuvimos cuatro WorldTour para empezar, que no estuvo nada mal, a ver si este año conseguimos seis u ocho y podemos consolidar la carrera de cara a un tercer año y, que la Andorra-Morabanc Clasic haya venido para quedarse.
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