Messi, no hay discusión posible

Leo Messi tenía una vitrina reservada en su casa para los trofeos que pudiera ganar. Todos atisbaban a un gran jugador cuando dio el salto al primer equipo del Barcelona, pero nadie imaginaba que la «Pulga» se convertiría en lo que es actualmente: el mejor jugador del mundo sin discusión y, seguramente, el mejor de toda la historia. Messi recibió ayer su cuarto Balón de Oro seguido y se convirtió en el primer futbolista en conseguir un hito similar. La vitrina de su casa se ha transformado en un piso entero. Y, a este paso, se acabará convirtiendo en un museo. Sólo tiene 25 años.

Cuando quedaban tres minutos para las ocho de la tarde en España, Fabio Cannavaro abría el sobre con el nombre del ganador del FIFA Balón de Oro 2012. Messi era el favorito y se cumplieron todos los pronósticos. Cristiano Ronaldo se tuvo que conformar con la segunda plaza en las votaciones y Andrés Iniesta, con la tercera. «Estoy muy nervioso», decía ya con el galardón en sus manos. Y es que, aunque no lo parezca, el argentino es tan humano como cualquiera. Aunque su atuendo, un esmoquin oscuro a topos blancos, dijera todo lo contrario.

Platini, Van Basten y Cruyff

Con su cuarto Balón de Oro, Messi supera los tres de Michel Platini, Marco van Basten y Johan Cruyff, que hasta ahora compartían el puesto de honor en el palmarés. Pero lo más increíble de todo es que, a sus 25 años, nadie puede adivinarle un límite y tiene muchas temporadas por delante para ampliar su ya excelso palmarés individual y por equipos. Pero estar en lo más alto no ha cambiado, de momento, al humilde y tímido Messi de siempre. «Es increíble recibir este premio otra vez. Ganar el cuarto y seguido es impresionante», resaltaba nada más recoger el trofeo. «Quiero agradecer y compartir este premio con todos mis compañeros del Barcelona. Especialmente, con Andrés Iniesta. Es un lujo estar aquí contigo y poder compartir todos los días los entrenamientos y los partidos», dijo dirigiéndose al de Fuentealbilla. Si el mejor jugador de mundo te dice algo así, muy poco más se puede añadir.

El FIFA Balón de Oro culmina un año extraordinario para Leo Messi, al que se le han escapado grandes títulos como la Liga o la Liga de Campeones, pero en el que ha brillado con luz propia y ha tenido sus mejores noticias a nivel personal. «Dedico este premio especialmente a mi mujer y mi hijo, lo más lindo que me ha dado Dios», eran sus últimas palabras en el escenario de la gala en Zúrich. Sobre los terrenos de juego, 2012 pasará a la historia por haber presenciado los 91 goles del argentino, la mejor marca de todos los tiempos, dejando atrás a Gerd «Torpedo» Müller. La mayoría de sus tantos los consiguió con la camiseta del Barcelona y le han servido para convertirse en el mejor goleador de la historia azulgrana, superando a César Rodríguez.

El triunfo de Messi en las votaciones fue aplastante. El argentino recibió el 41,60% de los votos, por el 23,68% de Cristiano Ronaldo y el 10,91% de Iniesta. El astro portugués está empezando a acostumbrarse a colgarse la plata. Con la de ayer, Cristiano ya ha quedado cuatro veces en segunda posición en este galardón (2007, 2009, 2011 y 2012), que ganó en 2008. Y en tres de ellas, Messi ha sido el ganador. Una verdadera historia de amor.

Messi fue el gran protagonista de una gala más propia de Hollywood que de Suiza. Una velada con alfombra roja, vestidos de gala, muchos protagonistas y hasta una actuación musical. Incluido el nuevo ciudadano ruso Gerard Depardieu, sentado al lado de Joseph Blatter, presidente de la FIFA, y del que aún no se han hecho públicos los méritos para acaparar tanta atención durante la entrega del FIFA Balón de Oro.

Durante la gala se hizo público el once ideal del año, con pleno de la Liga española; el ganador del mejor técnico, premio que recayó en Vicente del Bosque, y el mejor gol de 2012, una volea de Miroslav Stoch en la liga turca. El fútbol femenino también tuvo su espacio y claro sabor estadounidense. Pia Sundhage, la seleccionadora que condujo a EE UU al título olímpico, fue nombrada mejor entrenadora y Abby Wambach, delantera del equipo campeón en Londres, mejor jugadora.