Adiós al «Sabio de Hortaleza»
Adiós al mito
Multitudinaria despedida a Luis Aragonés, enterrado en el cementerio de La Paz, en la localidad madrileña de Tres Cantos
Jugadores y dirigentes del mundo del fútbol han acompañado a la familia de Luis Aragonés, fallecido ayer, en su funeral. El entierro se celebró en la más estricta intimidad.
La familia de Luis quiso que el sepelio del patriarca se produjera casi, casi en la más estricta intimidad. Anhelo imposible. El fútbol español, o una parte muy distinguida de él, no se resignó a la pérdida sin despedirle, sin darle un último adiós. Hubo muestras de dolor, de cariño, de respeto y de simpatía en todos los rincones de España, y fueron más ostensibles en el cementerio de La Paz, en la población madrileña de Tres Cantos. Hubo una misa a las dos y media hora más tarde fue el entierro. Silencio sepulcral, lágrimas de la familia, de los amigos, de los simpatizantes. Se iba el hombre, quedaba el mito.
Luis Aragonés falleció en la madrugada del sábado, víctima de una leucemia que le consumió en dos meses. Ayer recibió el adiós multitudinario del fútbol español en el cementerio; pero fueron muchos los sentidos homenajes dedicados al ex seleccionador. Alguno, tan entrañable y emotivo como el de Pepe Mel, entrenador del West Bromwich, que compareció sobre el césped de The Hawthorns con brazalete negro en memoria del veterano compañero.
Al tanatorio de La Paz, el primero que llegó ayer para despedir al «Sabio de Hortaleza» fue Pedja Mijatovic, ex director deportivo del Real Madrid con Ramón Calderón, que coincidió con Luis la temporada 1995-1996 en el Valencia.
Luego, progresivamnente, fueron llegando veteranos del Atlético y más hombres del fútbol. A darle el último adiós se acercó Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, que el día anterior envió a la familia del finado un sentido comunicado. Volvió Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del club. Ambos también fueron los primeros en marcharse al término de la misa.
No faltó el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, todavía muy afectado. Controló la emoción a duras penas, como por la tarde en el Vicente Calderón cuando se guardó el minuto de silencio por «el amigo».
Otros presidentes de clubes, Amadeo Salvo, del Valencia; José Castro, del Sevilla, y Ángel Torres, del Getafe, también acudieron a dar el pésame a la familia de Luis. Y ex presidentes, como Lorenzo Sanz, máximo mandatario del Real Madrid entre 1995 y 2000. Volvieron los viejos compañeros del Atlético, Adelardo, Miguel Reina y San Román; y adversarios de su generación, como Pedro de Felipe y Amancio, éste, muy emocionado.
Los últimos en llegar a la misa, apenas unos minutos antes de que comenzase, fueron los jugadores del Barcelona Xavi, Cesc, Iniesta y Puyol, cuatro de sus mejores pupilos, todos ellos, integrantes de la Selección campeona de la Eurocopa de 2008 que se disputó en Austria y Suiza.
La emoción se palpaba en el tanatorio madrileño y en las inmediaciones; resultaba difícil contener las lágrimas y algunos ni lo intentaron. Cuando terminó la misa, Pedro Cortés, amigo personal de Luis y delegado de la Selección campeona de Europa en 2008, y Jesús Paredes, compañero inseparable del «Sabio» y preparador físico de sus equipos durante 14 años, no ocultaron la emoción que les embargaba.
Más caras del fútbol, de ayer y de hoy. Aunque muchos no visten de corto, permanecen ligados a este deporte. Ahí estaban Pedro Jaro, Santi Denia, «Lobo» Carrasco, Carlos Rexach, el director deportivo del Barça, Andoni Zubizarreta, Rafael Gordillo, presidente de honor del Betis, y Fernando Hierro. Tampoco faltó Bernd Schuster, entrenador del Málaga, que fue jugador de Luis. Fue una hermosa despedida.
El gesto de Raúl
Raúl envió desde Doha a Efe un comunicado expresando sus condolencias a la familia del ex seleccionador español. «A su mujer e hijos, y a su familia, mi abrazo, mi apoyo y mi más sentido pésame», indica el hoy jugador del Al-Sadd catarí. Luis Aragonés, el máximo responsable de la España que ganó la Eurocopa de 2008, «fue un entrenador extraordinario», añade Raúl, cuya etapa en la Selección terminó cuando el técnico fallecido estaba al frente del equipo.
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