Champions League

F. C. Barcelona

1-1. El Barcelona sobrevive con Messi

Iniesta aprovechó un error del Chelsea y regaló el tanto del empate al argentino. Los azulgrana no encontraron más agujeros en la defensa del rival, que se agarró a la calidad de Willian para adelantarse.

Messi lucha por un balón en presencia de Fábregas y Azpilicueta, jugadores del Chelsea
Messi lucha por un balón en presencia de Fábregas y Azpilicueta, jugadores del Chelsealarazon

Iniesta aprovechó un error del Chelsea y regaló el tanto del empate al argentino. Los azulgrana no encontraron más agujeros en la defensa del rival, que se agarró a la calidad de Willian para adelantarse.

El Barcelona tiene un estilo. El Chelsea es capaz de mutar para adaptarse al juego del rival, aprovechar sus debilidades y rematarlo. Mientras tuvieron la pelota, los azulgrana parecieron capaces de hacer daño al equipo de Conte, con Messi convertido en el centro del juego. Como siempre. Los ingleses probaron a apretar arriba para forzar las pérdidas de balón, a esperar en el fondo con una muralla imposible de superar e incluso, a tener el balón. Y de las tres maneras hicieron daño al Barcelona, incapaz de encontrar los atajos que conducían a la portería de Courtois. El belga apenas tuvo que sacar las manos para despejar un disparo de Luis Suárez con la izquierda. El resto fueron aproximaciones poco peligrosas. Hasta que llegó el pase atrás de Iniesta para Messi, que consiguió igualar el encuentro a falta de un cuarto de hora.

Tuvo que aprovechar el Barcelona un error de la defensa inglesa. Christensen, el defensa más sólido del equipo durante toda la temporada, dio muestras ya en la primera mitad de su debilidad en el manejo de la pelota. Ante la tímida presión de los barcelonistas mandó a córner un balón que invitaba a un pase sencillo para uno de sus compañeros. En la jugada del gol de Leo se animó a cruzar un pase por todo el área al que no pudo llegar ninguno de ellos, descolocados en el seguimiento de la jugada. Iniesta se tiró al suelo para recuperar y Messi aprovechó la atención de su capitán.

Hasta entonces el Chelsea se había mostrado sólido y se atrevió a tantear la estabilidad del Barcelona casi siempre con la misma arma, el disparo de Willian. Conte renunció a jugar con un delantero. «Drogba Legend» decía la pancarta que colgaba de uno de los fondos de Stamford Bridge. Pero el técnico italiano no tiene un delantero de la exuberancia física del marfileño y Morata y Giroud conversaban en el banquillo, sentados uno al lado del otro. El preparador del Chelsea decidió situar a Hazard como falso nueve, con la ayuda de Pedro y Willian por los costados. Y fue el brasileño el que más se mostró. Lo intentó dos veces, con dos disparos desde fuera del área que se estrellaron uno en cada poste de la portería de Ter Stegen. Cada remate llevaba un estilo. Probó con la rosca al palo izquierdo y con un remate seco y sin apenas recorrido de la pierna que chocó contra el palo derecho. A la tercera modificó la estrategia, con un lanzamiento raso que bordeó una colección de piernas que tapaban la visión del portero.

Ese tanto parecía bastante para los locales. El Barcelona no encontraba las rendijas por las que colarse en el muro inglés y tampoco encontraba la manera de sorprender al contraataque. No ayudaba a agilizar el juego la presencia de Paulinho en el costado derecho del centro del campo. Un lugar pendiente de encontrar un dueño en la alineación de Valverde. Desde ahí, el brasileño ofrece su presencia para contener al rival y su zancada para llegar al área contraria. Pero no acertó en el remate de cabeza que tuvo tras el lanzamiento de un córner y tampoco colaboraba en la salida a la contra. Frenó dos contraataques por retener la pelota y por elegir mal el pase. Acabó siendo sustituido por Aleix Vidal.

Con él en el campo llegó el gol, aunque su única aportación en el tanto fue su presencia intimidatoria para que Christensen no continuara la jugada por el mismo costado. El tanto, como es costumbre, llegó por el lado izquierdo, aunque esta vez no nació de la conexión más habitual, la de Jordi Alba y Messi. Pero el argentino siempre está presente en los momentos decisivos.

Con el partido igualado, Conte mandó a Morata al campo en lugar de Pedro, que no había parado de correr. Pero no tuvo tiempo de hacer demasiado. El Barcelona tampoco encontró más errores del Chelsea que le facilitaran la labor. El fallo de Christensen ya había anulado el trabajo de Willian.