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F. C. Barcelona

Alcácer se libera

El delantero del FC Barcelona, Paco Alcacer (i) lucha por el balón con el defensa Paco Peña
El delantero del FC Barcelona, Paco Alcacer (i) lucha por el balón con el defensa Paco Peñalarazon

Marcó por primera vez con el Barcelona, que goleó al Hércules con tres tantos de Arda.

Por fin, parecía decir Paco Alcácer después de rematar de cabeza a la red. En el minuto 74 llegó su primer gol con la camiseta del Barcelona, un tanto que ha estado esperando desde que firmó y que se le resistía. Los postes, los porteros la mala suerte y, al final, la desesperación podían más que el oficio de goleador por mucho que Luis Enrique tratara de quitarle presión en cada comparecencia pública.

Para el delantero internacional era una obligación marcar su primer gol y fue un alivio conseguirlo. Sus compañeros lo buscaron durante el encuentro. Lo buscaba Arda en la primera mitad y por buscarlo le hicieron un penalti que acabó marcando Rakitic. No se planteó el croata que fuera otro el lanzador. Tampoco Alcácer se atrevió a pedirlo. Respeta la jerarquía y el intento se hubiera vuelto en su contra de haberlo fallado. Acertó Rakitic desde los once metros y el Barcelona se marchó tranquilo al descanso. Era el segundo tanto del equipo y Luis Enrique lo celebraba en el banquillo.

Antes, ya había marcado Digné. Incluso el lateral izquierdo francés se estrenó como goleador antes que Alcácer con la camiseta azulgrana. No ayudaba el dato a la tranquilidad del valenciano, que encontró su premio en un pase de Rafinha, que también lo buscó con insistencia, y que rozó un defensa del Hércules. Algunos jugadores del equipo alicantino reclamaron la posición adelantada del goleador barcelonista. Con razón. Un detalle que no afecta a la sensación de tranquilidad que debió de invadir a Alcácer.

Luis Enrique le había demostrado su confianza al conceder vacaciones a sus tres delanteros. Suya era la responsabilidad y también la oportunidad. Aunque el peso del juego ofensivo de los azulgrana lo llevaran Arda y Rafinha. Ellos eran los que más presencia tenían en la elaboración, especialmente cuando la pelota se acercaba al área. Y ellos marcaron también en la segunda mitad. Rafinha enganchó un balón suelto en el borde del área que Iván Buigues, el portero del Hércules, no vio salir. Arda marcó un buen gol de cabeza en el área pequeña. Era sólo el primero de su pequeño festival que cerró con un lanzamiento desde la esquina del área que se metió en la escuadra cuando se acercaba el final del encuentro.

Antes había marcado otro al aprovechar un despeje de Buigues después de un remate de cabeza de Alcácer. La pelota quedó muerta en el área pequeña y el turco se ocupó de empujarla. Para Alcácer aquello ya no era una frustración. Se permitió sonreír y festejar con sus compañeros el que era entonces el sexto tanto del equipo.

Alcácer siguió intentándolo. El portero del Hércules tuvo que despejar un remate del delantero azulgrana que había desviado la espalda de un defensa. Se movió también en busca del desmarque para facilitar el pase de sus compañeros y en una de esas escapadas le pitaron un fuera de juego que no era cuando ya encaraba sólo a Iván Buigues.

El Barcelona avanza en la competición sin problemas a pesar del empate de la ida y recupera a un futbolista. Porque la fiesta fue para Arda, pero el triunfo es para Alcácer.