Bota de oro

Argentina-Francia: Mbappé no puede hacer más

Tardó minuto y medio en marcar los dos tantos del empate. Luego hizo el tercero. Y marcó el penalti también de la tanda. No fue suficiente

Kylian Mbappe marcó tres goles, pero no el Mundial de Qatar para Francia. Se lo llevó Argentina
Kylian Mbappe marcó tres goles, pero no el Mundial de Qatar para Francia. Se lo llevó ArgentinaDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Al terminar la primera parte, Kylian Mbappé había tocado 11 veces la pelota. El jugador de campo que menos veces había estado en contacto con el balón. Como el resto de la selección francesa, había estado desaparecido, superado por el ímpetu de Argentina, muy superior antes del descanso, inesperadamente dominadora del partido, sin que Mbappé pudiese correr como le gusta. Scaloni había estudiado bien el partid y no dejaba que le llegasen balones a quien, al final, con ocho tantos, se ha convertido en el máximo goleador del Mundial.

«No tuvimos la actitud necesaria ni encontramos respuestas. Estamos abajo 2-0, pero todavía nos quedan 45 minutos», decía Deschamps en una declaraciones en el descanso. «Realmente ellos salieron a jugar la final de un Mundial, no fue nuestro caso lamentablemente», continuaba el entrenador francés, quizá para intentar que los suyos cambiasen de estado de ánimo, picarles el orgullo. Por eso había hecho dos cambios cuando aún quedaban cinco minutos para que acabase la primera mitad.

Mbappé siguió en el campo, lo hizo hasta el final, mientras que Giroud se había marchado en esa primera sustitución y mediada la segunda mitad lo hizo Griezmann, quizá el jugador que más había dado a Francia en los partidos anteriores. Pero la reacción de Francia no llegaba. Mbappé tocaba algo más la pelota, pero sin ser decisivo, sin poder correr hacia la portería rival. Pero sólo era que no había llegado su momento. Aunque según pasaban los minutos parecía que no iba a llegar nunca, porque Francia no despertaba.

Deschamps hizo más cambios, para revolucionar ya definitivamente el partido. Había que hacer algo porque su equipo estaba perdiendo y seguía muerto. No sucedía nada, hasta que pasó todo: el penalti para Francia, que tiró Mbappé y cambió todo. No es fácil hacerle un gol desde los once metros a Dubi Martínez. Mbappé le tiró tres veces en la final y las tres veces le marcó. No duda el joven futbolista, que quería irse como campeón del mundo y se va sin el trofeo, pero con la sensación de que en cuanto se enciende, es un jugador imparable.

Y el penalti levantó a Mbappé y a Francia. Tardó 97 segundos, poco más de un minuto y medio e inventarse el segundo tanto, el del empate. Perdió el balón Messi contra Coman, éste lo puso en largo para que Mbappé lo parara con el pecho, hiciese una pared y rematase fuerte, sin que la pelota tocara el suelo. El guardameta argentino se tiró bien, tocó la pelota, pero iba con demasiada potencia como para detenerla. Francia estaba en el partido porque la feria había despertado. Fueron sus mejores minutos, lanzado él y Kolo Muani, que también estuvo en las jugadas importantes del ataque francés.

Ni siquiera el gol de Messi en la prórroga fue el final de Mbappé y de los suyos. Un tiro suyo forzó el penalti del empate a tres. En la prórroga marcó su pena máxima. Mbappé ya no podía hacer nada más para ganar el partido. Pero se le escapó. Desolado al final, Macron, quien el convenció para quedarse en el PSG, se acercó para consolarle.