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Real Madrid

Control, a cambio de remate

En Malmö y contra el Atlético, el Madrid jugó mucho en el centro del campo, sin prisa por llegar al área rival. Domina, pero pierde gol.

Control, a cambio de remate larazon

En Malmö y contra el Atlético, el Madrid jugó mucho en el centro del campo, sin prisa por llegar al área rival. Domina, pero pierde gol.

El trabajo de los entrenadores sólo puede conducir a la derrota. Ellos intentan tener todo bajo control, pero siempre se ven superados por los errores humanos, los despistes, el azar o las circunstancias que muchas veces determinan un resultado. Benítez defiende que en un fútbol donde hay datos que radiografían todo, la función de los equipos técnicos es filtrar la información y, en muchas ocasiones, al final dejarse llevar por las sensaciones. Porque aprehender la realidad, controlarla, va a ser imposible. Aunque él haga todo lo posible por conseguirlo.

Por eso, en su gran prueba de fuego, en el Calderón, un lugar que significó el principio del adiós de Carlo Ancelotti del banquillo, el Madrid mostró su versión más controladora, sobre todo en la primera mitad. El equipo quiso dominar la situación siendo el dueño de la pelota, pero casi sin peligro para el rival, en una situación muy parecida a la del encuentro de la «Champions» contra el Malmö. «Tenemos alternativas, como el contraataque o la capacidad de dar pases. La fortaleza de un equipo radica en saber adaptarse. Si el rival se cierra, podemos manejar el balón y si te deja espacios podemos correr y aprovecharlos», explicó el entrenador antes del choque en el Calderón cuando se le preguntó qué significaba que en el campo del conjunto sueco se hubiesen dado más pases en un partido que en los últimos diez años.

Ese choque fue un ensayo genera del Calderón. Frente al Malmö, un rival claramente inferior, el Madrid controló durante los noventa minutos sin problemas, con muchos pases en zonas intrascendentes, en los que no arriesgaba, aunque tampoco asustaba . Contra el Atlético, durante la primera parte, practicó el mismo ejercicio, pero esta vez no marcó el segundo y no pudo aguantar hasta el final con el marcador a cero. Han sido los dos encuentros de esta temporada donde el conjunto de Benítez más tiempo ha pasado en el centro del campo.

Se puede pensar que es un planteamiento defensivo o que, simplemente, se está buscando una forma distinta de ganar. En el descanso del derbi, el entrenador blanco no mandó un mensaje conservador al equipo. Al revés, pidió a sus futbolistas que marcaran el gol que podía resolver el encuentro de manera definitiva. Su idea era aprovechar el paso adelante que por obligación tenía que dar el Atlético y que, por tanto, dejaría huecos en la parte de atrás.

Antes del choque, Benítez había avisado de que el Madrid iba a manejar varias variantes en el modo de plantear el duelo: «Podemos jugar al contraataque. Es un recurso que depende de cómo se desarrolle el partido. Si ellos esperan, tendremos que tener la posesión. Manejamos todas las hipótesis y no podemos tener una regla fija», explicaba. Y empleó las dos: posesión para dormir el partido e intento de contraataque para matarlo.

El Madrid ha empatado dos partidos a cero y en otros dos solamente ha marcado un gol. Después de cada uno de esos encuentros, Benítez aseguraba que no veía problemas ofensivos en el equipo porque remataba mucho. Es verdad que, en caso de necesidad, el conjunto blanco se ha volcado en la portería rival. Sucedió en Gijón o contra el Málaga, cuando se lanzó en la segunda parte. Pero en los dos últimos encuentros, el plan no ha sido avasallar sino que ha intentando un dominio basado en el control del balón sin excesiva profundidad. A diferencia del equipo que goleó al Shakhtar, al Betis o al Espanyol, pero también a diferencia del equipo que sufrió muchas oportunidades en contra del Málaga, el nuevo traje del Madrid es el de un conjunto que quiere amasar los partidos y sorprender al rival con su velocidad.

Es también, por tanto, un equipo con menos goles. La temporada pasada a estas alturas, jornada 7, sumaba diez tantos más que el actual, aunque el conjunto de Benítez, con sus 15 tantos a favor se mantiene en la media de otros años. Y Ronaldo está lejos de ser el futbolista depredador de siempre. Y a cambio, la única vez que había recibido menos goles que ahora fue en 1997. Ese Madrid sólo llevaba un gol en contra. Navas lleva dos.