
La muerte del "10"
Cinco años sin Maradona: ¿Qué ha pasado con la casa en la que murió el "Pelusa" y que indignó a Argentina?
Tras su fallecimiento se filtraron las fotos de la vivienda que muestran el triste abandono que sufrió el "10": “No merecía morir en un lugar así”.

Maradona murió de “una insuficiencia cardíaca aguda”. Pero detrás del resultado de la autopsia hay un trasfondo de sospechas, acusaciones y preguntas sobre las que aún deberá pronunciarse la Justicia. Tras un primer juicio declarado nulo, el nuevo ya tiene fecha para el año próximo, pero antes hay una audiencia en la que los imputados jugarán, tal vez, la última carta para evitar ser juzgados.
Este 2 de diciembre se hará la última audiencia antes del nuevo juicio, que está previsto que inicie el próximo 17 de marzo. Ese debate será ante un tribunal diferente al que integraba Julieta Makintach destituida por su participación en el documental de la "Jueza de Dios". Se trata del TOC N°7 de San Isidro, compuesto por los jueces Alberto Ortolani, Alberto Gaig y Pablo Rolón.
Los magistrados convocaron a todas las partes para el próximo martes y esa audiencia será destinada exclusivamente al control y admisión de la prueba ofrecida ya sea por la acusación, encabezada por los fiscales Patricio Ferrari y Cosme Iribarren; la querella o los siete imputados que tiene el caso por el delito de homicidio simple con dolo eventual.
Los acusados siguen siendo los mismos que los del juicio nulo: el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, el enfermero Ricardo Almirón, su jefe Mariano Perroni, la coordinadora de la prepaga Nancy Forlini y el médico clínico Pedro Di Spagna.
Todos están acusados por el delito de “homicidio con dolo eventual”, que contempla penas de entre 8 y 25 años de prisión. Poco después de su fallecimiento en la casa del barrio San Andrés en Villanueva, la Fiscalía de San Isidro realizó un detallado informe para determinar si se trató de un “homicidio culposo”. Una casa que se convirtió en un fiel retrato de la pesadilla que vivió el Pelusa y que pasó a la historia más como el escenario de una película de terror que como el lugar en el que murió una leyenda.
¿Qué ha pasado con el lugar en el que el "10" pasó a ser eterno?
El ingreso domiciliario en el punto de mira
Uno de los ejes de la investigación fue el lugar donde Diego pasó sus últimos días. ¿Estaba preparado para un ingreso domiciliario? ¿Tenía las condiciones necesarias para un paciente como el 10? Las imágenes de la casa causaron estupor en la sociedad argentina y los expertos concluyeron que no tenía las condiciones necesarias para la atención domiciliaria del astro argentino.

La última casa del Pelusa generó un gran debate mediático que ocupó horas y horas de televisión. Las comodidades de la propiedad, alquilada en la zona Norte para que Maradona pudiera estar cerca de sus hijas, fue criticada incluso por la familia a pesar de que parecían estar de acuerdo en el momento de firmar el contrato de alquiler.

El contrato de alquiler fue firmado por su hija Jana y su coste fue abonado por Matías Morla, abogado del ex futbolista. El campeón estaba alojado en la planta baja, en el espacio que funcionaba como sala de estar, para que no tuviera subir y bajar las escaleras. Dicha habitación estaba equipada con una cama de dos plazas, una TV grande y un sillón de masajes.

Tenía vista al lago, aunque las ventanas estaban tapiadas para amortiguar el paso de la luz natural y había una puerta corrediza para brindarle algo de privacidad a Maradona. Además, le colocaron un inodoro portátil para que no tuviera que trasladarse de noche para ir al baño. En la planta principal hay un baño, pero para llegar hasta ahí hay que atravesar el comedor. En esta planta se halla también la cocina.

La planta alta, por su parte, cuenta con cuatro habitaciones; una de ellas, la principal, en suite. Dicho espacio había sido acondicionado para Maradona, pero por la operación, para que no hiciera esfuerzos, optaron por que se quedara en la planta baja.
La casa también posee un gran espacio al aire libre, un espacio del que Diego disfrutó poco dado su estado anímico. El contrato fue firmado por una duración de tres meses hasta enero de 2021, cuando esperaban que, ya recuperado, pudiera volver a la actividad en el Gimnasia.

La casa, según la solicitud elevada por la psiquiatra, debía contar también con “enfermeros preferentemente hombres con disponibilidad tiempo completo y especializados en problemática de consumo de sustancias, médico neurólogo y médico clínico. A su vez, contar con la disponibilidad para realizarse estudios médicos y una ambulancia por si se considera necesario el traslado”. De toda la lista, sólo fue proporcionada la atención 24 horas de enfermeros, que rotaban en turnos de ocho horas y contaban con una habitación a disposición para descansar entre control y control.
"Una auténtica pocilga"
Desde su entorno se informó que la casa había sido casa especialmente adaptada para que pudiera continuar con la recuperación de su intervención y con su tratamiento contra un cuadro severo de abstinencia alcohólica. Pero, las imágenes de su vivienda provocaron una gran indignación en Argentina y todos los especialista consultados afirmaron que no era el lugar adecuado. “No se puede creer que lo hayan mandado a un cuarto de detrás de la cocina, donde había ruidos permanentes. Y sin un baño. Así no se cuida a una persona que estaba en el estado de Diego, se llame como se llame. Maradona tenía dinero para estar en lugar confortable y adaptado a su situación médica. No merecía morir en un lugar así”, declaró a varios medios argentinos uno de los investigadores.
El abogado Fernando Burlando, representante de Dalma y Gianinna Maradona, llegó a afirmar que era "una pocilga". "La casa era una pocilga, una mugre pocas veces vista", afirmó a las puertas del tribunal. El abogado incluso presentó una maqueta para enseñar las condiciones del lugar. "Es inapropiado para una internación domiciliaria", explicó. El baño, según detalló, tenía "menos de un metro" y era de difícil acceso "para la movilidad que tenía Diego". Además, dada la disposición de la casa, era imposible que los enfermeros escucharan "cualquier queja, dolencia o deseo" del paciente desde donde dormían.
¿Qué ha pasado con la vivienda?
Tras la muerte del "10", la casa no volvió a salir al mercado.Su dueño, Sergio Giorello, pasó a habitarla junto a sus seres queridos y no está en sus planes alquilarla o ponerla a la venta. Y la habitación en la que Diego se alojaba en la planta baja volvió a cumplir su función como sala de estar. “Hoy es un espacio para recreación, ver TV y juegos”, aseguraron fuentes de la familia a Infobae. Lejos del revuelo de aquel 25 de noviembre, la familia busca mantener el bajo perfil y hacer su vida en una propiedad que quedó eternamente ligada al mito Maradona.
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