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Opinión

De la Fuente, la diversión en el campo

Al nuevo seleccionador nadie le exige que reinvente el fútbol, pero al menos que lo más divertido pase en el césped

Luis de la Fuente, en un partido con la sub'21
Luis de la Fuente, en un partido con la sub'21Igor KupljenikAgencia EFE

La terquedad o el empecinamiento pueden llegar a convertirse en virtudes si se consigue domesticarlas. Asumir un liderazgo caudillista difícilmente llega a buen destino. Para que los subalternos se impliquen y respondan hace falta algo más que ponerse al frente del grupo, ir a pecho descubierto y proclamar a “stream” en grito que soy el jefe del cotarro. Para ser un líder es necesario ejercer muchas veces de mayordomo y así facilitar el trabajo de los demás. Y si a esto le sumas un poco de diplomacia, mano izquierda o hipocresía, llámelo como quiera, lo mismo las cosas hasta funcionan. Ceder o hacer que cedes no significa traicionar a tus ideas. Y Luis Enrique tenía un plan que no estaba dispuesto a modificar, aunque la autopista se convirtiera en un camino de cabras.

Luis Rubiales ha tomado una decisión inevitable. Se acababa el contrato de Lucho y entre lo de Japón y lo de Marruecos su sustitución era un hecho cierto nada más terminar la tanda de penaltis de octavos. La falta de conexión con la realidad del seleccionador y sus chicos después de la eliminación sólo revela la existencia de una burbuja que alejaba al grupo de la opinión pública. La apuesta por la versión “streamer” de Luis “Padrique” le ha acercado a un público nuevo, aunque esa nueva audiencia poco tenga que ver con el consumidor futbolero en general. Y ya no digamos con los medios que volvieron a estar en la diana en cuanto comenzaron los problemas.

Luis Aragonés, el padre de la Edad de Oro, sí tuvo la cintura suficiente para cambiar el plan con el que afrontaba su estancia en la Roja. En octubre de 2007, ante Dinamarca y con la soga al cuello, se vio sin Fernando Torres, sin David Villa y con una panda de bajitos para tumbar a los vikingos. Apostó por algo nuevo y España ganó 1-3. El resto es Historia. A Luis de la Fuente no se le exige que reinvente el fútbol. Se trata de competir y de no aburrir. En el fútbol lo más entretenido tiene que pasar en el campo no en las redes sociales. Si no, la cosa, como en Qatar, acaba mal.