Mundial 2014

El mundial de las protestas

La Policía fue contundente a la hora de responder a los que protestaban contra la Copa del Mundo
La Policía fue contundente a la hora de responder a los que protestaban contra la Copa del Mundolarazon

Fue una batalla entre David y Goliat. Brasil desplegó un dispositivo de seguridad nunca antes visto en la historia de un mundial, mientras que los protestantes optaron por las escaramuzas y por intentar acaparar la atención de los medios protagonizando acciones violentas aisladas. La Policía dispersó con gases lacrimógenos y bombas de estruendo a unos 300 manifestantes «antiCopa» que querían acercarse al estadio Maracaná, minutos antes del inicio de la final del Mundial. Los manifestantes corrían en pequeños grupos en todos los sentidos para escapar de los gases lacrimógenos. Al menos un joven vestido de negro fue arrestado y golpeado por varios agentes.

La Policía montada fue desplegada para enfrentar a los manifestantes, rodeados por cientos de agentes de las Fuerzas de Seguridad en una plaza del barrio popular de Tijuca, a un kilómetro del Maracaná. Muchos manifestantes decidieron retirarse y unos cien permanecieron en la plaza, batiendo palmas y entonando canciones contra las autoridades. Centenares de policías habían bloqueado poco antes la marcha de los manifestantes al estadio, lanzando gas pimienta contra algunos que querían traspasar la barrera. Los manifestantes llevaban pancartas que decían: «Liberen a los presos» y «Protesta no es crimen», en referencia a los 19 activistas arrestados el sábado y acusados de vandalismo en otras protestas en Río de Janeiro.

Otras decían «Fuck FIFA» o «Llámame Neymar y cuida mi salud». Los ciudadanos piden más inversiones en salud, educación y transporte, en vez de en estadios.

«Estamos contra la Copa por la forma en que ha sido realizada. Se ha tornado un instrumento para centralizar la riqueza, de desigualdad social y también de represión del Estado», dijo el manifestante Mauricio Mileo, del movimiento social Colectivo Marxista. «Es tan grande el aparato policial que cualquier acción es casi imposible. Nos sumamos a las organizaciones sociales para pedir que liberen a los que fueron apresados y respeten el hábeas corpus», dijo. La marcha fue convocada por el grupo Anonymous y el movimiento Black Bloc tres horas antes del partido. Este último grupo está considerado como el más violento de todos, conocido por utilizar tácticas de guerrilla durante las manifestaciones.

Maracaná, blindado

Para contrarrestar la ofensiva, un total de 26.000 policías y soldados garantizaron ayer la seguridad en Río de Janeiro, en el mayor dispositivo en la historia de Brasil. «Teníamos que asegurar que este evento se llevase a cabo como todos los otros partidos del Mundial», dijo el secretario de seguridad del estado de Río, José Mariano Beltrane.

Para prevenir posibles acciones las autoridades arrestaron durante la semana a cerca de 50 activistas y la Policía busca a otros nueve manifestantes a los que considera «prófugos». Según las autoridades, los manifestantes pretendían realizar atentados violentos durante el partido. Sobre los detenidos pesa un mandato de prisión preventiva de cinco días y pueden enfrentarse a una pena de hasta tres años de cárcel por el cargo de pertenencia a grupo armado.

Desde el inicio del Mundial, los brasileños han efectuado numerosas protestas en contra de la celebración de la Copa, diciendo que el gasto público debería ser para salud o educación.