Ferran Torres se pone casi a la altura de Vinicius

Ferran Torres dejó la Liga antes de que se marchara al parón de selecciones con dos goles en el Metropolitano y ha regresado con otros dos goles en los dos partidos que ha jugado desde entonces. Cuatro goles en los tres últimos partidos y dos de ellos en el Metropolitano y contra el Atlético, su rival en el escenario de mañana.

El mérito, además, es que tres de esos llegaron desde el banquillo, algo que ya es una costumbre para el delantero azulgrana. No es titular habitualmente, pero eso no le ha impedido marcar 15 goles entre todas las competiciones, nueve de ellos en Liga. En la competición doméstica Ferran lleva sólo un gol menos que Vinicius, dos menos que Julián Álvarez y que Sorloth y uno más que Bellingham y que Griezmann.

En el Metropolitano solo necesitó 23 minutos para marcar esos dos goles que sirvieron para alejar al Atlético de la pelea por la Liga. Los mismos que jugó contra el Girona el fin de semana pasado, al que marcó otro gol.

Flick sabe que Lewandowski es su delantero, pero ha encontrado en Ferran un sustituto de totales garantías. Más ahora que el jugador confiesa que se siente muy a gusto jugando de delantero centro, una posición en la que Guardiola le vio antes que nadie a pesar de que siempre había jugado como extremo.

Ferran ha dejado atrás la fragilidad mental que había mostrado en ocasiones desde su fichaje por el Barcelona. Los 55 millones que pagó el club por él apenas año y medio después de que el City lo sacara del Valencia por 33 pesaban mucho. Pero esta temporada es cuando está mostrando su mejor nivel. Nunca había marcado tantos goles en su carrera y se le ve feliz en el campo y fuera.

A veces Ferran jugaba y se comportaba como si el fútbol le debiera algo, como si mereciera más por su talento de lo que el campo le devolvía. Pero ahora disfruta de su mejor momento y se le ve también cuando se trata de festejar. «Pasillo de manual, que lo voy a reventar», decía el domingo después de que el Barcelona entregara una camiseta conmemorativa a Eric García por sus cien partidos con el club. Un ritual que él disfrutó como ninguno dando collejas a su compañero.

Ferran aplica lo que él llama la «mentalidad de tiburón». «Significa que siempre vienen momentos complicados y hay que seguir trabajando», explica. Eso hace y, además, marca goles.