El Barcelona tropieza con diez (2-2)

Lenglet fue expulsado a la media hora, lo que aprovechó el Girona para ponerse por delante. Piqué rescató un punto y el liderato.

Es el partido de vuelta entre el Barcelona y el Girona, el que quieren jugar en Miami, el que generaba polémica, pero el de ida tampoco se privó de ella. El Barcelona se quedó con diez por un codazo de Lenglet a Pere Pons. El centrocampista del Girona fue a presionar al defensa azulgrana, le hizo falta, pero se llevó un codazo de Lenglet que estiró el brazo de manera antinatural. Fue expulsado gracias a la acción del VAR y el partido cambió.

El Barcelona dominaba hasta ese momento. Había marcado Messi, que ya antes había advertido con una jugada increíble y un remate que Bonou consiguió desviar a córner. A la segunda no falló y lo que parecía un partido cómodo para los azulgrana, uno más, se convirtió en un infierno durante muchos minutos.

Mucha culpa de ello la tuvo Stuani, el delantero uruguayo del Girona, que marcó el primero diez minutos después de la expulsión de Lenglet y que acertó de nuevo en el comienzo de la segunda mitad en una jugada que intentó finalizar Portu. Piqué le había hecho penalti, que el árbitro no pitó, se levantó, continuó la jugada y su remate lo despejó Ter Stegen. El rechace lo remachó Stuani a la primera a la escuadra de la portería azulgrana.

Quedaba casi medio partido y Valverde había gastado el primer cambio en reforzar la seguridad defensiva, con la entrada de Umtiti en lugar de Dembélé. Pero estaba por debajo en el marcador y tenía el doble de defensas que de delanteros. Debía controlar los contraataques visitantes, pero le faltaba gente arriba. Valverde decidió tomar medidas desde el banquillo mientras Messi intentaba solucionar los problemas desde el campo.

El argentino empezó a afinar la puntería en el lanzamiento de faltas. La primera la mandó al larguero por arriba, muy lejos del alcance de Bonou si hubiera ido entre los tres palos. En la segunda consiguió intervenir el portero marroquí del Girona para desviarla. Y en la tercera la casualidad jugó en contra de Messi, que se escurrió y a pesar de todo consiguió mandar la pelota entre los tres palos, aunque sin la potencia suficiente para sorprender a Bonou, que sólo necesitó estar bien colocado para detener la pelota.

El tanto del empate no llegó de los pies de Messi, a pesar de la insistencia del argentino, sino de la cabeza de Piqué. El central ya retirado de la selección consiguió resolver una jugada en el área con un perfecto cabezazo para igualar el encuentro. Piqué tuvo la oportunidad de marcar el gol que hubiera dado la victoria a su equipo en los últimos minutos, pero el centro de Jordi Alba salió demasiado alto y no pudo rematar. El empate continuó hasta el final. No hace falta ir a Miami para que haya lío.