Restringido

Mourinho espera a Diego Costa

La Razón
La RazónLa Razón

Stamford Bridge espera ya a su nuevo ídolo. Abramovich, el magnate ruso y dueño del Chelsea, pagará la clausula del hispano-brasileño, 39 millones de euros, una cifra que se antoja escasa para la enorme calidad del todavía jugador del Atlético de Madrid. José Mourinho se hace con una de las grandes joyas del mercado, pero se abre una puerta tenebrosa en el vestuario y es que el técnico luso del Chelsea ya ha comunicado a Etoo y a Fernando Torres que Diego Costa estará el año que viene en el conjunto londinense. Al delantero camerunés le preocupa su más que posible suplencia con Costa como fijo, pero sobre todo le preocupan sus emolumentos. Mourinho ya le ha comunicado que no pueden seguir pagándole diez millones de euros y que con la llegada del jugador del Atlético, todos tienen que ajustarse el cinturón, por lo que el ex del Barça podría verse obligado a aceptar una bajada de tres millones de euros y Etoo no está dispuesto a pasar por el aro.

Con Torres no es muy diferente la historia, pero con el agravante de que la relación entre ambos es bastante tensa. «Mou» no está hablando bien de Torres en su círculo privado y Fernando es consciente de la falta de confianza del entrenador luso. Torres podría estar estudiando ofertas y más concretamente las que llegan con acento italiano. El Inter de Milán está interesado en él. En el Atlético parece que han vuelto a dar con la tecla. Una nueva venta puede animar las más que maltrechas cuentas de la entidad presidida por Enrique Cerezo. Sin embargo en el imaginario colectivo de la afición aparecen los recuerdos de las ventas del propio Torres, el Kun Agüero, Forlán o Falcao.

Parece que se avecina nuevo culebrón para el mercado veraniego con Diego Costa, aunque el actual delantero atlético tiene claro que quiere marcharse por la puerta grande y consiguiendo títulos importantes para el club del Manzanares. Está en ello en la Liga y en la «Champions».

- Me gusta: la gran imagen que dieron en el Calderón las aficiones de Atlético y Barça. Todo un ejemplo de civismo y madurez, un comportamientos excepcional. Es la imagen que debe dar nuestro fútbol en todo el planeta. Desde aquí felicito a ambas aficiones.

- No me gusta: que Leo Messi, después de correr sólo un kilómetro y medio más que su portero, Pinto, no haya salido a pedir disculpas a los culés por el bajo rendimiento mostrado en la eliminatoria. Un dato lapidario y un juego paupérrimo que sin duda van a lastrar al argentino.