No hay nada que guste más en el Barcelona que ver a un chico de la casa funcionando en el puesto de mediocentro. El equipo azulgrana se ha instalado de nuevo en el estado de felicidad, después de unos meses complicados. Empezó el curso como un tiro, después llegó el bajón a finales de 2024 y desde la Supercopa, los catalanes han recuperado el pulso, con algún susto como el del Rayo el pasado lunes.

El único runrún que hay es por la posición de pivote, que en los últimos encuentros ha sido para Frenkie de Jong. Siempre es un sitio en el campo que genera debate. Busquets lo ocupó durante los años de oro de los azulgrana, pero hasta él pagó el desgaste de puesto muy exigente, y terminó siendo muy criticado. Este curso con Hansi Flick el que dio la patada en la puerta fue Marc Bernal, que en silencio se hizo con el sitio, hasta que una lesión en la jornada 3 de Liga, una rotura en el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, con el menisco también tocado, le frenó en seco. Su lugar lo ocupó Marc Casadó, que ha protagonizado partidos memorables como el del 0-4 en el Bernabéu. No ha marcado ningún gol, pero ha repartido seis asistencias y, sobre todo, ha mostrado una gran capacidad para defender. Ha sido fijo durante meses.

Volviendo al principio, Casadó es uno de los motivos de orgullo de la afición culé, pero en los últimos cinco partidos, entre todas las competiciones, sólo ha sido titular en uno, ante el Alavés, y Flick lo sustituyó en el descanso. La figura de Frenkie de Jong, que comenzó la temporada lesionado, ha ido creciendo y ahora parece que se ha hecho con el puesto. «Frenkie está teniendo un buen nivel y de momento las cosas son así. Casadó, también. Todos tienen su trabajo, y cuando juegan, juegan bien», explicó Flick. En el partido con el Rayo se escuchó algún murmullo con De Jong.

El neerlandés parecía el futbolista ideal cuando fichó en 2019, pero no ha terminado de arrancar, entre las lesiones y la situación del club en los últimos años. Pese a ser uno de los capitanes, no ha conectado del todo con la grada, que le hace recordar también a la época reciente algo oscura de Bartomeu en la presidencia. Frenkie tiene más calidad con el balón y puede superar líneas con la conducción, mientras que Casadó es más disciplinado defensivamente y quizá aporte más equilibrio. De Jong está ahora en la «pole» para Flick.